"Que el amor al dinero es la causa de todos los males es algo que puede discutirse. Adam Smith, profeta para muchos de una autoridad sólo ligeramente inferior a los de la Biblia, pensaba, en 1776, que de todas las ocupaciones a que hasta entonces se había dedicado el hombre -guerra, política, religión, diversiones violentas, sadismo no compensado-, la de ganar dinero era, socialmente, la menos perjudicial. Pero es indudable que el afán de dinero, o cualquier asociación duradera con él, es capaz de provocar un comportamiento no sólo chocante, sino francamente irracional.
Hay buenas razones para ello. Los hombres poseedores de dinero, como antaño los favorecidos por una noble cuna y un título importante, se imaginan indefectiblemente que el respeto y la admiración que inspira el dinero son realmente debidos a su propia sabiduría o personalidad. El contraste entre la opinión que tienen de ellos mismos, reforzada de este modo, y la con frecuencia ridícula y corrompida realidad, ha sido siempre fuente de pasmo y de diversión. De una manera parecida, siempre ha causado una especie de satisfacción morbosa la rapidez con que se evaporan el respeto y la admiración al quedarse el individuo sin dinero".
Este es mi texto favorito sobre asuntos de plata, lo escribió John Kenneth Galbraith, un economista no muy avispado aunque arrogante, pero que redactaba como los dioses, su libro "El Dinero, de donde vino y adonde se fue" está lleno de párrafos tan deliciosos como ese
"El dinero atonta de otra manera. Reiteradamente, a lo largo de los siglos, los hombres presumieron que habían descubierto el secreto de su infinita multiplicación. Y a la vez que se convencieron de ello, convencieron a los demás. Esto involucra invariablemente el redescubrimiento, tal vez en forma ligeramente novedosa, de algún fraude antiquísimo".
¡Esto no es economía sino sabiduría pura!, si se hubiese quedado con esas dos ideas Galbraith sería mi ídolo intelectual, lamentablemente se las quiso dar de economista y murió en completa irrelevancia como uno de los últimos neo keynesianos.
Eso es que cualquiera que le empieza a ir bien en asuntos de plata, el lugar de agradecer los golpes de suerte que le ha regalado la diosa fortuna, se va convenciendo que la buena suerte no tuvo nada que ver sino que es su extraordinario talento, sagacidad, visión y su carácter de acero lo que explica su bonanza financiera y mientras más gana, más se aferra a esa idea.
Es algo natural que nos pasa a todos. Cuando yo tuve negocio y pasaba mucha plata por mis manos, era una especie de "jefe" porque había contratado unas 15 personas que tenían que hacer lo que les dijera, al menos en asuntos de trabajo, casi sin darme cuenta se me empezaron a subir los humos a la cabeza, le pagaba a un vago para que me limpiara el auto y me mantuviera entretenido, ambas cosas que podía hacer perfectamente yo mismo y poco a poco me empecé a convencer que era un puto genio de los negocios, especialmente cada vez que me iba bien en alguno.
Me empezaron a decir "don Tomás", en el banco me atendían en una oficinita en lugar de la caja (bueno, en esos años los bancos eran otra cosa y esos privilegios contaban). Sobre todo empecé a mirar en menos a los que les estaba yendo mal. La plata trae una especie de "aura" que hace que mucha gente te respete solo por tenerla y cuando uno pasa de ser un pobre diablo a "don" pobre diablo se empieza a convencer que ese respeto se debe a la brillante y maravillosa persona que uno es.
Bueno, la bancarrota se encarga de arreglar todas esas ilusiones y traernos de vuelta a la realidad, cuando nos damos cuenta que el respeto no era por lo que éramos sino por lo que teníamos. Al final eso no es tan malo como parece, porque los altibajos de la vida se encargan de bajarnos los humos y para la próxima vez que nos empiece a ir bien ya tendremos la experiencia de como es la realidad.
Hay dos categorías de personas que rara vez sufren de esa alucinación, son los que han trabajado mucho por conseguir su plata y han hecho todo el camino difícil, como fue la historia extraordinaria de don Tomás José Urmeneta, que le decían "el loco del burro" hasta que se convirtió en el hombre más acaudalado de Chile. Otros que están libres de esa ilusión son los que nacieron con plata que, contrario a lo que se cree, normalmente son bastante centrados porque no tuvieron ese salto de comer atún en lata al caviar beluga, por lo que están menos obsesionados con la riqueza que la gente común.
El problema ocurre con los big shots, que por algún golpe de suerte pasan de una vida normal a tener una gran fortuna, creo que a ellos esto les debe afectar la cabeza de la manera que describe Galbraith y puede tener consecuencias muy peligrosas.
Pienso por ejemplo en la gran cantidad de fortunas inmensas que han hecho adolescentes, casi sin esfuerzo, aprovechando las oportunidades que ha abierto la tecnología en las últimas dos o tres décadas. Bill Gates, Steve Jobs, los de Google, o los no tan adolescente Bezos o Elon Musk ¿Cómo les habrá afectado psicológicamente el enriquecimiento repentino? No digo que necesariamente sean unos idiotas, pero genios no son, porque mucha gente inteligentísima jamás llega a juntar riqueza.
Es muy poco lo que conocemos realmente de ellos, porque están tras varias capas de relaciones públicas y protección de la privacidad, sin embargo ellos deciden sobre activos enormes que manejan desde medios de prensa hasta infraestructura crítica y deben tener sin duda un peso desproporcionado sobre el destino de la política de los países y el mundo.
Esto no tiene nada de raro, a lo largo de toda la historia la gente rica ha tenido poder e influencia, es lo normal, pero tradicionalmente, enriquecerse era un camino largo y trabajoso, que requería el esfuerzo de toda una vida y muchos fracasos, hoy la ruleta pone a Jack Ma y muchos otros nuevos ricos chinos, para dar el ejemplo más obvio con un poder desmesurado sin que les haya costado gran cosa obtenerlo, principalmente han sido golpes de suerte y las historias de genialidad son normalmente inventadas ex post por la gente de relaciones públicas.
Enriquecerse se puede resumir más o menos así: unas pocas ideas que parecen malas, por efecto del azar resultan buenas. Otras muchas ideas que parecen buenas por efecto de la estadística y la entropía resultan ser malas. El que tiene ideas malas que resultan buenas se enriquece, el que tiene ideas buenas que resultan mal se arruina, eso explica por qué hay unos pocos ricos y muchos pobres, la riqueza siempre está en lo improbable. Pero los que se enriquecen se ven a si mismos como sagaces y sabios, lo que es peor creen que esa sabiduría se extiende para todos los campos y empiezan a creerse gurus.
Yo creo que algunos de estos nuevos ricos, forrados en billones y poderosos con su gran corte de aduladores que viven como el pez piloto nadando entre los dientes del tiburón, pueden cometer enormes errores de juicio y no tienen quien los pare, porque hoy no existen los bufones que podían burlarse del rey e insultarlo sin riesgo, tampoco tiene el esclavo para que mientras los pasean en triunfo les diga al oído memento mori (recuerda que vas a morir).
Ian Fleming, siendo tan mal escritor que el mismo se avergonzaba de sus novelas, tuvo una buena intuición con esos personajes millonarios llenos de narcicismo obsesionados por conquistar el mundo o dar golpes fabulosos solo para llenar su ego. Probablemente algunos billonarios de hoy no necesitan una organización criminal para llenar su egocentrismo, con el softpower basta y sobra.
Hoy la ruleta de la abundancia está desatada y hay muchos que con un golpe de suerte, sin preparación, sacrificio ni demasiado esfuerzo, se pueden ver dueños del mundo de la noche a la mañana. Lo que antes tomaba una vida o generaciones, ahora se puede alcanzar en unos cuantos años. Ojala que estos nuevos ricos sepan estar a la altura de sus antecesores y se comporten bien, no hay desgracia más grande para cualquier país que una mala clase dirigente.
Al ver la pelicula Los piratas del Silicon Valley (Bill Gate vs Steve Jobs ) o The Social Network (Zuckerberg)....te da la razon completamente ...tipejos carerrajas con nivel dios
ResponderBorrarMArcelo
.. también ver "Petróleo sangriento" ("There Will Be Blood") o, desde luego, Ciudadano Kane. Los americanos en particular tienen todo un mito con esto del "capitán de industrias".
ResponderBorrarPero también puede biografiarse a Simón Iturri Patiño, el Rey del Estaño, que era boliviano, y empezó como administrativo en una mina.
Para mí estos personajes actúan con núcleos cristalinos. Inician por azar más que otra cosa y otras moléculas flotantes se prenden a su red y al final el cristal crece más que otros, unos pocos en dimensiones extraordinarias. En algún momento los mejores artesanos quieren trabajar con él, los mejores profesionales venderles sus servicios, los inversores darle su dinero, los proveedores darle crédito, los políticos allanarle el terreno, etc.. Los recursos fluyen hacia él porque ha creado una marca personal exitosa.
En el mundo más real, o más cotidiano, miles de proyectos de gran hombre naufragan mientras uno surge. Y por cierto la situación típica de "segunda generación" o de etapa final de un individuo tesonero o suertudo que llegó a un nivel pero no sabe cambiar de habilidades o comportamiento para seguir es mucho más común que el ascenso meteórico.
Admiro a la gente que se forra pero no pierde la prudencia. Es muy común ver a gente perder los frenos cuando tienen más plata de lo que soñaron tener.
ResponderBorrarAmigos, estoy enfrentando un ataque de spam de un maldito mono 197.211.59.29 (Globalcom) desde Nigeria, mientras le doy de vuelta he activado la moderación de comentarios, no se preocupen, eso me obligará a contestar más rápido.
ResponderBorrarMarcelo, Ulschmidt, claro, es algo que se da más en los que tienen un golpe de suerte y se ven con fortuna de un día para otro: los "piojos resucitados". HAcer fortuna no tiene nada de malo, pero cuando llega muy rápido y muy fácil, esos niños maravilla pueden resultar muy peligrosos, con tanto poder y recursos antes de aprender a sonarse.
En Chile hay mucha movilidad social, pero las fortunas generalmente son adquiridas con trabajo y sacrificios, esto de los billonarios tecnológicos parece ser un fenómeno más o menos nuevo y quien sabe en que puede terminar. Tal vez una especie de mundo gobernado por los niños.
Frx, claro, no cuesta nada volverse loquito, a mi me pasó en pequeña escala jaja. Una de las ventajas de la riqueza heredada es que los que nacen ricos no tienen esa obsesión por la plata y la seguridad de la gente común. En Chile que es país de emergentes, la única familia con riqueza duradera que se me ocurre son los Matte y son bastante centrados por lo que he sabido, bueno, también tienen sus ovejas negras como Máximo Pacheco Matte, pero pasa en todas las familias supongo
ResponderBorrarHe sabido de gente que se gana la lotería que al final termina peor que como estaba. Quizás la mala suerte sea otra y no la que se cree que es.
ResponderBorrarConozco un amigo que se ganó el kino ¡dos! veces, una tras otra, después perdió casi todo entre el casino, malos negocios y ser directivo de Deportes Arica
ResponderBorrarEso es tener mala buena suerte.
ResponderBorrarEs lo lógico, no existe nada más fácil y más probable que perder plata y empobrecerse, la física dice que la entropía siempre tiende a crecer hasta alcanzar su máximo posible. La riqueza requiere orden, pobreza es entropía
ResponderBorrar.. por eso, en una reacciòn antientrópica, el enriquecido suertudo debe girar al conservadurismo. Se trata de pasar al campo de las mayores probabilidades que son las de las rentabilidades modestas pero en negocios de menor riesgo. Las inmobiliarias, las carteras diversificadas, los huevos en varias canastas.
ResponderBorrarEn cambio hay quienes mantienen la apuesta alta y la probabilidad los derrota. El que gana en el casino pero no se retira a tiempo - claro que yo no he llegado a ese problema aún, me falta el golpe de suerte inicial. Uls
jajaja lo mismo que a mi Ulschmidt, igualito, falta la primera parte
ResponderBorrarel ultimo charlatán fue Adam Neumann, creador de WeWORK. Una empresa arrendadora de oficinas que la vendió como empresa tecnológica gracias a su don de la palabra. Esto fue hace unos 5 años creo. El tipo se forró vendiendo un sueño. https://youtu.be/ISCakoHtqe8
ResponderBorrarHoy la mayoría de los "emprendedores" son charlatanes que venden alguna clase de cuento a los icautos, o a los burrocratas del estado que financian estas cosas, por ejemplo los proyectos Corfo
ResponderBorrar