Después del asesinato de Portales

Consecuencias del asesinato
Los magnicidios a veces tienen consecuencias importantes en la historia, solo pensemos en el asesinato de Jaime Guzmán para no ir muy lejos y las consecuencias son de corto y largo plazo. En sus últimos años, don Diego Portales había perdido mucha de su popularidad inicial. Fueron casi ocho años con un poder enorme sumados a la completa indiferencia que sentía por la opinión de los demás, eso había minado mucho la admiración que le tuvieron al comienzo. Igual que el príncipe de Maquiavelo, prefirió ser temido que amado y con el tiempo se puso cada vez más inflexible en la mantención de los principios de la ley y el orden.

El asesinato alegró al pequeño grupo de pipiolos resentidos y sus asociados, que habían quedado sin ninguna posibilidad de volver al poder por efectos del gobierno de Portales, pero la gran mayoría del país lo recibió con estupor primero y luego con indignación, que se tradujo en dos cosas concretas: el aplastamiento definitivo del motín de Quillota con el fusilamiento y vejación de los implicados y la entrada de Chile a la Guerra contra la Confedración Perú Boliviana de Andrés de Santa Cruz. 

La opinión general en Chile era muy reacia a entrar a la guerra y la insistencia de Portales que era algo necesario le había traído buena parte de la impopularidad de sus últimos años, pero después del asesinato la gente volcó su indignación contra Santa Cruz a quien acusaban de haber complotado para organizar el asesinato. De un día para otro, la opinión que era de completa indiferencia y aversión a meterse en una guerra se convirtió en una fiebre patríotica, donde muchos gañanes y obreros se presentaron de voluntarios para combatir. Ese es el inicio de las idean más o menos mitológicas sobre "la raza" y la exaltación de "el roto chileno".

Bulnes era el héroe perfecto
La campaña no fue difícil porque Santa Cruz tenía sus enemigos en Perú, partiendo por Agustín Gamarra, que siempre se había opuesto a la Confedración Perú Boliviana y se tenía un odio parido contra Santa Cruz, así es que los disidentes peruanos se juntaron a los chilenos para la expedición que iba comandada por el general Manuel Bulnes, quien había peleado en la guerra civil por el bando que llevó a Portales al poder..

Bulnes había empezado su carrera militar en las guerras de independencia, bajo el mando de Pinto y Ohiggins y después se fogueo en la pacificación de la Araucanía, de donde salieron varios de los mejores comandantes que tuvo Chile, incluso hasta la Guerra del Pacífico. Bulnes derrotó finalmente a las fuerzas de Santa Cruz en la Batalla de Yungay y volvió a Chile aclamado como héroe por chilenos y peruanos.  

Era el presidente natural después del asesinato de Portales, se le consideraba un estratega, fuerte y decidido, el Peso de la Noche había caído sobre el país encarnado en el terror a que volviese la anarquía luego del asesinato de Portales, que había sido el hombre fuerte por excelencia. Bulnes parecía ser el sucesor ideal.

Defraudó como presidente
Pero no salió tan bueno como todos esperaban. Aunque Bulnes tenía todo para ser el presidente ideal: conexiones familiares, una serie de triunfos de guerra y cosas por el estilo, pero ninguna de las capacidades que mostró en combate de traspasaron al manejo político como presidente, Bulnes siempre fue cambiante, oportunista en el mal sentido, no conocía la palabra lealtad y era famoso por aprovecharse de los demás mientras le servían para botarlos a la primera cuando dejaban de convenirle.

Nepotismo
Bulnes quizo repetir el estilo de los regímenes portalianos, con un ministro multicartera muy poderoso  pra que le hiciera todo el trabajo duro, como lo fue Portales para el presidente Prieto y los demás. Bulnes era primo de su antecesor Joaquin Prieto Vial y se dejó influenciar por sus familiares Vial para que nombrara  Manuel Camilo Vial como superministro, quien supuestamente se convertiría en el segundo Portales. 

No pasó nada de eso y Vial fue un completo fiasco, apenas nombrado presentó al congreso una multitud de leyes y reformas, todas impracticables, triviales o innecesarias. Se compró periódicos adictos y quitó el financiamiento estatal (avisajes) a los que permanecieron independientes, como El Mercurio de Valparaíso, que podía funcionar perfectamente solo de la venta, sin subsidios. Abusó y se hizo de enemigos gratuitos tratando de armar su propia plataforma presidencial.

Además como ministro resultó ser un inútil, presentó un estado de cuentas absurdamente arreglado para hacer aparecer un superavit que nunca existió, cosa que provocó gran escándalo. 

Cohecho e intervención electoral
Según el modelo portaliano, las elecciones eran arregladas para que el gobierno siempre tuviese mayoría, durante Portales la gente estaba relativamente conforme y no era necesario cometer muchos abusos, pero con Bulnes y Vial la impopularidad del gobierno empezó a crecer. 

Cuando vinieron las elecciones parlamentarias de mitad de período, Vial tenía carta blanca para hacer todo el fraude y cohecho que fuese necesario, y así lo hizo, esas fueron las elecciones más sucias y abusivas hasta la fecha y uno de los principales operadores del fraude fue Domingo Santa María, quien sería elegido presidente más adelante, cuando terminó la Guerra del Pacífico.

Se dividen los conservadores
El caso es que el gobierno ganó las elecciones por mayoría aplastante, gracias a la ambición de don Manuel Camilo Vial que quería ser el próximo presidente. Pero se pasó de listo porque con tantos abusos, fraudes y mala gestión, Bulnes lo echó sn ningún remordimiento. En esos años el Partido Conservador se dividió y aparecieron los liberales, que eran los progresistas ligth de la época. Pocos años después, vendría una larga serie de presidentes liberales similar a los gobiernos radicales de los años 40.

Vidas paralelas
Aunque es un poco absurdo establecer un paralelo entre un héroe de guerra y un billonario metido a la política, existen algunos puntos en los que Bulnes y Sebastian Piñera son comparables. Tal vez el más notable es la falta de lealtad, también ambos mostraron similar oportunismo y en ambos hubo la primacía de objetivos personales -narcisistas y mezquinos- en perjuicio de sus obligaciones como estadistas. Finalmente tienen en común haber dividido a los conservadores con varios siglos de distancia.

Hubo sin embargo una diferencia enorme y evidente. Bulnes nunca fue un cobarde.