(publicado originalmente el 25 de septiembre de 2006)
Un día más en la vida de un holgazán; dormí siesta, fuí a la playa y estuve leyendo. Tal como el coronel que no tiene quien le escriba, sigo sin vender el gallo, mientras pasan los días, semanas y meses. Paciencia nada más y mucha tolerancia a la frustración. Ya estoy terminando Madame Bovary, no diría que es de esas novelas que atrapan pero si que está muy bien armada y con recursos que en su época deben haber sido revolucionarios, como cuando intercala la primera seducción de Emma con un aburridísimo discurso o su segundo amante que contrata un coche para que corra por todo el pueblo mientras se sacan las ganas, muy buena. Me imagino que el propio Flaubert debe haber sido cornudo, no me parece un asunto inventado, para nada.
Aunque hay algo que nunca me ha gustado de la literatura francesa, he leído hartos libros de Victor Hugo, Balzac, algunos de Dumas, uno de Proust y no hay uno solo que recuerde o que me haya impresionado. Bueno, Camus, pero ese era argelino más que francés. Me cae mal la literatura francesa, igual que la española. Al menos de lo que he leído.
Y ya que hablamos de leer ¿que habrá sido del Readers Digest? ¿existirá todavía?. Cuando yo era chico esa fue mi revista favorita, tenía de todo y mucho de lo que escribo en este blog está influenciado por lo que leía en el Readers cuando tenía 9 o 10 años. La filosofía barata es mi versión de las citas citables, o de las codensaciones del Christian Science Monitor, muchas de las aventuras que cuento copian el estilo de Art Buchard (o como se escriba) o de La Risa Remedio Infalible. También a veces hago mi versión de la Sección de Libros, Así es La Vida, etc.
En la casa rodante tengo una buena colección de los años de oro, 50, 60, 70, tengo algunos números de los años 40 y uno de los primeros Readers en español del año 36 creo. Son excelente material para pasar un buen rato leyendo y después de tantos años no han perdido su interés porque ese era su secreto "Condensaciones de artículos de interés permanente".
El Readers tenía un punto de vista muy claro: anti nazista, anti comunista, anti tabaco, creo que esos eran los tres pilares de los fundadores De Witt y Lilla Wallace. Me puse a buscar en la web y veo que el Readers todavía existe, pero no es ni la sombra de lo que fue en su época de oro. Podría decir que perdió su alma.
Leyendo su historia veo que "De Witt murió en 1981 cuando tenía 91 años; Lila murió en 1984 con 94 años. Sin herederos del imperio Wallace para tomar el mando, Reader´s Digest se hizo una empresa pública a principios de 1990 y ahora es encabezado por un Oficial superior y el Presidente del Consejo."
Justamente en los ochenta fue cuando comenzó la declinación de la revista, es muy fácil ver lo que pasó, el cambio de los contenidos en los 80s es claro: dejaron de publicar condensaciones de artículos ajenos y pasaron a producir contenido con redactores propios, los temas reflejaban directamente lo que las investigaciones de mercado decían que era exitoso: "Política, Drama, Medicina, Ciencia, Salud, Autoayuda, Biografías, Aventura, e Interés general, así como historias extraordinarias de gente común".
La revista se convirtió en aburrida,repetitiva y predecible. Antes condensaba artículos de grandes revistas literarias como el "Atlantic Monthly", el "The Progressive", "Colliers", tengo en la mano tres ejemplares de 1947, 1984 y 1996, en la más moderna hay un solo artículo condensado, el resto es todo de redactores propios. Si hay algo que muestra como el marketing echa a perder la calidad y como los estudios de mercado pueden arruinar una idea exitosa ese ejemplo es el Readers Digest.
Creo que la idea sigue ahí y nadie ha sido capaz de reeditarla. Hay muchos intentos incluso en los blogs pero creo que ni uno solo que yo conozca ha dado con la formula. Porque no es fácil, se supoe que tienen que ser contenidos de primera calidad, bien condensados y sobre todo bien escogidos: hoy el trabajo es más fácil que en la época primitiva de los Wallace pero en la selección está la magia. En fin, un minuto de silencio por esa gran revista que fué el Readers.
Una persona - la única que se mantiene leal, que yo conozca - que vive en el campo recibe su "Selecciones" en mi domicilio y luego lo pasa a buscar. Así que lo espío de tanto en tanto y es verdad, no parece para nada el viejo Readers, es mucho más desabrido.
ResponderBorrarOtras gentes tienen colecciones de viejos ejemplares en buenas condiciones y esos no son nada malos para releer. Un tío ya fallecido tenía una caja entera en un baño o sanitario de esos que se construían fuera de la casa, en otros tiempos. Sentado en el trono sagrado se dedicaba a cultivarse mientras el cuerpo cumplía sus funciones naturales - después de la imprenta de Guttemberg, el inodoro de asiento ha sido uno de los aparatos que más ayudó a la propagación de la cultura.
En sus años de oro "Selecciones" fue la mejor revista que he conocido, todavía tengo un par de las más antiguas por ahí, son extraordinarias, mi cuñado teía una colección completísima que yo disfruté mucho cuando era chico.
ResponderBorrarSobre leer en el baño, creo que es un arte de los verdaderos sibaritas, yo soy muy apurón para eso, pero con el tiempo creo que lo iré cultivando, ya lo decía Bernal:
"Puta madre, donde estará este caraxo ahora que la memoria se apoderó de mi cerebro- Ah, ya sé, el libro del tal Quevedo lo dejé junto al retrete, nada me gusta más que cagar y leer. ¡Vaya placer! Si no tengo nada que leer pues tampoco tengo nada que cagar. Una cosa ayuda a la otra. Ya lo sentenció el sabio Quevedo: No hay contento en esta vida que se pueda comparar al contento de cagar"
(Jorge Carrol: Bernal, una historia sin historia)
El Reader's Digest lo leí justo en esa epoca donde denuncias tu, comenzó su decadencia. eso si los que alcancé a leer eran de las epocas que tu mencionas al principio, ya que un tío mio las coleccionaba. era bueno de leer y entretenido.
ResponderBorrarA dia de hoy lo siguen vendiendo, compré uno y al final lo terminé tirando a la basura. nada comparado con lo que solía leer cuando chico.
El Readers se murió como revista cuando se murieron sus dueños. HAsta los años 70 era una revista que reflejaba la personalidad y los gustos de los Wallace: el sueño americano, la lucha contra el nazismo y el comunismo, la guerra al tabaco y cosas por el estilo, a pesar que casi no tení contenidos originales era una revista muy personal.
ResponderBorrarAl morir los dueños, la revista fue tomada por los expertos de marketing que se dedicaron a crear contenidos propios en base a estudios de mercado, entonces los temas se pusieron muy uniformes, aburridos e irrelevantes. Siempre que se le da a la gente lo que pide obtienes basura.
Por eso cuando yo estire la pata este Templo del Ocio baja la cortina y chao nomas jaja