Alberto, mi buen amigo y regular de este Templo del Ocio se preguntaba como habría hecho sus lucas don Matías Cousiño Jorquera, (mi tío abuelo quinto), bueno, la historia de esa familia es extraordinaria y creo que merece ser contada, aunque sea solo en un superficial resumen.
El abuelo de Matías Cousiño era hombre rico, pero se entusiasmó con la causa de la independencia, metió toda su plata en eso y cuando vino la reconquista española la familia perdió todo. El padre de Matías tuvo que ir a trabajar como empleado de correos de Valparaíso donde fue sucedido por su hijo como jefe de oficina. El joven Matías enviudó de su primer matrimonio e inquieto, viendo que no progresaba, renunció a su trabajo y se puso a comerciar con animales en Argentina.
Cualquiera que conozca las ferias de animales sabe que es uno de los negocios más difíciles que existen, una fábrica para desplumar incautos y Matías no fue la excepción: después de corto tiempo lo dejaron sin ni uno, de esa época fue cuando le fue a vender sus últimos bueyes a Vicente Pérez Rosales, estando totalmente arruinado, como contaba en la entrada de ayer.
El comercio de animales ha arruinado a mucha gente de campo, pero también ha formado a los mejores empresarios que hemos tenido en Chile, en ese sentido ha sido la mejor escuela de negocios. Allí fue donde se formó también Julio Ponce Lerou, dueño de Soquimich, el empresario más brillante del Siglo XX en Chile, de quien he escrito más de alguna vez.
Luego de su ruina Matías se fue a trabajar al norte, donde estaba en auge la minería de plata y encontró trabajo como mayordomo de la mina Descubridora de Chañarcillo No tenía un cinco pero si una rica experiencia en negocios, el dueño de la mina era Ramón Goyanechea y se dio cuenta de la capacidad de su mayordomo, quien cada vez fue tomando más responsabilidades, y así fue escalando hasta que llegó a ser socio gestor de la empresa.
Cuando muere Goyanechea, Cousiño ya había juntado su buena plata y se casó con la viuda de su socio, doña Luz Gallo Zavala. Con las dos fortunas unidas, el negocio tomó vuelo y comenzó a expandirse, porque la mina de plata dejaba excedentes que permitían invertir en nuevas empresas.
Vino la fiebre del oro en California, pero en lugar de ir a buscar oro como todos, Matias se dio cuenta que el mejor negocio estaba en vender trigo a los mineros, que llegaban a California por multitudes. Entonces estableció la exportación triguera masiva que sostuvo la prosperidad de Chile por los primeros cinco años del gobierno de Montt. En esa época Chile se convirtió en potencia triguera exportando a California, Perú y Australia entre otros lugares.
América estaba entrando a la Revolución Industrial y Cousiño se interesó en explotar el carbón en la costa cercana a Concepción, que hasta entonces se beneficiaba solo de manera artesanal. Viajó a Inglaterra que era el Vaticano de la industria carbonifera, y bajo ese modelo fundó el pueblo de Lota. Perdió muchísima plata los primeros años y los socios que tenía le vendieron su parte. Murió a los 61 años sin ver el éxito de su iniciativa, aunque bien forrado con sus otros negocios.
Porque para llevar el trigo a California, y el carbón a sus minas del norte, Matias había establecido una compañía naviera con modernos vapores, todos esos negocios crecían y cuando la mina de plata ya no daba tantas ganancias, los negocios del trigo, transporte y carbón empezaron a rendir
Después de la muerte de Matias quedó a cargo de los negocios su hijo Luis Cousiño , quien pudo recoger los frutos de lo que había sembrado su padre, Fue la época en que la industria del carbón y el transporte marítimo empezaron a crecer enormemente Luis se había casado con su hermanastra, la extraordinaria Isidora Goyanechea Gallo, hija del primer matrimonio de su madrastra y que más tarde llegaría a ser la mujer más rica del mundo.
Luis invirtió en muchos otros negocios como el Ferrocarril de Santiago a Valparaíso y la Viña Cousiño Macul, donde desarrolló su aficción de cultivar cepas francesas y producir vinos. Él inició la viticultura premium en Chile y cuando llegó la epidemia de filoxtera a Europa que arrasó con el Cabernet Sauvignon, las únicas cepas sobrevivientes fueron las que había en su viña, eso ayudó enormemente a la vitivinicultura chilena. Murió a los 38 años, me parece que de tuberculosis.
La joven viuda Isidora Goyanechea quedó a cargo del imperio que habían construido su padre, marido y suegro, ella había participado en la administración de los negocios familiares desde que era adolescente y durante su administración la empresa tomó un impulso enorme.
Para la Guerra del Pacífico puso al Matías Cousiño, el más grande de sus vapores a disposición del gobierno y con sus barcos se comprometió a suministrar todo el carbón -que era el petróleo de esa época- que se necesitara sin aprovecharse de la emergencia para subir los precios.
Todos los Cousiño fueron importantes filántropos, pero doña Isidora se destacó en muchas obras de ayuda social, la joven viuda, cuando brilló tanto por sus extravagantes lujos como por sus obras de beneficio social, especialmente en Lota.
La historia de los Cousiño fue muy chilena, inmigrantes aristócratas, arruinados y vueltos a levantar por la determinación de Matías que creo una nueva la fortuna familiar, la misma que su hijo y su talentosa hijastra multiplicaron enormemente. Gracias a Matías, Luis e Isidora todo Chile tuvo años de gran prosperidad y auge industrial ¡Isidora fue la primera en intentar criar salmones en Chile, a fines del Siglo XVIII! De doña Isidora he leído que era fea, pero tenía un cuerpo espectacular, En todo caso todos sus retratos la embellecen, era que no.
A diferencia de sus parientes cercanos, los Matta y los Gallo que iniciaron una guerra civil y fundaron el Partido Radical, botando su fortuna en busca del poder político, los Cousiño crearon industria y generaron riqueza que todavía permanece. Si no me creen, vayan nomas a un supermercado y compren un vino Don Matías o Doña Isidora, se lo toman y me cuentan como estaba.
Por una casualidad yo conocí a uno de ellos. Estaba en Santiago en los años 80, abriendo una tienda de calculadoras Casio de mi jefe de entonces y pasó un señor bien trajeado a preguntar por la calculadora Casio FX-702P, yo se la estuve mostrando y me contó que quería aprender un poco de programación, le dije que esa era la ideal con su CA-Basic. Le mostré algunos ejemplos de como se podía programar, le gustó y la compró.
Entonces me dijo que si yo tenía tiempo podía pasar al día siguiente a la tarde a su oficina a explicarle un poco más, le dije que claro y me pasó su tarjeta, al ver la dirección vi que su oficina quedaba en el edificio de la vuelta "¡es el edificio de René Fathj" le dije, dio un pequeño respingo y me contestó "si, claro, el edifico de Fath"
Este señor era uno de los Cousiño y cuando llegué a su oficina era realmente fastuosa, estuvimos un rato conversando y le mostré lo básico para aprender a programar, el tipo se portó muy simpático, al otro día pasó a hacerme una consulta. Cuando lo vio nuestro jefe de tienda -que le sabía la vida a todos- me contó que él era el dueño del ·"edificio de René Fath" y de varios otros edificios en el centro. Fue el primer gran millonario que conocí -brevemente- y me di cuenta que son personas comunes y silvestres, aparte de tener un turro de plata.
Muchas gracias Tomás! Interesante la historia, simplemente trabajo y dedicación. El secreto del billete 😊
ResponderBorrarMas una tremenda dosis de suerte
Conozco el centro completo. Hasta el último rincón. Los Cousiño son propietarios al menos del ex Hotel Crillón, hoy tienda Ripley. Del edificio, que está en frente del ex hotel, vereda sur poniente por Agustinas, y creo que también del edificio esquina Huerfanos con Ahumada, vereda sur poniente.
ResponderBorrarEl centro está lleno de historias, podría escribir y escribir durante horas.
ALberto, estamos para servir jaja, es cierto que la plata requiere sobre todo de mucha buena suerte, está lleno de gente que ha hecho lo mismo que MAtías Cousiño y más y nunca le ha pegado el palo al gato, el propio Cousiño pudo no haber conseguido plata o haberla perdido, somos juguetes de la suerte. Pero eso no quiere decir que no exista la meritocracia, como creen los tontos, porque EL MÉRITO NO ESTÁ EN LOS RESULTADOS, el mérito está en los intentos, por eso es tan bonito ver a alguien que lo ha intentado y le ha ido bien, pero es igual de valioso cuando alguien lo intenta y le va como la mona, la plata, a mi modo de ver, no es una métrica que valga ni sirva para nada, la actitud si.
ResponderBorrarMaximo, fueron tantos años y yo me fui de Santiago a los 13 que no estoy seguro de la calle, pero me parece que en el edificio de Huérfanos tenía este caballero su faraónica oficina, debe haber sido en 1984 más o menos
El comercio de ganado tenía sus bemoles,si. Aún la estrategia de "comprar barato y vender caro" se complica si a la mercadería hay que guardarla, alimentarla, mantenerla en estado, tropearla por largos territorios y cruzando cordillera, evitar los cuatreros.
ResponderBorrarAquí en la provincia donde yo vivo amasó su fortuna entre la Colonia y la Independencia un tal Francisco Candioti, "Príncipe de los Gauchos", que proveía de mulas a la minería del Perú - era como vender camiones a la minería moderna - y para aventajar a sus competidores arriaba sus rodeos a través de territorio indio en el Chaco, previo arreglo con los caciques. También tuvo importantes intereses en La Serena y de joven sirvió militarmente en Coquimbo . Llegó a tener un cuarto de millón de vacunos y 300 mil mulas y caballos en campos de Entre Ríos, vivía a caballo y según las malas lenguas los capataces de sus estancias eran mayormente hijos naturales suyos ( a veces se bajaba del caballo, supongo)
Se puso del lado de los independentistas - quizás porque no le quedaba otra - y de los federales en las guerras civiles, fue gobernador aunque en general su negocio que aprovechaba las redes del viejo Imperio español se deterioró con las guerras y las particiones nacionales. Uls
No me acuerdo a raíz de qué fue, pero hubo un tiempo que averigüé mucho de Doña Isidora Goyanechea. Creo que fue a raíz de Leonor Mascayano.
ResponderBorrarUlschmidt ¡en una de esas Francisco hacía los hijos a caballo también jaja! Es verdad que el comercio de animales es endiabladamente complicado, hay mucho robo, engaño (engorda artificial, venta de animales enfermos) estafas de toda clase. Los remates de animales en las ferias son todo un espectáculo, con el rematador cantando una jerigonza que solo entienden los compradores y las alianzas que se arman a favor o en contra de alguien son dignas de la academia diplomática. Es una fábrica de pillos.
ResponderBorrarMe imagino como habrá sido en Argentina que es una de las capitales mundiales de la ganadería, Casi todo lo que tiene que ver con el campo está lleno de chanchullos y es muy complicado, para mantenerse activo y crecer, un Empresario agrícola" necesita ser extraordinario negociante, no cualquiera la hace.
Frx, claro, Leonor Mascayano, la pariente del presidente Pérez, se dedicó a la beneficencia creo
El rematador "rematando" entre un interesado real y un oponente ficticio - apunta el martillo a nadie, o un cómplice levantamanos. Los vendedores que hacen correr y acalorar a los animales, luego les da agua y pasto antes de cargarlo al transporte. Por eso se descuenta siempre un 5% del peso pero claro: si tu no haces nada para cargarlos de peso, te descuentan 5 % y lo mismo al que los hincha tanto como puede.
ResponderBorrarEs una especie de "set" de triquiñuelas que hay que hacer igual porque, de todos modos, los otros esperan que las hagas y tienen las contramedidas activadas.
¡Si! Yo tengo un gran amigo que cuando lo nombrron martillero público me pidió que le ayudara en su primer remate, porque los que van a esas cosas conocen a todos y cuando llega alguien nuevo lo revientan.
ResponderBorrarEntonces en el calor del remate yo me entusiasmé y empecé a hacer más y más posturas, al final terminé como "dueño" de casi todo y mi amigo echando maldiciones tuvo que poner la plata, después de un tiempo repitió el remate en otro lado... sin mi "ayuda" obviamente.
Fue muy divertido, después lo tomamos para la risa... ¡pero MUCHO después!
Ah, no era remate de animales sino de bienes muebles, los de animales son mucho más complicados
ResponderBorrarA la feria los animales deben llegar mucho antes para “destararlos” es decir que caguen y meen hasta que se aburran, porque los viejos antes de llevarlos a la feria les dan sal. La sal les da sed y toman agua como bestias que son. Además de darles todo el pasto verde que puedan comer. Son bien pillos, pero como todos las saben todas, se neutralizan. Ahora las pillerías del martillero son otra cosa, pero también sabidas. Los pajaritos nuevos, esos si, pagan muy caro el noviciado. Si quieres tener éxito allí, debes acompañar a tu padre desde que cumpliste 12 años. Si no, nunca vas a saber todo el libro y te lo van a mandar guardar doblado y con arena.
ResponderBorrarjajaja exactamente! Yo fui dos veces a remates de animales en el sure, eran ferias chicas pero es todo un mundo de triquiñuelas, es impresionante ver a los viejos con su poncho fumando, todos se conocen, callados, haciendo morisquetas al martillero y entre ellos.
ResponderBorrarPor eso siempre he pensado que las ferias de animales son la mejor escuela de negocios de Chile y de allí salen los mejores empresarios, así como grandes pillos, es un mundo extraordinario