Mi oficina está desalojada porque -como les conté- le están cambiado el piso. No me había dado cuenta cuanto me he acostumbrado a ella todos estos años. Me encierro a leer, escribir o la uso para soñar despierto, que es una de mis ocupaciones favoritas desde que tengo memoria, hago mis ejercicios, aporreo el teclado Yamaha y me dedico a un montón de cosas placenteras para mi, sin molestar a nadie y sin nadie que me moleste.
Llevo una semana sin ocuparla y espero que mi buen amigo el Coco Ayala, me la termine esta semana que viene. Por mientras me doy vueltas por la casa como león enjaulado, inquieto y sin saber que diablos hacer. Ayer estaba en eso cuando aburrido me puse a buscar algo en Netflix, donde muy rara vez encuentro algo que me interese. Esta vez, sin mucha esperanza, me puse a ver la película "Otra ronda" del noruego Thomas Vintenberg, la vi solo hasta la mitad pero igual me pareció un buen argumento.
Se trata de un grupo de cuatro amigos, profesores de mediana edad con todas sus necesidades materiales resueltas pero en plena crisis de la edad mediana, eso que le viene a los cincuentones cuando se dan cuenta de la decadencia: que ya no son ni la sombra de lo que eran, que han perdido todo entusiasmo y se han convertido en una especie de muertos en vida, esperando la vejez inevitable y estirar la pata.
A mis 66 años, obviamente el asunto no me dejó indiferente, además los profesores ya habían perdido completamente el interés por enseñar, algo que a mi me pasó hace rato así es que le empecé a poner atención al asunto. El caso es que estos amigos se juntan para celebrar el cumpleaños de uno y lo que parte como una reunión aburrida se empieza a animar a medida que empiezan a descorchar las botellas de vino y van destapando las de vodka. Todo termina en una de esas maravillosas borracheras que con el tiempo no se olvidan, por lo que me han contado algunos amigos que han tenido esa reprochable experiencia.
Al otro día se juntan y empiezan a conversar sobre lo bien que lo pasaron y como -por un momento- se volvieron a sentir como cuando eran jóvenes. Uno de los amigos menciona la teoría del psiquiatra Finn Skårderud que dice que el ser humano nace con un déficit de 0.05% de alcohol en la sangre y eso es lo que nos impide ser mejores y más desinhibidos. ¡Imagínense como saltó mi interés en esa parte de la película!.
La cosa es que los amigos se ponen de acuerdo en probar la teoría: cada uno tomará el suficiente alcohol para llegar al 0.05% en la mañana y llevarán un registro de como hacen sus clases y a anotar los cambios en su vida personal.
Como era de esperar los resultados son espectaculares, los profesores a medio filo, bajo los efectos de un par de copas de vino hacen clases espectaculares, los aburridos se convierten en simpáticos, se solucionan problemas matrimoniales, con sus hijos y con los demás, etc. etc. Cualquiera que haya andado a medio filo sabe que eso era lo esperable. No tiene nada de raro, o al menos así me han contado.
Lo otro que tampoco era raro fue que hayan pensado "si una copita es buena ¡cómo serán tres botellas" y terminaron alcoholizados y arruinando su vida. Supongo que esa debe haber sido el final de la película, porque cuando empezaron con la moralina yo apagué la tele y me puse a hacer otra cosa (a dormir siesta, creo).
La cosa es que, curioso, hoy me puse a buscar la famosa teoría de Finn Skårderud y lo primero que encontré fue que el mismo don Finn dijo que lo habían malinterpretado, porque el no había querido decir que hay que tomar todos los días. Después encontré una multitud de "estudios clínicos" dedicados a "demostrar" que la idea de don Finn era un gran error y que tomar, incluso cantidades insignificantes de alcohol, perjudica la salud.
Todo esto me hizo pensar como los famosos "estudios clínicos" no sirven para nada ni demuestran nada, son pura pseudociencia, engaño. He escrito varias veces sobre la escasa validez de la estadística frecuentista para demostrar nada que sea dudoso. Los estudios clínicos, incluso los doble ciego más cuidadosos, no demuestran nada, nunca y tienen poco o nada de científicos. Pienso que la estadística inferencial es totalmente cuestionable y que llegará el día -cuando seamos un poco menos idiotas- en que perderá todo su inmerecido prestigio.
Basta con entender como funciona para darse cuenta que es un engaño y como se usa para manipular, dando un barniz de ciencia a algo que es poco o nada científico. Estos estudios solo funcionan bien cuando investigan asuntos que son triviales, donde las tendencias son tan claras que no se necesita calcular nada. En todos los demás casos donde la tendencia no es clara, el valor de las estadísticas es cero, valen hongo. Muchos lo saben aunque pocos se atreven a decirlo públicamente. La estadística inferencial no debiese tener cabida en la ciencia.
Los estudios clínicos, igual que las encuestas de opinión pública, son usados principalmente para modificar el comportamiento de las personas y no están basados en "ciencia" sino en alguna clase de ideología, aprovechando que la gente común entiende poco y nada lo que significa el concepto de "probabilidad". Bueno, la verdad es que conozco doctores en muchas ramas de la ciencia que tampoco entienden el significado, o lo usan maliciosamente.
Volviendo a la película es muy cierto que el alcohol puede hacer milagros para mejorarnos como personas. También es verdad que se trata de una de las drogas más adictivas y peligrosas para la salud que existen, pudiendo causar daños irreversibles, incluso la muerte. ¿Y qué? Hay miles de cosas que hacemos todos los días que nos pueden causar la muerte. Yo he estado a punto de matarme cuatro o cinco veces muy, muy cerca. Todas han sido manejando y no por eso he dejado de manejar.
Vivimos en constante riesgo, el que no se arriesga no cruza el río y no podemos andar aterrorizados como gallinas por las mil cosas malas que nos podrían pasar. Conocí a un caballero de noventa y tantos años que está más parado que yo, lo único que lamenta es que hace unos años ¡tuvo que dejar de jugar tenis! Y me contaba que todos los santos días se toma media botella de vino al almuerzo, desde que tiene memoria. Y hasta una completa si está inspirado. Allí tienen un ejemplo de lo que valen los estudios clínicos.
A mi personalmente nunca me ha gustado ninguna bebida alcohólica, soy incapaz de saborear el alcohol, pero igual tomo porque me gusta emborracharme. O más bien para quedar maharishi, a medio filo es mi estado ideal. Algunas copas demás me ponen alegre y desinhibido, no tengo la menor duda que con trago soy mejor persona, objetivamente. Por eso me gusta juntarme con amigos y emborracharme ligeramente una vez al mes o cada dos meses tal vez, es un gusto que me doy.
Y para ocasiones especiales -un par de veces en el año- no tengo ningún problema en emborracharme como cuba. Tengo la suerte de que la resaca me da muy fuerte así es que no puedo emborracharme demasiado seguido, creo que eso es lo que me ha salvado del alcoholismo, porque -como he contado varias veces- dos de mis mejores amigos han muerto de cirrosis y uno de sobredosis.
Estaba pensando que como el alcohol me pone ocurrente debería hacerle caso al doktor Finn, así fue como me preparé un gran tazón de café Copacabana -buenísimo- al que le eché una generosa cantidad de ron que tenía por ahí. Pero esta vez no me puse ocurrente así es que como pueden ver, escribí las mismas tonteras de siempre. Al menos me ayudó a pasar esta miserable noche de invierno sin siquiera poder usar mi oficina, el alcohol también mata las penas, dicen.
Había toda una teoría sesentista o setentista según la cual los compositores y autores del rock no podían escribir ni componer bien, o no superaban la medianía, o no podían alcanzar cielos superiores de inspiración si no tenían una experiencia que en ese caso era mas bien con drogas.
ResponderBorrarRemontándose más atrás, los "poetas malditos" franceses también tenían su delirio inspirador en base a la absenta, el "hada verde", que se supone dictó versos a Artaud o Baudelaire. También conocida como ajenjo, no faltaron tangos que lo nombraban:
"Sirva otra copa de ajenjo,
si a nadie le importa si quiero tomar,
porque esta noche la espero
y sé que no ha de llegar"
En general, en el tango, el tipo toma añorando la mina que perdió o que no va volver. Incluso hay uno llamado "la copa rota" donde el sujeto le insiste al cantinero que le sirva en una copa rota, no importa, si se lastima los labios bebiendo, mejor, para olvidarse de su amor. Demasiado amor para mi gusto. Uls
No sé si “La copa rota es tango”, pero la letra es cebolla maravillosa.
ResponderBorrar“Mozo, sírvame en la copa rota
Quiero sangrar gota a gota
El veneno de su amor.”
Jajaja. Genial!!!
¡Si señor! Es un bolero escrito por el portorriqueño Benito de Jesús, gran autor.
ResponderBorrarTambién hay otra buena "omo, para no enamorarme. Me enamoro, para no tomar"
O esta otra del gran Bienvenido Granda
Deme otra copa, yo se la pido
No tenga pena por mi dolor
Es que me siento que estoy perdido
Esta és la causa de un desamor
Ya no resisto tanta agonia
Por eso bebo con gran ardor
Yo a usted le juro que la queria
Ella fué siempre mi dulce amor
Y hoy destrozado casi no vivo
Todos se burlan de mi llorar
Es que no saben que estoy perdido
Por eso tomo para olvidar
Las uvas se vuelven vino
ResponderBorrarPorque echan de menos
El dulzor de nuestra embriaguez.
Las estrellas circunvalan el polo norte
Porque echan de menos
La luminosidad de nuestra consciencia.
Es el vino el que se emborracha de nosotros,
Y no al revés;
El cuerpo surgió de nosotros,
No nosotros a partir de él.
Somos abejas y nuestro cuerpo es un panal;
Nosotros construimos el cuerpo,
Célula a célula lo hicimos.
Rumi.
Estadistica inferencial valiosa si la muestra es "representativa", y por ahi esta el problemita y es nada de menor.
no era un tango "la copa rota" ! eso sacude todas mis bases musico-nacionales ! A mi me gusta la versiòn de Calamaro, que es bastante tanguera
ResponderBorrarhttps://www.youtube.com/watch?v=OyFjpybUgww
Uls
Hay gente que toma para emborracharse, yo me tomo uno de esos "siúticos" cocktails (pisco sour, mojito, caipiriña) porque en realidad es placentero. El día que empiece a tomar para emborracharme es porque perdí el sentido de la vida, creo yo.
ResponderBorrarSobre si el alcohol es saludable o no, me acordé de un conocido que profesaba cierta religión que le prohibía incluso tomar té; cuento corto, se murió a los 50 años de diabetes. En fin...
Wilson In vino veritas
ResponderBorrarLo de la "muestra representativa" es -a mi modo de ver- la gran cuchufleta de la estadística inferencial. Cuando una muestra es efectivamente significativa basta con inspeccionarla, no son necesarios más estudios, pero una muestra genuinamente significativa es algoi más raro que encontrar un político honesto, todos los métodos de muestreo que yo he conocido son -por decirlo suavemente- cuestionables. Que digan que el azar es lo que determina la representatividad de la muestra es una de las cuchufletas más descomunales de la estadística, la aleatoriedad no asegura absolutamente nada, eso solo se acepta por un falso consenso. Es algo de lo que pocos se atreven a hablar o cuestionar, porque está muy metido en el establishment "científico".
Ulschmidt, mi ignorancia queda -una vez nás- al descubierto. Escuchándola bien, especialemte en la versión de Calamaro 'Claro que es un tango! Yo estaba acostumbrado a la versión de Feliciano que es la única que conocía, es un tango de 2 por 4 en toda la regla, claro que si. Mi error.
Sigfridus, a mi no me gustan los menjunjes, aunque si están bien cabezones igual los echo para adentro, en especial la piscola o CocaCola con Fernet Branca. ¡Salud!
Mujer "¡Otra vez llegas ebrio, borracho maldito!"
Marido "Es que tomo para oilvidar"
Muj "Para olvidar qué ¿se puede saber?"
Mar "... ¡chucha... se me olvidó!".
Salud!
ResponderBorrarEso de los "estudios clínicos" que revelan cada weá, siempre me parecieron truchos, sobretodo los relacionados con la "mortalidad". Un día te dicen que tal enfermedad es la "X" causa de muerte en personas a nivel nacional o mundial en algunos casos, o de esos que dicen que cada "X" cantidad de tiempo mueren una "X" cantidad de personas por una X razon o enfermedad, posterior a eso, aparecen estos "expertos" (que de no se de donde carajos los sacan) hablando x cantidad de weás que si uno las analiza y se compara con lo que se ve en terreno, se termina preguntando ¿en que carajos de realidad estoy viviendo? ¿Que mentiras me intentan vender?¿Que pastillas me intentan meter?
Hay veces en que me siento igual que en el autoplanet cuando veo la sección de aditivos... uso algunos para mi auto, pero su eficacia no la puedo certificar, porque no la veo.
La muestra más evidente de que son truchos se puede ver en como se ponen de moda o como se satanizan ciertos alimentos. En los cincuentas la leche, huevos y grasas se consideraban fundamentales y beneficiosos para la salud. A partir de los años setenta les vino la locura por las verduras y guisantes. Ahora hay una campaña histérica contra los carbohidratos y dicen que las grasas, leche y huevos no eran malas después de todo. ¡Es una locura! ¡Hasta se han atrevido a afirmar que el alcohol y las drogas son MALAS! ¿Adonde vamos a llegar? ¡No hay salud!
ResponderBorrarSe pusieron tan cebollentos que no pude menos que acordarme del clásico de pared de cantina "Vino que mataste a mi padre..." para que me volviera el alma al cuerpo.
ResponderBorrarSi hacemos abstracción de tiempos pasados, la mayoría de las personas andaban a medio filo; las bebidas espirituosas siempre formaron parte de la dieta por una razón muy sencilla, eran más seguras que el agua.
No es difícil imaginar que todas las decisiones políticas, planes de batalla y leyes fueron formuladas por fulanos que ya andaban a "medio filo" al medio día.
Yo, muy respetuoso de esa noble costumbre, procuro seguirla siempre que puedo; así que, salvo en mi adolescencia, no tengo problemas con eso de ser curao de fin de semana. Casi nunca me emborracho y ya no tomo destilados.
El unico paper que tiene mas de 100 citas, y que usan un libros de especialidd gringo... lo escribi bien borracho.
ResponderBorraratte
Nervio
El copete es bueno, yo con copete hago todo mejor o por lo menos eso me parece. Claro que en algunas pegas es muy mal visto. Y una equivocación en la mía aunque no sea culpa del copete se la van a achacar y ahí sonaste. Así que solo en las tardes y después de la pega.
ResponderBorrarEn mi pasión que es la aviación hay una prohibición. Se puede chupar, pero solo hasta mínimo 12 horas antes del vuelo. Claro que hay algunos que “inocentemente” dicen que se puede hasta 12 pasos antes del avión.
Y al revés de Challenger, solo destilado. El vino y la cerveza son muy pasosos o acusetes que es lo mismo en este caso.
Challenger, vamos a ponernos curtos entonces
ResponderBorrar"Vino y aguardiente puro
son bebidas de los reyes
agua que tomen los bueyes
que tienen el cuero duro"
(Manuel Rojas, "Hijo de Ladrón" o "Mejor que el vino", no me acuerdo cual)
Efectivamente, en toda la historia el ser humano ha disfrutado del alcohol, en este Templo del Ocio he dedicado toda una serie de entrada "Grandes borrachos", yo también tomo muy poco destilado.
Nervio ¡que prueba más clara! No se diga más. Queda comprobado que el alcohol mejora la capacidad mental de las personas.
Marcelo, tal como decía el sabio Paracelso LA DOSIS HACE AL VENENO, si tomas mucha agua, te ahogas, pero el agua es fundamental para nuestro bienestar ¿por qué no va a ser lo mismo con el copete?
para que no quede huella, creo que el vodka es lo mejor, por lo que me han contado
Sobre el tufo a alcohol, recorde que estuvo (quiza esta aun) de moda el "tampon en las rocas", lo embebian en licor y lo introducian en vagina y ano, esperando emborracharse sin olor. Y si se emborrachan muy rapido, pero el olor sale por la respiracion y el sudor. Un tiempo, al menos en Inglaterra, se lo ponian en los ojos.
ResponderBorrarComo dicen cada loco con su tema, mi unico problema es que votan...
No llega a tanto como para meterse el trago por el que te jedi. Antes circulaba la leyenda de la inyección de un destilado, la que de sólo pensarla hacía saltar mi belonefobia. A diferencia de don Tomás, yo si disfruto el sabor de las bebidas (salvo el vino que nunca me ha gustado).
ResponderBorrarEso del tufo me recuerda varias experiencias surrealistas, sobre todo en el Metro de Santiago.
Curiosamente, en Chile, cuando uno anda pasado a trago un día miércoles, las miradas de reprobación son peores que las de un pueblo donde todos se conocen. Una vez fue tanto, que con un amigo comenzamos a trolear a los pasajeros del Metro; los curaos odiosos. Los diálogos iban más o menos así:
- Los chilenos son tan hipócritas; los viernes en los supermercados uno ve carros llenos de botellas y en la semana son todos abstemios.
El otro contestaba...
- Claro, uno se pregunta de donde vienen los índices de consumo de alcohol, porque parece que nosotros somos los únicos que tomamos en este país. Nos miran como si fuéramos extraterrestres.
Respecto de las profesiones, efectivamente, había un médico jefe que dejaba el pabellón sanitizado. Pero eso no era nada sabiendo que en ese mismo hospital se perdían las morfinas.
Un curao profesional me decía que, como los curaos acostumbran a disfrazar el tufo con mentas (y todo el mundo cacha), las pastillas de anís desorientaban a la gente. jajaja
Es que el "halito alcohólico" es un estigma durante el día, especialmente en horas de trabajo. Como dice Marcelo la cerveza y el vino dejan un halito muy fuerte, el vodka casi no deja huellas, el anís es un licor que se toma mucho en la sierra peruana, a mi me gusta mucho el anís Najar y cuando guiaba tesis de magister a veces, después de graduarse, algunos alumnos me pasaban de regalito una botella de anís, porque era vox populi que me gustaba, igual que la exquisita dulcería de Arequipa o el macerado de damascos y pisco de Tacna. El anís tiene la ventaja que deja tufo... a anís.
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