03 octubre 2021

Los cholets


Estuve muy entretenido viendo en Youtube la película Cholets, dedicada al constructor boliviano Fredy Mamani y sus extravagantes edificios en la ciudad de El Alto que ya son conocidas en gran parte del mundo. La película es muy interesante en el sentido que muestran la vida de Fredy, su obra y los intentos de explicación de ella desde distintos puntos de vista.

Fredy es un rockstar y debe estar ganando muchísima plata. Estuvo en Arica hace un par de años invitado por la Fundación Altiplano y me perdí la ocasión de conocerlo porque no pude ir a ver su conferencia. Parece que fue una especie de visita papal por la admiración ciega con que hablaban de él quienes lo vieron. En pocas palabras, el éxito le sonríe por todas partes.

Creo que se lo merece, aunque no por ninguna de las cosas que haya leído o escuchado sobre él. Creo que los que comentan su obra, incluida la película, mucha gente de la academia y sobre todo los indigenistas aimaras andan totalmente perdidos con el fenómeno que ha resultado de su trabajo. O no entienden nada, o bien saben como es la cosa pero prefieren no hablar de eso para no romper el encanto de un cuento que se vende muy bien en los países del mundo desarrollado.

No quiero andar con rodeos y quiero decirlo directo desde el principio: el fenómeno de Fredy Mamani es uno de los varios efectos que ha producido el enriquecimiento repentino de muchas familias aimaras gracias al tráfico de drogas o sus efectos indirectos. En especial el enriquecimiento por el comercio en cualquiera de sus formas, que ha sido el canal por donde se lavan los ingresos por la venta de hojas de coca y producto a medio elaborar que en Bolivia se ha estado exportando con completa inmunidad desde hace ya varios años.

Bolivia es un país que quiero mucho, igual que el Perú porque desde que llegué a Arica he hecho amigos de ambos países y comencé a conocer la cultura aimara que me atrae y le tengo gran admiración. Eso no significa que me trague los cuentos indigenistas o que los vea como una especie de nobles salvajes -para nada- creo que es una cultura llena de virtudes y defectos. Y aunque me atrae mucho su parte buena no soy ciego a sus miserias.

Entre las cosas que les admiro están sus habilidades comerciales y negociadoras, su frugalidad y disposición al trabajo duro, fuerte amor por la familia y deseos muy poderosos de superación personal. Bueno de allí sale también su cara B y la mayoría de sus miserias como el resentimiento social, arribismo desenfrenado y cosas por el estilo. Cada una de estas grandezas y miserias se refleja en el fenómeno de los cholets, que son verdaderos monumentos al deseo de aparentar, al peor gusto pero también al fuerte instinto comercial, familiar y económico tan característico de estos "judíos de América Latina".

A propósito otra de las obsesiones típicas en la cultura aimara es el poder:  cuando una mujer es deseable para la cama, dicen que es "poderosa",  las fiestas y procesiones al "Señor del Gran Poder" son muy populares y no es raro que los aimaras se tomen la política en los lugares donde viven porque es una cultura con un apetito de poder muy desarrollado, solo piensen en Alejandro Toledo del Perú o el propio Evo Morales, dos paradigmas del arribismo aimara.

Yo encuentro  que los cholets son estéticamente horribles y me alegro mucho que en Arica a ningún aimara con plata se le haya antojado armar el suyo. Culturalmente reflejan más las cosas negativas que las positivas que tienen los aimaras: el arribismo de nuevos ricos, el ansia de ostentar y aparentar se ven muy claramente en los cholet que solo son fachadas, mientras que por los costados y atrás muestran las mismas horribles estructuras de ladrillo pelado que adornan las calles de Juliaca, Cusco, El Alto y tantas otras ciudades del altiplano.

Más que orgullo de raza creo que con esa ostentación muestran el complejo de inferioridad, la inseguridad de los nuevos ricos, que convierten lo que los avergüenza en una especie de jactancia, como cuando algún ministro de Evo Morales decía que "leer es malo". Todo el andamiaje de teorías que han hecho los críticos de arte norteamericanos y europeos es solo ingenuidad y esnobismo, tan común en esos mundillos. Muchos aimaras gracias a la coca -de manera directa o indirecta- están sufriendo su propia enfermedad holandesa, igual que los holandeses durante la fiebre de los tulipanes

Cuando los indigenistas plantean ese aparente conflicto entre la corrupta cultura occidental y la maravillosa cultura ancestral andina, se basan en una tremenda ignorancia histórica, que ostentan incluso algunos que han leído mucho y están llenos de títulos. Claro que eso no les ha quitado ni un pelo de burros. Resulta que no hay nada menos "ancestral" o "milenario" que la cultura aimara, que es algo muy joven, y por lo mismo todavía primitivo, en desarrollo. De allí viene, creo yo ese complejo de inferioridad y resentimiento que los hace tan ostentosos cuando llegan a tener plata y poder, por algo existe eso de "no me den cholo que mande".

Pero en fin, solo he hablado de lo malo, ahora veamos algunas cosas maravillosas de esta gente que tanto me gusta. Lo primero es el amor por la familia, la unidad del clan, que es mucho más fuerte que en nuestra cultura occidental, donde el "sálvate como puedas" es mucho más frecuente. La crianza de los hijos y el apoyo entre hermanos es cosa seria y los cholets también reflejan eso, porque normalmente tienen una planta baja que es para el negocio y un piso para cada uno de los hijos. En el techo está el "cholet" propiamente tal donde viven los padres. 

Este es un esquema que se repite en todas las ciudades del altiplano. Cuando conocí Puno y Juliaca, no me explicaba donde vivía la gente porque no vi ni una sola casa, todos eran negocios. Bueno, después supe que vivían en los pisos de arriba, uno para cada hijo casado con su familia y en el último piso viven los padres. No fue un invento de Fredy Mamani sino un requerimiento de sus clientes.

Mamani, a mi modo de ver es un verdadero genio, pero no de la arquitectura, del arte ni de la construcción, sino que un genio del marketing y la psicología de los negocios, porque supo identificar el enorme mercado de los nuevos ricos -muy ignorantes en su mayoría- interpretando sus necesidades y capturando su imaginación como solo uno de los suyos podía hacerlo. Es el Steve Jobs del altiplano, claro que no es un miserable hipócrita como fue Jobs, Fredy trabaja de buena fe y ha conseguido cosas espectaculares, pero hay que dejar bien claro que no es un Martin Chambi ni nada parecido

En fin, solo quería tratar de explicar como los cholets son una manifestación de las peores y mejores cosas de la cultura aimara : la ostentación, el mal gusto, pero también los fuertes lazos familiares y el talento para hacer negocios de estos fenicios de Los Andes. Creo que no me salió muy bueno mi intento de explicación, al menos no como quería, pero peor es nada. 

Lo que si puedo asegurar es que Fredy Mamani es uno de los exponentes más auténticos de la cultura y la sociedad aimara en la actualidad, que con sus cholets hizo algo realmente grande, pero no hay para que prenderle velitas ni inventar falsas teorías como tienden a hacer muchos intelectuales de la academia en los países desarrollados, se trata simplemente de un genio autóctono, ni más ni menos que eso.

Estuve revisando mis artículos sobre historia y economía en Bolivia, que es un tema que me gusta mucho y veo que nunca he tratado bien el asunto de la economía de la coca, tal vez tenga que preparar una entrada sobre eso, que es un tema que me encanta por lo apasionante y curioso.

12 comentarios:

  1. El estilo tambièn me parece estridente pero está bien, es una expresiòn de personalidad propia - del arquitecto y de la comunidad que lo rodea.
    Puede haber algo de alharaca.. pero es inevitable. A la arquitectura hay que pagarla, siempre debe haber una aristocracia o una burquesìa deseosa de "figurar" y que financien.
    El otro dìa veìa en youtube un análisis de la arquitectura europea. Resulta que los estilos diferentes volvieron a ponerse de moda siglos después, y de ahì el neo-gótico, neo-clàsico, etc... Además de eso los ricos estaban afectado por las lecturas de moda, querìa el halo de la caballerìa cuando ya no era la era de los caballeros, y se hacíaan construir cosas fuera de época y función.
    Mucho era como cartòn-piedra, castillos y fortalezas cuando ya no eran necesarias. El castillo más famoso del mundo, el que aparece en las portadas de Walt Disney, se inspiró en un castillo bávaro que hizo un rey de Prusia... que jamás funcionó como castillo, era una residencia pomposa nomás.
    Con todas estas salvedades europeas podemos disculpar a los cholets también. Uls

    ResponderBorrar
  2. Yo que pensaba que estaba viendo templos hindúes o camiones pakistaníes por lo de la ornamentación exagerada.

    ResponderBorrar
  3. Sobre mal gusto, bueno tambien esta J Pollock y de lo mas bien que vende su "obra"

    Marcelo

    ResponderBorrar
  4. Tiene antecedentes en el barrocco americano, es semejante pero en colores chillones o neon. Genial en un restaurante , de comida hindu por ejemplo, o un hotel, como el Huilo Huilo.
    Suena insoportable como para vivir :-)

    ResponderBorrar
  5. Wilson, para moteles u hoteles-alojamiento temporal estaría muy bien! Uls

    ResponderBorrar
  6. Perfectos por dentro para casino de las vegas. El mismo mal gusto y afán de ostentación.

    ResponderBorrar
  7. Por aca se esfuerzan Uls, pero aun no llegan al nivel abigarrado de Mamani, pero estan en camino. https://hotel777.cl/

    ResponderBorrar
  8. Ulschmidt, por supuesto, los cholets y su kitsch no tienen porqué rendirle cuentas a nadie. Al contrario, reflejan perfectamente las ideas y ambiciones de sus clientes, igual que el castillo del loco bábaro ese. Ni más ni menos, s0n un reflejo excelente de la sociedad en que se armaron. Creo que más interesante que entrevistar a Mamani habría sido un buen documental con la historia de los dueños de los cholets y de las personas que contratan esas salas de eventos para cumpleaños, matrimonios, fiestas de quince años, etc.

    José, esa es una muy buena observación. Los cholets tienen mucho en común con las extravagancias de los nuevos ricos de India y Pakistan, incluso creo que tienen mucha más influencia -o similitud- con esas que con Tiawanaku o cosas por el estilo.

    Marcelo, Pollok también encontró su nicho, yo tengo un par de reproducciones de él acá en la oficina, es una muestra de arte flojo por excelencia, donde la obra pierde importancia frente al cuento y la "teoría" que usan para venderla. LAs VEgas parece sobrio y conservador al lado de lo de Mamani. Lo que agrega extravagancia a los cholets es que están ubicados lado a lado con construcciones miserables, galpones y cosas así, que en el altiplano no se consideran feas. Por ejemplo allá se le llama "material noble" a las bloquetas de cemento vibrado, la cerámica y sobre todo al ladrillo, la piedra laja y madera se consideran materiales indignos y de mala calidad. Esa idea del "material noble" Fue una de las grandes sorpresas que me encontré en Juliaca.

    Ulschmidt, Wilson, prácticamente todos los cholets en su primer piso (y normalmente en los demás, menos el último) son negocios: salones de eventos para bodas, cumpleaños, salas de conferencias, hoteles bed an brackfast y cosas así, por eso muestran muy bien el espíritu comercial aimara.

    Si bien están llenos de mármol y materiales muy costosos, el cholet donde viven los dueños es bien básico por lo general, el lujo es todo para aparentar, no para consumo propio, lo que muestra la frugalidad. Y la explotación de los pisos son para los hijos, lo que muestra los valores familiares.

    Wilson, me acordé del nunca suficientemente recordado Hotel Valdivia que estaba cerquita del PArque Bustamante y frente al Arte Chino... por lo que me han contado unos amigos ¡Ahhhh!

    ResponderBorrar
  9. jaja, no tecleo dijo el chino. Para mi que entrabas con giftcard o con una cuponera.

    Los dueños eran la familia Quezada si mal no recuerdo, específicamente creo que era la mamá. El hijo era un coleccionista de arte y un gran conocedor del arte chino (eran dueños de ese negocio también cuya casa central estaba al frente, fue pionero en el comercio directo con China cuando nadie más lo hacía)

    ResponderBorrar
  10. Es como el llamado fliper. Prefiero el fliper original.

    https://www.youtube.com/watch?v=KoStepGc01s

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"