Tulipanes y Criptomonedas

Tulipomanía
A los que les gusta la historia el asunto les sonará conocido. En el Siglo XVII -es decir entre 1600 y 1700- las provincias neerlandesas gozaban de una enorme prosperidad. Siendo antiguas provincias españolas y gracias a sus hábiles banqueros y comerciantes judíos, ese pequeño territorio se había convertido en una potencia naval y comercial adonde terminaban las montañas de plata que recibía España de sus colonias. 

Fue el Silicon Valley de su época y la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales era un equivalente a las actuales Shell o Amazon, con sus nuevos ricos extraordinariamente ostentosos. Tal como hoy Bezos o Musk se gastan cientos de millones de dólares en subir con sus invitados por unos pocos minutos sobre la atmósfera, en esos años la riqueza acumulada buscaba un camino de salida adonde ostentar los millones. Y así apareció la Tulipomanía, es decir la fiebre por los tulipanes, que no servían para nada excepto de adorno en los jardines de los ricos. Leo en Wikipedia:

"En 1635 se vendieron 40 bulbos por 100 000 florines. A efectos de comparación, una tonelada de mantequilla costaba 100 florines, y ocho cerdos, 240 florines.​ Un bulbo de tulipán llegó a ser vendido por el precio equivalente a 24 toneladas de trigo".​

Los bulbos de tulipán, a igual peso, llegaron a ser mucho más valiosos que el oro y la plata. Los productores empezaron a experimentar con nuevas variedades híbridas, de distintos colores en una sola flor, que hacían subir el precio como espuma.

Resulta que los banqueros, comerciantes y contrabandistas neerlandeses, en medio de la locura de los precios del tulipán, inventaron los contratos a futuro, donde el comprador pagaba por adelantado -a un precio algo menor- por tulipanes que todavía no se habían cosechado o incluso ni siquiera se habían plantado. 

O sea en lugar de comprar algo que te entregaban físicamente a cambio de dinero, comprabas una promesa de algo que te entregarían a futuro, cuando fuese cosechado. Por si alguien lo ha olvidado el contrato a futuro que se firmó con la minera china Minmetals cuando el funesto Nicolás Eyzaguirre era ministro, fue precisamente de esa clase. Una estupidez gracia le costó al fisco de Chile miles de millones de dólares.

El precio de los tulipanes era una locura, especialmente cuando apareció la peste bubónica que causó escasez de trabajadores en el campo el valor se fueron a la estratósfera y se formaron fortunas enormes  gracias a esta burbuja que empezó a crecer sin límites. Hasta que... 

"El 5 de febrero de 1637, un lote de 99 bulbos de tulipanes de gran rareza se vendió por 90 000 florines: fue la última gran venta de tulipanes. Al día siguiente se puso a la venta un lote de medio kilo por 1250 florines sin encontrarse comprador. Entonces la burbuja estalló. Los precios comenzaron a caer en picado y no hubo manera de recuperar la inversión: todo el mundo vendía y nadie compraba. Se habían comprometido enormes deudas para comprar flores que ahora no valían nada. Las bancarrotas se sucedieron y golpearon a todas las clases sociales. La falta de garantías de ese curioso mercado financiero, la imposibilidad de hacer frente a los contratos y el pánico llevaron a la economía neerlandesa a la quiebra"

¿Que produjo esa burbuja de locura colectiva, codicia, ansias de aparentar o lo que sea que llevó los precios de los tulipanes a niveles de locura? Nadie con la cabeza fría habría arriesgado un centavo en un maldito bulbo solo porque se puso de moda. Sin embargo cientos de miles de personas lo hicieron, directa e indirectamente. La mayoría perdió hasta la camisa y unos poquísimos se retiraron justo a tiempo ¿Inteligentes? Nada de eso, suertudos, porque nadie podía saber el momento en que la burbuja iba a reventar.

Criptomonedas
Las semejanzas entre la burbuja de los tulipanes y la de las criptomonedas son enormes. Es el mismo cuento con otros nombres y en otra época. Partamos por el nombre: las criptomonedas jamás han sido monedas y ya está más o menos claro que nunca lo serán, al menos no en las formas que existen ahora. Para que algo pueda considerarse moneda debe ser aceptada por todos, o al menos por la inmensa mayoría de la gente, eso no lo lograron las criptomonedas ni lo lograrán. El Nobel Paul Krugman, que ha dicho muchas estupideces a lo largo de su carrera, en esto fue muy certero .

"Bitcoin no es nada nuevo, ha existido desde 2009 y en todo ese tiempo nadie parece haber encontrado un buen uso legal; no es un medio de intercambio conveniente; no es una reserva estable de valor; definitivamente no es una unidad de cuenta"

La verdad es que las criptomonedas son lo mismo que los tulipanes negros: esperanza, ilusión y alimento para la codicia en algo que seguramente no tendrá ningún valor futuro, aparte de la moda: una moneda que no es generalmente aceptada. El valor es algo subjetivo, lo sabemos, pero el oro, plata y las piedras preciosas han mantenido e incrementado su valor por siglos a través de muchas culturas y situaciones diferentes. Por alguna razón hay cosas que valoramos a lo largo de los siglos mientras otras solo son modas, que duran años y hasta décadas sin lograr consolidarse. 

Con las burbujas se puede ganar, claro, igual como se puede ganar a la ruleta si uno hace la pasada retirándose en el momento justo. Pero al menos en los casinos te sirven tragos de cortesía, canapés y a veces se encuentra en el bar una que otra viuda o esposa traviesa buscando alguien que las entretenga. No me gustan las apuestas, pero si voy a apostar prefiero el casino, donde dependo más del azar que de una alta probabilidad de que me estafen.