13 diciembre 2021

La frugalidad

He estado leyendo y viendo videos -como no- sobre Warren Buffett, que llegó a ser el hombre más rico del mundo y además ha donado buena parte de sus activos a obras filantrópicas. Con los años Buffett se ha convertido en el inversionista más popular de la historia. Es famoso por vivir en la misma casa que se compró en en 1958 pagando 31.400 dólares. No es una choza pero tampoco una gran mansión, miren

Sus mejores inversiones
Buffett dice que su casa es la tercera mejor inversión que ha hecho en su vida y pese a tener una fortuna estimada en 67.500 millones de dólares y de ser el tercer hombre más rico del mundo, vive donde mismo. Tal como Zalo Reyes ni siquiera se cambió de barrio. Hoy esa misma casa está avaluada en 650.000 dólares, que es solo el precio de una casa de clase media alta, pero igual, como inversión no estuvo nada de mal.

En 1971 su primera esposa lo convenció que comprara una casa de playa en Laguna Beach, California que le costó 750.000 dólares, en 2018 la vendió en 7,5 millones de dólares. Nada mal. Buffett comparte mi idea que la casa propia es la primera y mejor inversión, también que lo único importante es que sea un lugar donde a uno le guste vivir "me cambiaría si pensara que en otro lugar estaría mejor, pero no es el caso" ha declarado. Sabias palabras.

Su segunda mejor inversión fue un curso de oratoria que tomó en los años 50 con Dale Carnegie. Le costó 100 dólares, que significaba en esa época el 1% de su patrimonio. Como dato ilustrativo, si se calcula el valor presente de esos 100 dólares, considerando el crecimiento de sus activos, hoy serían como 185 millones de dólares. Flor de inversión.

Su mejor inversión según ha dicho, fue el anillo de compromiso con un diamante para su mujer. Ese gasto representó el 6% de su patrimonio total al momento de comprarlo. Obviamente que él atribuye el crecimiento astronómico de su fortuna a vivir en una casa agradable, haber mejorado sus habilidades de oratoria con Dale Carnegie y al apoyo que fue su matrimonio.

Lo de Carnegie es muy interesante, a ni sus libros me impactaron muy fuerte en un período muy difícil de mi vida y he escrito un par de veces sobre eso. Si Buffett afirma que ese curso le cambió la vida y que a eso le debe en parte su riqueza yo le creo, porque también tengo una enorme admiración por Carnegie y también fui tan influido por él como para cambiarme la vida. Lamentablemente no gané billones como Buffett (snif) porque está claro que eso no es lo mío.

El valor presente y el valor futuro
Cuando Buffett clasifica las mejores inversiones de su vida, se nota que maneja perfectamente eso del valor futuro. Un solo peso ahorrado o bien gastado hoy, puede significar muchos millones en el futuro, así como unos pocos pesos malgastados en ciertos momentos clave pueden significar la ruina por el resto de la vida. El valor cambia con el tiempo, para bien o para mal, por eso la importancia de postergar el consumo, gastar bien y ahorrar todo lo que se pueda. Medio en broma, Buffett define así las dos reglas para tener éxito en finanzas: Regla 1: Nunca perder dinero. Regla 2: obedecer siempre la regla 1.

Cuanta satisfacción nos dan las cosas
Sin embargo don Warren Buffett no es un simple tacaño que no gasta para acumular una piscina de dinero.. Él tiene muy claro que la riqueza es para gastarla, pero su idea es el gasto sustentable, o sea siempre ahorrar antes de gastar. Uno de los pocos gastos buenos que reconoce es gastar en si mismo, en cosas que mejoren las capacidades personales. Eso explica por qué condideró el curso de oratoria como una de las mejores inversiones de su vida.

Pero también hay algo más interesante en eso. Gastamos para obtener satisfacciones, pero muchas veces las satisfacciones que obtenemos son mucho menos intensas de lo que pensábamos. Creo que a todos nos ha pasado, pensar que con un estupendo auto, un reloj, un Iphone o esa clase de cosas vamos a ser más felices y resulta que cuando las tenemos, después del momento inicial, la satisfacción que nos da desaparece rápidamente.

Yo era un apasionado de los autos y pensaba que cuando tuviera un Honda CRX sería muy feliz, pero lo tuve y mientras andaba en él o lo tenía estacionado frente a mi casa no sentía ninguna felicidad extraordinaria. Lo mismo cuando viajé en 1983, yo vivía en una vivienda social de dos piezas, jamás me había subido a un avión y soñaba con conocer el mundo, darme grandes lujos y todo eso. Bueno, lo hice y mientras estaba alojado en el Keio Plaza o en el lujosísimo Hotel Mandarin de Hong Kong  me di cuenta que la cosa no era para tanto. Después del impacto inicial los lujos producen un acostumbramiento increíblemente rápido, después ni los notamos.

He llegado a pensar que cuando un billonario se compra mansiones, yates, aviones y derroche enormes cantidades de plata en una sola noche solo está tratando de impresionar a los demás, de ser reconocido o envidiado. Y pocas veces lo consigue porque a nadie le gusta ver el éxito ajeno. Cuando leo las historias de lujo y derroche de algún joven billonario de Silicon Valley solo puedo pensar que es un tipo acomplejado ansioso de reconocimiento. Y como no consigue ser reconocido por otras cosas recurre a la extravagancia y el lujo inútil. Creo que no existe mayor lujo que pasar un rato conversando y tomando cerveza con gente que te quiere, todo lo demás es adorno.

Las cosas cuestan plata y la plata nos cuesta vida, la mayoría no tenemos plata pero tenemos vida y estamos dispuestos a hacer el trueque, haciendo grandes sacrificios para tener plata y juntar cosas. El error es que muchas veces evaluamos anticipadamente una satisfacción mucho mayor de la que finalmente obtenemos de las cosas, así es que entregamos demasiado sacrificio y demasiada vida para conseguir una satisfacción muy corta. 

Evaluar bien la satisfacción que nos dan las cosas es fundamental, por eso muchos billonarios encuentran satisfacciones personales en la filantropía. Cambiarle la vida a una persona es mucho más satisfactorio que dormir en un lugar extremadamente lujoso, que al final es solo una maldita cama muy adornada, manejar un auto carísimo que nos entrega el mismo servicio que mi truculento Toyota Vitz y cosas por el estilo. Casi toda la gente sobrevalúa la satisfacción que le darían las cosas que nunca han tenido, es un error común y así arruinan su vida persiguiendo un fantasma.

Significado de la frugalidad
Visto así, la frugalidad no es solo efecto de tacañería, ambición o ansias de acumular, sino de un buen cálculo de la satisfacción que nos darán las cosas. Si tenemos un carácter sin complejos de inferioridad, y no nos preocupa impresionar a nadie, cuando sabemos que comer o dormir en un lugar carísimo, que viajar por el mundo, manejar un auto de alta gama o darnos cualquier otro lujo extravagante, solo nos dará una satisfacción muy corta. Creo que ese es el verdadero significado de la frugalidad.

La importancia del ahorro
El que guarda siempre tiene decía mi abuela. Bueno, eso es un invento porque yo, como hijo tardío, no conocí a ninguna abuela, pero en todo caso creo que es una gran verdad. Cuando uno es frugal casi siempre puede ahorrar y tener unos pesitos para cualquier cosa interesante que se presente, en mi caso para arreglar la casa.

Es así aunque parezca imposible. Yo llevo casi cuatro años cesante y sin ninguna fuente constante de ingresos, sin embargo cuando vi como iba la cosa con la economía pensé que era un buen momento para juntar dólares. Y así, un billetito tras otro ya tengo tres mil dolaretes en una caja de lata bien fondeada adonde no llega el sol. Hasta el más pobre puede ahorrar, pero generalmente eso es imposible para los que viven de un salario. 

Por alguna extraña razón que nunca he entendido completamente, apenas alguien tiene un ingreso asegurado pierde su capacidad de ahorro y se gasta hasta el último centavo que recibe, y a veces más. No me pregunten por qué, pero ese es un hecho experimentalmente comprobado, o al menos así lo he visto siempre yo. Nadie que gane un salario es realmente frugal, al menos entre los que yo conozco.

14 comentarios:

  1. Muy buena columna Don Tomás.
    Debe usted estudiar Latín y entendería los conceptos de "Mendicitas, Inopia, Paupertas, Parcus, Parsimonia, Oeconomicus, Copia, Ubertas y Opulentia.."
    Un estado que yo considero superior es el ser "Parcus" que podría encajar en frugalidad.

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  2. Estoy muy lejos de saber latín Centurio, pero conozco bastante bien la inopia, de primera mano jaja. Ser parco también es un concepto muy interesante.

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  3. No hay que tener cosas. Siempre son un cacho. Hay que tener buenos amigos que las tengan. Así se tienen las ventajas y no los problemas.

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  4. Cuando era joven fuí ingeniero de planta de un ingenio azucarero en la zona subtropical. Al comenzar la zafra anual entraban a la fábrica un montón de trabajadores temporales.
    Les pagaban por quincenas, y la primera quincena era esperada con ansias después de un verano de ingresos salteados. Formaban fila y cobraban en un sobre, en la esquina a una cuadra de la portería aparecían las chicas del prostíbulo y les silbaban, otros sentían una sed inmensa y rumbeaban para el bar. Algunas esposas se hacían de cuerpo presente a pasos de la salida y les quitaban el sobre antes que se invirtiera mal.
    El que no ahorra es porque le manotean el sobre. Uls

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  5. El salario produce una seudo seguridad, seguira llegando todos los meses e incluso se puede gastar anticipado.
    Pasar por un "interesante" periodo de pobreza extrema puede ser muy educador para no caer en esa trampa. Pero curiosamente muchos lo interpretan al reves y ante la minima seguridad se desbandan. Quiza todo se reduzca a un asunto de amigdala y dopamina...

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  6. En un momento de mi vida, soltero, joven , dpto. propio, con tarjeta de crédito, y un gusto por la Dolce Vita.....mujeres y alcohol, me llevo a encalillarme tanto que estuvieron a punto de rematar mi dpto. y pase 7 años de mi vida solo para trabajar y pagar las deudas.

    En un abrir y cerrar de ojos, se me fue la juventud....

    De ahi, dije nunca mas tarjetas de crédito

    Marcelo

    Pd. El bco Estado me clavo con unas tarjetas de crédito, por un hipotecario que solicite, pero las tarjetas las bote y ni siquiera las active.

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  7. Muy interesante la columna de hoy Tomás, y estoy de acuerdo.

    A mis 30 años he tenido la oportunidad de viajar más de lo que alguna vez imaginé y por lo menos saborear ciertas cosas muy buenas, pero no necesariamente exclusivas (entiendase, de lujo).
    Por lo mismo entiendo porque a la gente le gusta el lujo, pero también me doy cuenta que para mi no vale la pena derrochar la vida para comprar lujos. En vez de esto, me he unido a la tendencia del minimalismo, o sea tener poco pero bueno y que todo cumpla una función. Cito un grafiti post estallido delincuencial en Talca: "¿Cuánta vida te está costando tu sueldo?".

    Joaquín Fernández

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  8. Marcelo, tengo un ejemplo perfecto para ilustrar esa gran verdad que dices: el taladro. En realidad tengo dos: el taladro y la escalera. Bueno, hay varios más jaja! No hay que tener un taladro sino un amigo con taladro, etc.

    Ulschmidt, con la mujer requisando el sobre cualquiera ahorra pues! Esa no es gracia jajaja. Que buena historia.

    Wilson, si puede ser algo de amigdala y dopamina, es muy posible que sin saberlo algunos tengan más propensión al gasto y otros más al ahorro. Lo cultural debe influir también, seguro.

    Marcelo, eso es algo muy típico. Muchas veces las buenas acciones pasan coladas y nadie te da un mísero apretón de manos, pero casi siempre los errores se pagan cash y nos damos cuenta cuando es demasiado tarde. Pero en fin, la vida es así. Usar crédito -en cualquiera de sus formas- para consumir es la receta segura para arruinarse. Nunca falla.

    Joaquín, chas gracias. El lujo imaginado es mucho más placentero que cuando lo experimentamos. Soñamos con que comer o tomar algo muy fino, alojar en lugares caros y cosas así es espectacular, pero cuando efectivamente tenemos la oportunidad de hacerlo, casi siempre no lo disfrutamos ni un 10% de como lo imaginábamos. Es algo muy raro.

    Eso de "¿Cuánta vida te está costando tu sueldo?" es una frase muy buena, pero los que la dicen normalmente la entienden al revés, porque piensan que es posible tener sueldo sin necesidad de sacrificar vida, esa es una idea estúpida, la seguridad no es gratis, al contrario, es muy costosa.

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  9. Todo es cuestión de expectativas.
    Jamas hay que crear muchas.
    El viejo truco de la sorpresa es lo que más resultado da.
    Ese es el mejor copete del mundo.... y luego, siiii, mas o menos.
    París no tiene igual. Que te pareció Paris? Mmm, bonita.
    Esa mina me va a llevar al séptimo cielo. Y, que tal? Mas fome que trote de vaca.
    Me dijo que es el mejor amante del mundo y extra dotado... mmmm, como era? Chica y blanda.
    En cambio cuando nada esperas, es cuando tocas la gloria. Expectativas, no billetes en exceso.

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  10. Pues una vez me fui con putas por estar de cumpleaños a manera de auto regalo y fue perder plata pero son cosas que pasan cuando uno es feo pero degenerado

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  11. Marcelo, las expectativas son casi siempre exageradas con cosas que uno no conoce, eso pasa ene. Las sorpresas cuando no esperas nada de algo y resulta maravilloso son de lo mejor.

    Tocayo G, yo nunca, jamás en mi vida me he ido de putas, ni volveré a hacerlo. Por lo menos en las dos semanas que vienen porque ando corto de fondos. ¡Cómo puede haber gente así, que horror!

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  12. Tomas ~ nunca me sentí mas pobre que cuando gané mas en mi vida. Mi sueldo eta muchisimas veces mas que ahora, sin embargo nunca me alcanzaba para todo lo que quería comprar que era demasiado. Tienes toda la razón, las cosas no hacen la felicidad. Abrazo.
    Tu amiga en Baltimore

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  13. Así nomás es amiguísima, mientras más tienes asegurado, más necesitas. Los gastos se adaptan automáticamente a los ingresos asegurados y enseguida los superan, siempre!

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"