Las preocupaciones

Las preocupaciones me estaban avinagrando la leche. En especial la maldita jo-jo navidad se me complicó porque no podía dejar de pensar qué mi buen amigo McDonnell no contestaba el teléfono, imaginaba que le podía estar pasando algo. Pero nada de eso, ocurre que Tom tiene un problema de cataratas que lo tiene casi ciego y no podía encontrar el maldito teléfono, mientras sonaba y sonaba, me preocupé por nada. 

En fin, la próxima semana lo acompañaré a los exámenes para la cirugía de cataratas, si queda bien de eso -aunque no es algo seguro- será una enorme mejora, por mientras a esperar nomás. El asunto es que me estaba preocupando más de la cuenta y eso me irritaba. Entonces pensé que debía hacer algo para no entrar en la realimentación negativa a la que llevan normalmente estas cosas.

Porque preocuparse no ayuda en nada. Claro que resulta difícil ver en problemas a alguien que uno aprecia, inevitablemente, empieza a aparecer la empatía  y la compasión, dos sentimientos que pueden resultar tóxicos, además de inútiles. 

Tenía que hacer algo, así es que me acordé que Warren Buffet consideraba como una de las mejores inversiones de su vida el curso de oratoria que tomó con Dale Carnegie, y también me acordé que éste había escrito un libro llamado "Cómo eliminar las preocupaciones y disfrutar de la vida", que leí hace años aunque no le había dado mucha bola. Pensé que había llegado el momento de darle una segunda lectura.

La gracia de los libros de Carnegie es que investigó y entrevistó miles de casos y da ejemplos con nombres y apellidos, repitiendo las historias tal como se las contaron: un periodista aterrorizado por el futuro, un soldado con fatiga de combate, ambos durante la Segunda Guerra Mundial, una vendedora a punto de suicidarse y gente por el estilo. No son historias fantasiosas sino de personas reales, perfectamente identificadas.

Lo más épico de este libro es el comienzo, donde Carnegie cuenta su propia historia, cómo y en qué circunstancias se dedicó a escribir sus libros. El que les comento es un libraco de casi 400 páginas y en alguna de sus partes se pone aburrido detallando listas de técnicas y consejos, creo que esas son las partes menos interesantes, lo mejor son las historias que cuenta, sus conclusiones pueden estar bien a no para nuestro gusto, pero siempre son historias interesantes y asombrosas, de cada una podemos sacar buenas ideas.

Dale Carnegie es el padre de los autores de autoayuda, fue el primero, y el mejor de todos en un género literario que ha producido innumerables best sellers y ha creado montón de millonarios. Todo el resto de la literatura de autoayuda que he leído -que no es poca porque yo leo de todo- para mi gusto es basura, no he encontrado ni un solo libro decente de esto aparte de los de Carnegie. Bueno, también aprecio mucho los libros y charlas de Alan Watts, pero este no cae exactamente en el género. Recuerdo que mi tocayo Tom Willke, cuando me veía dudoso, me decía siempre "piensa como Alan Watts".

Estamos pasando una época en que todos mis amigos parecen andar pesimistas y preocupados. No hay razón para preocuparse, ninguna, porque aunque pase lo peor de lo peor preocuparnos no nos ayudará en nada. La preocupación es una especie de enfermedad mental, realimentativa, causada por el descontrol de nuestros pensamientos, no existe otra epidemia tan extendida en el mundo y que paralize tanto como las preocupaciones y el miedo.

Todo consiste en controlar los pensamientos, nada más que eso, es lo único que necesitamos. No voy a poner las "recetas" de las 400 páginas del libraco pero si hay algunas ideas que vale la pena mencionar, aunque sea de pasada.

Por ejemplo vivir el momento, el presente es lo único que existe en realidad, porque el pasado ya fue y el futuro no podemos saber como será. Basta detenerse un momento y pensar ¿Qué problema tengo ahora mismo, en este momento? Si tenemos alguno hay que tratar de hincarle el diente, en caso contrario, chao, olvidarse de lo que pasó ayer, porque nos provoca dolor o de lo que "puede" pasar mañana, que nos genera pensamientos negativos.

¿Y qué diablos hacer frente a los problemas? Encararlos pues, primero analizarnos considerando que es lo peor que podría pasar, luego aceptando que lo peor puede pasar, entonces no tenemos nada que perder. Finalmente, con la calma después de haber aceptado lo peor dedicarse a mejorar ese mal resultado, todo lo que pase de allí en adelante será una mejora.

En fin, el libraco tiene muchas de esas recetas, pero esa no es la mejor parte, como les había dicho antes lo mejor son las historias, entretenidas, extraordinarias y reales. Eso es lo que lo hace un libro tan entretenido a la vez que tan útil. 

En fin, con la cabeza fría y la voluntad caliente se pueden ir eliminando una a una las preocupaciones. Lo primero es reconocer lo inútil que resulta preocuparse, especialmente por cosas que -al menos en el momento- no podemos hacer nada por cambiarlas.

Le di una pasada al libraco, que por cierto lo pueden bajar de aquí, si alguno de ustedes está preocupado se lo recomiendo totalmente. A mi me borró las preocupaciones de una.