Repúblicas disfrazadas de monarquías y al revés
A Bagehot le interesaba sobre todo la estabilidad y siendo la monarquía el sistema político más estable conocido en la historia le tenía bastante aprecio. Sin embargo no era un monarquico por convicción, él prefería la república pero pensaba que, para que esta funcione, se necesitaba que la mayoría de la gente fuese muy "evolucionada", es decir prácticos, capaces de controlar sus emociones y con buena capacidad de raciocinio.
Su punto era que los sistemas solo funcionan bien cuando reflejan el grado de "evolución" del pueblo. Comparando Inglaterra con Francia decía que la monarquía funcionaba bien en Inglaterra porque los aristócratas eran muy pocos y muchos los de clases inferiores. Para ilustrarlo contrastaba con el ejemplo de Francia, donde existían repúblicas siempre inestables, frustradas y con una seguidilla interminable de revoluciones. Decía "Inglaterra es como una república disfrazada de monarquía, mientras que Francia ha sido siempre una monarquía disfrazada de república".
Esta es una idea importante: cuando una república fracasa (o una democracia liberal que para el caso es lo mismo), puede que mantenga todas las formas democráticas, pero en la práctica es una dictadura absolutista, ejercida por la camarilla de turno colocada por el populacho. Así se convierte en oclocracia, o la tiranía de las mayorías que Stuart Mill calificaba como la peor de todas.
Los buenos monarcas
Otra idea importante de Bagehot era el papel fundamental de un buen monarca. Las monarquías pueden tomar distintas formas, por ejemplo puede ser una tiranía como la de Caligula o Neron; un absolutismo como Luis XIV ("el estado soy yo"); un despotismo ilustrado como Carlos III ("todo para el pueblo, pero sin el pueblo") o las actuales monarquías constitucionales, con su mejor exponente la reina Isabel II de Inglaterra. El punto débil de cualquier monarquía es que, al concentrar poder en una persona, depende mucho de las buenas o malas características personales del monarca.
Bagehot escribió que un buen monarca constitucional debía cumplir con ciertas características: En una interesante entrevista a Catherine Marshall, ella comenta el rol que ha desempeñado la reina Isablel II de Inglaterra y cuan bien ha cumplido con esos requisitos de Bagehot, también menciona lo buen rey que fue Juan Carlos en España, hasta antes de verse ensuciado con el escándalo de corrupción personal que ya conocemos.
El monarca no se mete en la política chica, pero cuando el país está en peligro es la voz de unidad que sale a hablar, siempre respaldado por las Fuerzas Armadas, como ocurrió cuando Juan Carlos abortó el intento de golpe de Tejero, o cuando Felipe sofocó los intentos independentistas en Cataluña. Para esos casos es cuando actúa y sirve un buen monarca.
El problema del liberalismo clásico
La teoría liberal clásica y sus desarrollos modernos -como la "sociedad abierta" de Popper y otros por el estilo- es muy atractiva en teoría, se lee como el sistema perfecto que hace compatible la libertad individual con la vida en sociedad. Pero tiene el mismo problema que el comunismo, tal como lo formuló Karl Marx: son desarrollos teóricos que no toman en cuenta la variedad de la naturaleza humana.
Una cosa que me encanta en el libro de Bagehot es que va contra esos principios "sacrosantos" que hoy casi nadie discute, cosas como la separación e independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, los equilibrios y disputas de poder entre estos, Todo eso es puesto en duda por Bagehot, los considera artificiosos, idealistas y que poco tienen que ver con el mundo real. Yo coincido mucho en que esas cosas no pasan de ser lindas y alambicadas construcciones teóricas sin valor práctico porque jamás llegan a cumplirse.
Muchos liberales contemporáneos como Vargas Llosa, Axel Kaiser, Thomas Sowell, Milton Friedman, Juan Carlos Cachanosky y tantos otros han hecho un gran trabajo explicando a Mises, Hayek, Popper y otros santos patronos del liberalismo. El problema es que los recitan y sus explicaciones puramente racionales sirven poco o nada para convencer al 80% de los emocionales que, como buenos holgazanes, se aburren al escuchar las primeras ideas, que por lo demás ni son capeces de seguirles el hilo. Ellos solo predican para el coro y para aplaudirse mutuamente.
No tiene ningún sentido, ni utilidad, enfurecerse contra "los tontos" porque "no entienden" lo que se les trata de explicar. Con razones no se puede romper la coraza de la poesía; es imposible, las razones rebotan. Ocurre entonces el diálogo de sordos entre lo "lógico" y lo "bello", al final son dos monólogos paralelos que nunca llegan a encontrarse. ¿Tiene algún sentido gastarse en eso? Claro que no.
Escalas de grises
Pero en este cochino mundo nada es completamente blaco ni negro, todos estamos en una escala de gris que combina la razón con la emoción en distintas porciones, gracias a eso es que somos plásticos y podemos cambiar de opinión. Una misma persona -yo por ejemplo- pude ser muy emocional en una época, después muy racional y finalmente en algún lugar entre las puntas, es cosa de cada cual. Es inútil irritarse porque existe tanta gente "estúpida" que no se da cuenta de lo más evidente, lo que pasa es que entienden el mundo de manera distinta.
Don Diego Portales fue un genio
20 años antes que Bagehot escribiera su libro, don Diego Portales -que se merece más que cualquier otro el título de Padre de la Patria- había muerto asesinado. Resulta que todas las ideas de Bagehot él ya las había expresado, de manera más clara y pintoresca. Él estaba muy claro que la democracia liberal clásica no era un sistema para Chile, ni tampoco la monarquía, por eso inventó el modelo presidencialista que nos rige hasta hoy
"La Democracia, que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo en los países como los americanos, llenos de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como es necesario para establecer una verdadera República. La Monarquía no es tampoco el ideal americano: salimos de una terrible para volver a otra y {qué ganamos? La República es el sistema que hay que adoptar; ¿pero sabe cómo yo la entiendo para estos países? Un Gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga el Gobierno completamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan parte todos los ciudadanos. Esto es lo que yo pienso y todo hombre de mediano criterio pensará igual".
Durante la influencia de Portales como ministro, Mariano Egaña -conocido por sus amigos como "lord callampa"- redactó la constitución más duradera de nuestra historia, que nos trajo 92 años de estabilidad. La tercera constitución más duradera es la de 1980, que lleva 42 años de vigencia y podría durar mucho más si se rechaza el plebiscito de salida que se nos viene encima. Ambas constituciones no solo coincidieron en estabilidad, sino que con los dos períodos de mayor prosperidad y riqueza material del país en su historia.
Es simple, Portales no era un "intelectual", era comerciante. Vivía en el mundo real. Yo desconfío de los escribidores de papeles, que de tanto leer terminan confundidos.
ResponderBorrarEs interesante ver que éstas ideas que hace unos pocos años parecía una aberración el siquiera discutirlas. Me refiero a cuestionar la democracia tal como la hemos practicado, hoy se lo ve cada día más. Seguramente sea en el caso nuestro por la decadencia espantosa de la clase política y las, a todas luces pésimas elecciones del pueblo.
ResponderBorrarLa elección de los convencionales es para mi un ejemplo de las barbaridades que el pueblo puede hacer con un simple lápiz.
Cualquier sistema distinto parece salir bien parado en comparación a lo que estamos teniendo.
Máximo, es verdad que Portales era un comerciante y eso le sirvió de base para sus ideas. Pero además era un genio, está repleto de comerciantes que son más tontos que una puerta y no ven más allá de sus narices. Portales no tuvo educación formal, pero tenía una cultura enorme que había adquirido por si mismo, fue, entre otras cosas, uno de los mejores escritores que hemos tenido, especialmente en el género del ensayo y la crónica.
ResponderBorrarMarcelo, no es algo solo de Chile, yo creo que son todos síntomas de la decadencia del consenso social demócrata, algo que está pasando en todo el mundo. Ya tuvimos una decadencia así en los años 30, que abrieron la puerta al fascismo. Ojalá que den paso a algo mejor esta vez.
Si quieren equilibrar poderes sorteen a los diputados, para que representen al pueblo, elijan a los senadores para que represente al poder sin reeleccion.
ResponderBorrarPEro no va a pasar nunca en Chile. Si no aparece un pin-9 que sea afin a esas ideas.
Nervio, el equilibrio de poderes independientes nunca ha funcionado en ningún lugar del mundo. Es como la sociedad sin clases y sin dinero del comunismo, un ideal absurdo. Los poderes del estado siempre han sido estrechamente dependientes y el sistema de "frenos y contrapesos" es imposible en la vida real
ResponderBorrarel liberalismo nunca ha funcionado en Chile, Carlos Larrain dixit
ResponderBorrarslds
Karim
Si Karim, en su forma teórica al estilo Karl Popper el liberalismo nunca ha funcionado en Chile y tal vez en ningún lugar del mundo. Eso de los "balances y contrapesos" o la "independencia de los poderes del estado, son ficciones parecidas a la sociedad sin clases del comunismo.
ResponderBorrarPor algo el propio Estados Unidos, la cuna de la democracia liberal está hoy en manos de la demagogia y el oportunismo político