Cuando todos se felicitan mutuamente por el día de la amistad, y también de otras cosas relacionadas como sexo y romance. Con mi hábito de llevar siempre la contraria a todo me puse a pensar introspectivamente, cuestionandome que tan buen o mal amigo soy yo mismo.
Intermedio: el amigo traidor
Recuerdo a alguien que se ganó todo mi respeto cuando -en un minuto de confianza- me reconoció que era un "cagador fino" y que cuando alguien se le atravesaba era capaz de hacerle las peores canalladas, incluso si era un amigo. Creo que fue la primera y única persona que he encontrado en mi vida que reconoció que con él no había que meterse, porque era insidioso y traicionero, que nunca iba de frente sino que era el campeón de la puñalada por la espalda, "me salvo yo primero, siempre". De su propia boca.
Conocía de sobra -desde nucho tiempo- que clase de persona era, pero me impresionó que lo reconociera con tanta naturalidad, porque los otros cagadores que he conocido parten por engañarse a si mismos, víctimizandose y creyéndose las mejores personas del mundo.
Siempre que alguien me dice que es buena persona se me encienden las luces amarillas y reviso -por si acaso- si mi billetera sigue en el bolsillo. La cosa es que este amigo, que antes no me caía tan bien, desde entonces lo empecé a mirar mejor. Al menos no era estúpido ni hipócrita.
Fin del intermedio
Pero volvamos a lo principal, que es mi supuesta calidad de buen o mal amigo. Recuerdo que hace muchos años atrás decidí dar el zarpazo a una amiga muy querida -cosa que he hecho contadas veces en mi vida- y cuando estaba en pleno ataque me dijo "no pues tomasito, no echemos a perder nuestra linda amistad", me descolocó completamente y solo atiné a decirle "a la mierda la amistad, que me importa a mi esa porquería".
Me salió tan del alma que solo atinamos a reirnos como tontos y después de eso seguimos en la friendzone forever. Hace muchísimos años que no se nada de mi amiga, éramos jóvenes y dudo que hoy se acuerde que yo existo, pero si por casualidad llega a leer esto seguro que le arrancaré sus buenas carcajadas, tal como yo me rio solo de puro recordar el chusco incidente.
En fin, dejémonos de historias y vamos directo al asunto. Parece que tengo reputación de ser buen amigo, porque siempre he sido servicial, me encanta hacer pequeños favores y otros no tan pequeños, siempre y cuando no me cuesten plata. Además no me cuesta mucho sentir amistad por alguien, basta con que me parezca afin y podamos tomarnos un trago o conversar cualquier tontera para que cualquiera se convierta en un gran amigo mío. No soy nada exigente.
Es bien poca la gente que me cae mal porque trato de no juzgar a nadie. Tengo amigos mitómanos, ladrones, cagadores y con toda clase de defectos que yo aborrezco, pero si me agrada sentarme a compartir un trago con él, no tengo problema en ser su íntimo amigo. Siempre he pensado que el dicho ese "tengo pocos amigos, pero buenos" es una majadería: son gente que busca amigos para que lo ayuden con sus problemas y necesidades personales, tal como alguna gente usa a sus mascotas. Yo prefiero eso de "¿para qué están los amigos...? para cagarlos".
En ese sentido se podría decir que soy buen amigo, pero hay características que se supone debe tener un buen amigo y yo no tengo para nada. Por ejemplo siento cero empatía y cero compasión por los problemas de mis amigos, cero, pero cero-cero. Con los problemas míos me basta y sobra.
Partamos por los asuntos de plata. Como yo mismo he pasado prácticamente toda mi vida con eso y jamás se me ha pasado por la cabeza pedir ayuda, cuando un amigo se queda en la pitilla, a mi no me afecta para nada. Creo que nunca en mi vida he pedido plata prestada, ni siquiera cantidades insignificantes. Bueno... tal vez alguna vez que se me ha olvidado, y si es así que me lo encaren, pero a los únicos que recuerdo haberle pedido prestado pequeñas cantidades es a la Pilar o al Tomás Jr. Plata que siempre he devuelto escrupulosamente.
Por eso, si un amigo me dice "préstame luca", el asunto no deja de irritarme un poco, aunque igual le presto de mala gana. Si me la devuelve meticulosamente, le dejo abierta una pequeña línea de crédito, pero si tiene la mala idea de no pagarme puntualmente, se cocina conmigo, nunca más. Aunque seguimos siendo tan amigos como siempre lo dejo marcado con un estigma de fuego como sinverguenza, sea un centavo o un millón, da lo mismo.
Mi falta de empatía y compasión con los amigos no es solo de plata, es total. Los puedo ver en los problemas más terribles y eso no me conmueve para nada, al contrario, me divierte un poco recordar que yo he andado así mismo muchas veces. Esto puede ser muy malo para los que necesitan alguien que los apoye y sufra con ellos, pero también a veces sirve en un momento caliente, escuchar a alguien con la cabeza fría.
A propósito recuerdo que cuando el doctor Aguirre le diagnosticó cáncer con toda seguridad a mi gran amigo Tom McDonnell, y más tarde cuando en el hospital supe que tenía los días contados, se lo dije tal cual, sin mostrar falsa pena ni nada. Conversamos tranquilos y relajados, haciendo algunos chistes crueles que habrían escandalizado a cualquiera. Menos mal que mi amigo pensaba igual que yo, así es que no se hizo drama en ningún minuto. Me molestaba la idea que sufriera dolores, afortunadamente no hubo casi nada de eso Yo puedo hacer cualquier clase de pequeños favores, pero me resultaría imposible fingir una pena o lástima que no siento.
Así es más o menos como yo entiendo la amistad: una afinidad sin motivo, conversación, bromas y alguien con quien tomar unos tragos. No es mucho lo que pido ni mucho lo que doy, pero ese poquito es de las cosas más importantes que tengo y de lo que más aprecio.
San Valentín, otra efemérides para levantar las ventas del comercio minorista! Y para ordenar la programación streaming.
ResponderBorrarEn eso del magio manguero tuve mi temporada fuerte una ocasión en que volví a caer en el lugar en que nací, del cual no volví a irme. Me había ido como un estudiante sin billetera propia pero volví como un tipo ya en edad productiva, que además no había visto a los locales por varios años. El gremio de los mangueros me debe haber considerado un pichón ideal.
Aquí y allá fueron apareciendo tipos, ahora mucho más amigos de los que yo los recordaba, a dar el sablazo. Me habían dicho que esos préstamos que no se devolvían servían "para conocer a la gente" y como "una inversión". "El que te pide y no te devuelve después te esquiva y ya no molesta"
Bueno, alguno hubo así. Pero otros ya estaban en el grado siguiente de caradurez: dejaban pasar el tiempo que consideraban prudencial para el olvido u atenuación del sablazo, y aparecían a pedir otra. Y otra. Hube de avanzar al casillero de "No". Los que pusieron más cara de ofendidos fueron por supuesto los más sinverguenzas.
Otro favor que nunca hice, ni la primera vez, fue salir de garante. Contra eso mi padre me había prevenido intensamente, era un flagelo en su tipo de actividad. Nunca, a nadie. Con las décadas he visto amigos que medio se fundieron por poner la firma en un banco o financiero por otro amigo.
Una vez un tipo me "emobscó", fue a una mutual financiera e indicó que preparasen los papeles de garantías, habló muy bien de mí, cuando llegué la gerenta me llamó muy amablemente a su oficina y me pasó los paper y me felicitó por allanarle el camino al común amigo. El tipo habría supuesto que por una presión social o cuestión escénica yo firmaría. En cambio me salió un "no te lo firmo ni loco" con la mayor naturalidad. Salí sintiendo tan recio como Clint Estwood cuando hacía Harry El Sucio. Uls
Jaja. Bueno, me parece que amigos de verdad Tomás no tienes. Tampoco podrías, porque por un amigo de verdad, uno se corta un coco sin dudarlo y debe ser mutuo. Yo tengo tres de esos y muchos conocidos muy agradables con los que nos juntamos, almorzamos regularmente, volamos, nos tomamos unos tragos, contamos mentiras y perseguimos mujeres. (Cada vez menos esto último debo decir.)
ResponderBorrarPero con los otros tres, es otra cosa. Ni con mis hermanos tengo tanta fidelidad.
Pero es una pega y un cedazo de una vida entera el que mutuamente hemos pasado.
Y plata? Bueno viejo, estoy curado, me voy. Te dejo mi tarjeta y mi clave ya la sabes. Después me avisas. A ese nivel. Y nunca, jamás en tantos y tantos años, un lio. Un privilegio.
Igual para una amistad debe haber una cosa en común, por más superflua que sea. Además hay varios tipos de amigos, los que son para carretear, los confidentes, los divertidos y los integrales por mencionar algunos.
ResponderBorrarAh Ulschmidt, yo he pasado por el mismo proceso algunas veces jaja. Pocas eso si, porque tengo fama -bien justificada- de tacaño, así es que casi nadie se anima a tratar de sacarme plata. Cuando alguien me vacuna con plata no me enojo con él, sino conmigo mismo por estúpido. En realidad me habría encantado que alguien me preparara una emboscada para firmarle de aval y decir que no en el momento de firmar, creo esa fue una experiencia gloriosa!!! Lo otro es que yo nunca he tenido suficiente plata como para que me estafen, solo me pueden hacer jugarretas chiquititas, entre una y diez lucas, apenas.
ResponderBorrarMarcelo, esa amistad de verdad a mi no me gusta, al menos para mi solo puede darse entre personas que nunca van a tener problemas demasiado grandes. A mi me ha costado un mundo cada cosa que he conseguido, y son bien pocas, así es que me dedico a cuidarlas bien. Es muy bueno tener esos amigos por los que uno "daría todo" y saber que ellos harían lo mismo por nosotros, excepto cuando llega el caso real de tener que darlo todo, allí la cosa se complica, es algo que yo he visto varias veces.
La amistad como "sociedad de socorros mutuos" está muy bien para pequeños favores y servicios, yo soy muy servicial y me encanta hacer favores. Pero los problemas grandes, creo que tiene que arreglarlos cada cual por su cuenta y sin pedirle ayuda a nadie.
No se trata solo de no ayudar, sino sobre todo de no pedir ayuda, a mi me molesta mucho esa idea que alguien estará obligado a ayudarme en caso de necesidad, creo que uno debe tener cierto orgullo y solucionar sus propios problemas por su cuenta, sin molestar a otros.
Pero enfin, cada uno se apea del caballo por donde le gusta más, unos por la cola y otros por el estribo...
Pruebas al canto como se dice.
BorrarUno de nosotros, necesitó un riñón y tuvo tres donantes. Ahora hay uno con tres riñones, uno con uno y dos con dos. Si eso no es cortarse un coco, se parece mucho.
Frx, yo tengo poco filtro con los amigos, me basta con que me caigan bien y ya está: amigos forever, independiente de como sean y de lo que hagan.
ResponderBorrarPensándolo bien, creo que esa es la verdadera prueba de la amistad: cuando alguien nos defrauda y seguimos siendo amigos (aunque con las debidas precauciones) entonces la amistad es verdadera. Si alguien nos falla y ya no queremos tenerlo dee amigo, es que no lo fuimos nunca jaja
Ah Marcelo, es que eso depende de cada persona. Para algunos donar sangre, un riñón o lo que sea no les da miedo, en ese caso es un favor normal. Para los que tenemos terror a las inyecciones, solo donar sangre es algo horroroso. Lo que para uno es más o menos normal para otro puede ser inconcebible.
ResponderBorrarBah, que tonto soy. Operarse para regalar una presa es un GRAN sacrificio en cualquier caso, pero quería hacer notar que para algunos es más terrible que para otros, es subjetivo.
A todo esto me quedé metido ¿adonde le pusieron el tercer riñón al aforunado? :D
Contrario sensu: si yo necesito urgente un transplante de riñón y el único que puede donarme se niega porque le da miedo, y yo sigo siendo su amigo ¡entonces si somos amigos de verdad!
ResponderBorrarEn eso último tienes razón.
ResponderBorrarNo lo había pensado así.
El que tiene tres riñones, tiene el tercero en el bajo abdomen, ya que no se sacan los originales fallidos en estos casos. Esos se van atrofiando y al final quedan unos cocos de gallo. Pero el adicional se conecta más abajo con todas sus “cañerías“ y hace su pega perfectamente.
¡Que increíble que a alguien le coloquen un tercer riñón! Me dejaste atónito, pensé que era una broma. Maravillas de la medicina
ResponderBorrarTe olvidas del GRAN GC, capaz de hervirte si le fallas. Gran ciudadano, letrado, puede marcar tu casa para que la bombardeen si es necesario, odioso de todo paralítico que se cruce o moleste su paso, un amigo confiable ante dificultades sin solución.
ResponderBorrarSegúramente te refieres a GC el PÉRFIDO, egocentrico, canalla, capaz de mandar matar a sus amigos por un par de lucas, marullero, que se esconde bajo diferentes personalidades y que cuando se apellidaba Gonzalez aparecía molestando a todos con sus comentarios desagradables ¿Hablas de ese GC? ¿De ese mismo?
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