Aprovechando que mi amigo Alfredo anda desocupado, estoy de nuevo haciendo arreglos a la casa aunque esta vez con muy bajo presupuesto, pero igual estoy haciendo un baño para que mi querida suegra no tenga que bajar las escaleras cuando necesite hacer el uno o el dos. Lo dejaré operativo aunque muy feo, no importa, quedará todo listo para hacer un lindo baño cuando sea grande.
Porque si bien tengo asegurado el bolsillo para mis gastos de vida, ya me gasté el montón de plata que junté cor concepto de bonos y otras fuentes, así es que de nuevo soy pobre como un cubano. Tal como dicen los peruanos, vuelvo a andar misio.
Porque mis ahorros no los voy a tocar a menos que la cosa se ponga realmente fea, y si gasto será en una propiedad inmueble, en un sitio para poner la casa rodante o cualquier cosa por el estilo. Tengo el dilema que siempre me ha gustado ahorrar, pero no quiero invertir en negocios ni nada de eso. Por otra parte juntar plata por guardarla es inútil, hay que gastarla, pero en cosas que queden en el tiempo. Al menos así lo veo yo.
Lo que tengo ahorrado es ridículamente poco, pero la vida me ha enseñado que cosas que en algún momento nos parecen imposibles, con el tiempo pueden hacer se realidad. Yo jamás pensé -ni en mis más locos sueños- que algún día iba a poder comprarme una casa, tengo amigos que han recibido ingresos enormes durante años, suficientes para comprarse varias propiedades, pero nunca lo hicieron. Ahora viejos no tienen plata ni tampoco donde vivir. Pero claro, quien les quita lo bailado.
A lo que iba es que lo importante es tener objetivos un poco desmesurados, sueños, que no importa si se cumplen o no, pero es útil tenerlos ahí -al aguaite- por si aparece la ocasión. Siempre me había preguntado por qué tantos amigos que ganaron buena plata -y siendo inteligentes- no invirtieron en su momento en algo seguro como una casa o un terrenito, ahora que lo pienso creo que se por qué: nunca se pusieron objetivos ni tuvieron sueños, anduvieron flotando adonde los llevara la suerte, si ganaban mucho, gastaban mucho. Así, creyendo que seguirían recibiendo lo mismo o más por siempre se lo gastaron todo.
Eso es muy común en las personas que son contratadas con un alto sueldo, Hubris: los dioses ciegan a los que quieren perder. Cuando alguien tiene un buen sueldo, que le llega seguro todos los meses,es normal que sus cercanos les digan que son muy inteligentes, únicos y todo eso. Así llegan a convencerse que pase lo que pase, siempre seguirán ganando plata, porque lo que han conseguido es gracias a su gran talento.
Y puede que sean muy talentosos, pero hasta a los genios más grandes les cae la mala suerte y chao. Eso lo sabemos mucho mejor los que hemos vivido sin sueldo durante años, con golpes de suerte a veces y muchas otras con mala suerte y al borde de la miseria. Lo experimentamos con más frecuencia y por eso vivimos conscientes que de un día para otro todo se puede ir al diablo.
Creo que uno no debe planificar creyendo que las cosas que sueña van a pasar. Eso de "querer es poder", "la fuerza de la voluntad" etc. son puras estupideces. Al menos yo no lo veo así, estoy claro que las probabilidades que mis objetivos se cumplan son pequeñisims, especialmente si uno se pone objetivos altos, pero da lo mismo, lo importante es soñar, ponerse metas y tratar de llegar, eso es divertido, una especie de juego nada más.
Da lo mismo si los objetivos los alcanzamos o no. Creo que eso no es lo principal, los sueños son solo un juego, nada más, importan poco y nada porque cuando los alcanzamos normalmente nos desilusionan o dejan de darnos satisfacción.
En 1977 yo soñaba con ser ingeniero electrónico, que en esos años era una carrera endiabladamente difícil, era algo que solo alcanzaban los hijos de otros ingenieros, partiendo con todas las ventajas ¡incluso esos a veces "fracasaban"!. En 1980 yo soñaba con viajar por el mundo, aunque nunca me había subido a un avión y tenía apenas para mal comer, soñar con un viaje era una locura imposible. Bueno, en 1983 viajé por Asia, Europa y USA y en 1985 finalmente recibí el maldito título de ingeniero, contra todas las probabilidades: 99 de fracasar versus 1 de conseguirlo.
¿Y qué? Después de viajar y conseguir titularme pensé que iba a ser más inteligente y todos iban a admirarme. Ni lo uno ni lo otro, seguí igual de bruto y a nadie le importó un comino el famoso viaje ni el título ¡estaba donde mismo! Peor todavía, con el paso de los años todo el mundo empezó a viajar y hoy cualquiera, aunque sea más tonto que una puerta, puede ser ingeniero. Lo que antes era muy exclusivo actualmente no vale nada.
Como escribió Kavafis, lo que importa es el viaje, cuado llegas se terminó la diversión. Es importante tener sueños y metas porque si no andamos flotando como un palito en el agua, a la deriva, por eso yo tengo una wish list de metas para gastar la plata que no tengo, como cosas que me gustaría hacer en la casa, etc. En mi situación actual es una locura pensar en todo eso, pero las locuras y los milagros existen, si la estadística tuviese algún maldito valor y solo pasaran las cosas más probables, yo debería ser hoy un ladronzuelo, estar preso, sin educación ni nada.
A propósito, esta historia creo que ya la he contado, pero merece repetirse porque viene al caso. El año 1976 estábamos en completa quiebra, arrendábamos dos piezas miserables en la Población San José, en una dormía yo y en la otra mis padres. Mi papá, cercano a los 90 años ya estaba bastante loco y había que andarlo cuidando, no teníamos un centavo y teníamos que hacer piruetas para pagar el minúsculo arriendo. En esa misma casa también arrendaba pieza un matrimonio joven, él era cartero y su mujer una gordita, recien casados tenían dentro del nivel nuestro, un buen pasar.
Pasaron muchos años y dejé de saber de ellos hasta que en 1994, cuando yo vivía en la playa en mi casa rodante -y mi Honda CRX era uno de los autos más bonitos de Arica- me encuentro con el mismo muchacho, que me reconoció enseguida ¡Tomás! -me dijo muy agitado -¡Estás traficando, consígueme algo que no tengo trabajo! Por más que traté de convencerlo que no era traficante de drogas, no pude; no le entraba en la cabeza que el vecino muerto de hambre ahora tenía auto y casa rodante. En ese tiempo él era era un ladronzuelo y empezó a pasar de cuando en cuando a ofrecerme cosas robadas.
Le compré un par de veces para ayudarlo -por los viejos tiempos- pero llegado un punto le tuve que decir que ya no más, se fue muy ofendido, pensando que se me habían subido los humos. En verdad me sentí un poco mal por un rato, porque me daba cuenta que el ladronzuelo podría ser yo mismo y que solo algunos golpes de suerte me cambiaron el destino, pero que diablos. Me lo he cruzado un par de veces en todos estos años, me mira con cara de ofendido, ya no me saluda y yo me siento un poco mal. Pero que diablos, es como recordar un mal sueño, en un ratito se me pasa.
Hola, pero que buen post el de hoy, muchas cosas por aprender.
ResponderBorrarEn mi caso "Planificar" me ha servido y bastante , talvez es porque mis "sueños" son aterrizados y realizables en mediano y largo plazo, es cierto que no hay nada seguro...eso lo tengo clarisimo, por ende si no llego a cumplir uno o veo que no llegaré ajustaré o cambiaré la meta segun corresponda.Lo que hasta el momento mejor he planificado es salir del tren de deudas y vaya que estoy a un tris de no tener ninguna.Slds
todo depende de los dioses que, como el mismo Kavafis dijo
ResponderBorrarAunque hayamos destruido sus estatuas,
aunque los hayamos sacado de sus templos,
los dioses no han muerto por ello, en absoluto.
Oh tierra jónica, es a ti a quien ellos aún aman,
es a ti a quien sus almas aún recuerdan.
Cuando la mañana de agosto se alza sobre ti
un vigor de su vida se mueve a través de tu aire;
y de vez en cuando una figura de juventud etérea,
indistinta, con paso rápido,
cruza por sobre tus cerros.
Uls
Rodrigo, tienes mucha suerte de haber salido del tren de deudas. Una vez hace años, un compañero de la U que se había hecho millonario me comentó "sabes, dormir tranquilo no tiene precio. Daría todo lo que tengo por poder dormir tranquilito". Yo pensé que lo decía en broma, solo para que me sintiera bien, pero después pasaron cosas, perdió todo y me di cuenta que tenía razón. Bueno, igual se paró después pero supongo que ahora duerme más o menos tranquilo, como vas a dormir tu cuando ya no tengas deudas jaja.
ResponderBorrarUlschmidt, ese Kavafis era un crack. Yo conocí sobre él indirectamente por la estupenda novela "El cuarteto de Alejamdría" de Lawrence Durrel, años después un amigo me mando eso del Viaje a Itaca y leí algo más sobre él.
"Todo depende de los dioses" la pura verdad!
EL problema con los dioses (o Dioses) es que les gusta demasiado el leseo, Como dice Gongora de la Fortuna, : cuando pitos, flautas, cuando flautas pitos...asi no hay manera.
ResponderBorrarLos dioses son gente poco seria.
Es que si fueran serios no serían dioses. La divinidad es el otro nombre del azar, lo impredecible, los efectos sin causa.
ResponderBorrarPermiso para ser repititivo, no, no hay efectos sin causas que los provoque, diferente es que aun no sepamos o que no podamos saber nunca.
ResponderBorrarNo, no existen los fantasmas. :-)
Claro que está lleno de efectos sin causa señor del iluminismo, son causados por el antojo de los dioses. Y está repleto de fantasmas, por todas partes.
ResponderBorrar;P
Lo que llamamos "suerte", muchas veces es el resultado de una reacción en cadena que se generó quizás quien sabe donde. Este mundo está tan bien entramado que incluso una piedra lanzada a un charco, genera ondas pero no sabemos donde o que va a golpear al fondo de este.
ResponderBorrar"Todos los dioses, todos los cielos, todos los infiernos, están dentro de tí" (Joseph Campbell, el poder del mito)
Bueno, si las circunstancias se hubieran dado de otra forma, yo habría sido otro pavlovizado más como el resto de mi generación. A veces me perturba ver lo cerca que estuve de eso y la cantidad de veces que pudo haberse dado.
ResponderBorrarLos mejores resultados son muchas veces efecto de las decisiones más estúpidas, eso pasa porque lo improbable y el riesgo tienen un alto premio. Los que tienen "éxito" muy grande no son los que toman "buenas decisiones" eso es un cuento que casi nunca se corresponde con la realidad
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