Como me di cuenta que estoy viejo

Envejecer es la cosa más rara que existe. Se supone que todos nos damos cuenta de como va envejeciendo la gente que nos rodea, sin embargo a nosotros -o al menos en mi caso es así- apenas nos damos cuenta como nos va pasando el tiempo. Excepto por la apariencia física, eso si que lo notamos al afeitarnos frente al espejo o al ver que en las fotos aparecemos más feos que la imagen mental que teníamos de nosotros mismos.

Yo veo todos esos cambios día a día, como el avance de la pelada -inexorable y contínuo; o que los pocos pelos que me quedan se van poniendo blancos; y aparecen bolsas bajo los ojos; el cogote de pavo y en general la cara que va tomando la forma de un guante desinflado. Para qué hablar de la pérdida de colmillos y muelas por nombrar los signos más notorios de la decadencia física. Como dice la canción esa de Silvio Rodriguez:

Llego al club de los cincuenta

Y una mano trae la cuenta

Llama la atención la suma

Desde hoy hasta mi cuna

Cada fuego, cada empeño

Cada día, cada sueño

Viene con importe al lado

A pesar de lo pagado

Me pregunto qué negocio es éste

En que hasta el deseo es un consumo

¿Qué me haré cuando facturen el sol?

Así pasa, los días que me dio flojera lavarme los dientes y ahora me llega la cuenta: adiós colmillo. Las horas que me pasaba en la playa tirado de cara al sol y ahora el cuello curtido como pergamino y etc. etc. "y una mano trae la cuenta". Para que hablar de las innumerables borracheras, épicas comilonas de toda clase de basura, noches sin dormir y otros excesos que mejor ni me acuerdo "vienen con su importe al lado, a pesar de lo pagado".

Pero bueno, solo los tontos se entristecen por eso: lo comido y lo bailado no me lo va a quitar nadie. Y a pesar que hace bastante tiempo que no siento la maravillosa sensación de emborracharme como cuba, o de comer hasta reventar, en algún momento si sentí esos placeres. Como no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague, a medida que envejecemos tenemos que empezar a pagar la cuenta, con intereses, eso si. "Me pregunto que negocio es este, en que hasta el deseo es un consumo". Bah, hay que pagar callado nomás porque en su momento lo disfruté.

Pero hay otros signos más sutiles que me avisan que estoy envejeciendo. Por ejemplo cada día me siento más rodeado -casi acorralado- de idiotas, eso era algo que antes no pensaba y mientras más pasa el tiempo más rodeado me siento. Veo en Twitter los temas que son tendencia, y los que tienen muchas decenas de miles de menciones son siempre sobre algún cantante de rap, de pop coreano o algún programa insulso de la tele, esa que todo el mundo dice aborrecer, pero parece que todos la ven sin falta. Tal vez no es que haya más idiotas, sino que soy yo el pasado de moda. Quizas me debería aficionar al pop coreano. Y empezar a seguir los matinales, la divina comida y toda esa basura de la tele.

Cada vez son más los amigos y seres queridos que tienen el mal gusto de enfermar y morirse. Antes, cuando me cruzaba con una animita manejando el auto, me acordaba de mis amigos muertos, ahora es imposible, son tantos que debería llevar un listado por escrito.

Esto de los amigos y parientes mal educados se pone cada día peor. Mientras más pasa el tiempo empiezan a hablar más despacio y de manera ininteligible. Libros, revistas, periódicos y los subtítulos de la tele, se escriben con letra cada vez más chica y borrosa, las cuadras con el tiempo son cada vez más largas, igual que las escaleras cada vez con más peldaños. En fin, que porquería.

El 6 de enero de este año cumplí 67 añitos, mi hermana cumplió ayer 77, diablos, si es como si fuera ayer cuando se arrancó de la casa para casarse a los 16 años, debe haber sido en 1961. En fin, no hay de que preocuparse, porque los que hemos sido buenos, cuando estiremos la chala iremos derecho a sentarnos a la diestra de El Pulento, en una confortable nube del cielo. Yo al menos, me iré para arriba como cohete, San Pedro irá a la puerta a ver quien viene, pero desde adentro el Gran Jefe le gritará "¡Déjalo pasar Peter, es mi compadre Tomás!"

Al menos eso espero,. En fin, esas son mis ociosas reflexiones de quien no tiene nada que hacer ni nada interesante que contarles. A ver si mañana se me ocurre algo más cuerdo. 

P.D. ¿Alguien tiene un dato de relojería de confianza? Tengo un reloj igual a este que me dejó MacDonnell, camina pero al parecer se le traban los minuteros,  no quiero mandarlo a cualquier relojero que me podría sacar partes, espero mantenerlo completo.