Otra cosa notable es que -siguiendo con el ejemplo- cuando estamos perfectamente sanos le damos mucho menos valor a la buena salud, lo que nos lleva a intoxicarnos alegremente con vino, sexo casual y a correr toda clase de riesgos. Es algo normal, y sano además, porque de no ser así viviríamos aterrorizados de perder la salud, como los hipocondriacos, y en lugar de disfrutarla sufriríamos doble.
O sea, aunque no apreciemos con tanta intensidad lo valioso que tenemos, sería razonable que tuviésemos en cuenta -al menos a nivel intelectual- el valor de lo que tenemos, sin llegar a vivir aterrorizados por perderlo. Al final es un asunto de equilibrio solamente.
Esto de la apreciación del valor ocurre en todos los niveles. Por ejemplo padres muy pobres que consiguen hacerse una buena situación la aprecian mucho, porque tienen vivo el recuerdo de las pellejerías y angustias que pasaron, sin embargo sus hijos, que nacieron en una situación acomodada lo ven como algo normal, se rien un poco cuando les cuentan las miserias pasadas y ni se imaginan que algo así les podría pasar a ellos.
Entonces son irresponsables, se dedican a comerse el capital que heredaron sin pensar en el futuro y viven felices hasta que los padres se mueren, y cuando se tomaron toda la plata se encuentran en la pitilla. Sin herramientas ni ganas de ganarse la vida, se convierten en los pateadores de piedras, los resentidos sociales que vemos hoy, en Chile y en todas partes.
En las sociedades pasa lo mismo, después de un ciclo en que una generación consigue, con enormes sacrificios, armar una sociedad próspera, ordenada y libre, vienen las generaciones siguientes que consideran esa prosperidad y libertad con el mismo descuido con que consideramos nuestra buena salud estando sanos.
Entonces, aburridos, se arrojan en brazos de los poetas que hablan bonito, en los demagogos que -como todo estafador- para ser exitosos deben ser divertidos, simpáticos y cercanos. Entonces todo se va al hoyo y el ciclo empieza de nuevo. "padre bodeguero, hijo millonario, nieto pordiosero", eso se da mucho en todas partes a nivel individual pero también a nivel social, lo estamos viendo en Chile ahora mismo.
Lo gratis, que nos viene dado desde que nacimos, es un elemento fundamental para la decadencia de la sociedad. El dicho "no hay almuerzos gratis" podría cambiarse a "no debieran haber almuerzos gratis", nadie debería recibir cosas a cambio de nada, excepto niños y gente incapacitada para valerse por si mismos. Por eso el parasitismo fomentado por los estados de bienestar es tan tóxico. Educación, salud, vivienda y todo lo demás debería ser obligatoriamente pagado, y no con impuestos del tipo "que paguen otros" sino por quien lo recibe, en efectivo o con deuda, pero jamás gratis.
Ustedes pensarán ¡pero que inteligente eres Tomasito! ¿Cómo se te ocurrió algo tan sabio? ¿Qué tomaste, cerveza, vino, champaña? Nada de eso, todo lo anterior lo escribí perfectamente sobrio. Porque no se me ocurrió a mi, sino que lo acabo de ver en una extraordinaria charla de no les voy a decir quien, lo cito de memoria y le hice unos pequeños agregados de mi cosecha. Bueno, tal vez les cuente más adelante, por ahora los dejo en suspenso. Se cuenta el milagro pero no el santo o más bien, la originalidad es el arte de ocultar nuestras fuentes..
Y lo dejo hasta aquí porque quiero escribir entradas más cortas, al menos por un tiempo. Me cuesta controlar mi verborrea y charlatanería virtual y creo que tratar de acortar las entradas es un buen ejercicio. Hasta mañana.
El ejemplo más brutal de la subjetividad del valor está en las parejas. Ahí puede verse elocuentemente cómo las circunstancias convierten a la elfa venida del cielo en la peor arpía que uno haya podido conocer jajaja.
ResponderBorrarAh Frx, me cito a mi mismo en mi entrevista imaginaria
ResponderBorrar¿En qué consiste el fenómeno del enamoramiento? ¿Tiene cura?
El enamoramiento es un trastorno alucinatorio en virtud del cual vemos belleza a la que es fea, bondad en la que es mala, lealtad en la que es traicionera, inteligencia en la que es más tonta que una puerta, todo porque tiene un buen par de tetas.Claro que tiene cura: comprometerse o casarse es un santo remedio para volver a la realidad
https://latristehist.blogspot.com/p/la-entrevista-imaginaria.html
Si tiene buenas tetas, ya es una demostración de inteligencia, Uls
ResponderBorrarjaja tres de mis mejores amigas se pusieron y -hasta donde yo se al menos- la inversión les salió SUPER rentable
ResponderBorrarHace un rato hice un comentario mas bien literario, ( eso de las próximas generaciones facultadas para tomar vino, etc.) y muy pronto quedé con la resaca de haber escrito algo muy tonto.
ResponderBorrary ahora leo en esta otra entrada:
"padre bodeguero, hijo millonario, nieto pordiosero"...
Muy de acuerdo Tomás: Nada es gratis, y un abuelo sabio haría trabajar a su nieto con tal de que se gane su copa de vino...
La poesía y el vino son en general buenos amigos...."In vino veritas" aunque a veces haga caer a la poesía en exabruptos!
La Poesía es una forma de ejercitar la inteligencia, donde la forma a veces deja caer una verdad , o donde a veces una verdad se expresa con toda la fuerza de la forma...venga una cosa por la otra, y en forma alternada.