Cambiaste un Rolex por un Casio

Me llega por mail un newsletter de Comscore, donde leía un entretenido artículo acerca de una canción de Shakira en que nombra las marcas Casio, Rolex, Ferrari y Twingo, donde hacían las analíticas que mostraban como había afectado el endgadgment -compromiso, fidelidad o algo así- con las marcas nombradas.

Yo había visto de pasada algunos twits sobre el asunto, así es que me fui a buscar la famosa canción en Youtube, después de ver las analíticas que mostraba el artículo de Comscore. Cuento corto, la canción es una basura, mezcla de rap con la voz pastoza que ha dado éxito a la cantante, lo que la salva es la letra, no porque sea muy buena sino por su diseño y manejo de conceptos.

Porque me pareció una manera extraordinariamente hábil de sacar provecho del submundo que se crea en torno a la cultura de las celebridades. 

Mucha gente que se han hecho famosos y tienen gran exposición a los medios por algo -bueno o malo- que hayan hecho, o solo por haber nacido como algunos miembros de la realeza de Inglaterra, son los protagonistas de este mundo de celebridades y viven sumergidos en una especie de obra de teatro, donde se ventilan en público muchos detalles de su vida personal.

El submundo de las celebridades
Mi amigo Tom McDonnell, que conoció de cerca a celebridades del cine y el espectáculo, me contaba que es una vida bastante restringida porque no pueden ir a cualquier parte ni hacer lo que se les antoja sin que los persigan los paparazzis, admiradores o que la gente común les critique ácidamente cada cosa que hacen o dejan de hacer. 

Entonces terminan con un círculo muy cerrado de amistades, que incluye a sus cocineros, choferes y unos pocos celebridades con quienes tienen que estar siempre en guardia. Me contaba el caso de Hugh Hefner a quien conoció bien, que organizaba grandes fiestas, pero en la Mansión Playboy había una lista con unas decenas de nombres, que eran sus verdaderos y únicos amigos.

Ellos tenían el derecho a irse a la mansión cuando quisieran, quedarse el tiempo que se les antojara aunque ni pasaran a saludar a Hefner, debían ser atendidos como reyes. La mayoría eran amigos de Hefner de la adolescencia y juventud, estrellas de cine en decadencia sin un peso en el bolsillo y antiguo personal de servicio, con los que había desarrollado amistad, guardaespaldas, mozos, cocineros y cosas así. 

Y ese era el verdadero mundo de Hefner, con los que se juntaba a ver películas y a tomar unos tragos sin salir de la mansión, porque no podía hacerlo como cualquier perejil desconocido, alguien como uno por ejemplo. Ese tipo de vida solitaria e ingrata,  termina agotando y destruyendo a muchas celebridades, como pasó con Marilyn Monroe, entre muchas otras.

El fenómeno de la identificación personal
Recuerdo que mi querida suegra, durante muchos años veía diariamente el matinal y demás programas basura de la tele y se identificaba con las celebridades. Hablaba de "el Felipe" por Camiroaga, "la Karen" por Doggenweiller y se interesaba por los chismes de su vida como si se tratara de sus familiares, tal vez más. 

Claro que al final de sus días se apestó de todo eso y no soportaba ver la tele, pero mucha gente sigue viviendo el mundo de fantasía de las celebridades al que pertenecen pero no pertenecen a la vez, de manera parecida a la relación que tenían los antiguos griegos con sus dioses.

La oportunidad de negocio
Esta identificación fue aprovechada magistralmente por Shakira, que para mi gusto es una cantante insoportable pero su talento para el marketing es genial, creo que se merece cada peso de los millones que ha ganado. 

El asunto es que se separó de su marido, al parecer por una infidelidad y aprovechando el efecto mediático de eso mandó hacer esta canción al estilo de Rata de dos patas, pero con el potente agregado que esta vez el asunto, bastante trivial, tenía nombres y apellidos, además de una gran cobertura mediática. Creo que Shakira captó de manera genial la oportunidad de negocios y la aprovechó muy bien.

Las marcas
Hay dos estrofas que dicen algo así como "cambiaste u Rolex por un Casio", "cambiaste un Ferrari por un Twingo", la mención de las marcas implicaba el cambio de algo muy bueno por una cosa peor, de mala calidad y supuestamente debería haber perjudicado a Casio y Twingo, mientras que Rolex y Ferrari deberían verse potenciadas.

Pero ocurre todo lo contrario, según las analíticas el endgagment con Casio y Twingo sube mucho mientras que el de Rolex y Ferrari ni se mueven. Esto muestra que algo de cierto tiene el dicho "no importa si hablan bien o mal de mi, lo que interesa es que hablen".

Este dicho se cumple bastante en las redes sociales, que son más o menos las sucesoras de la antigua televisión abierta en cuanto a influencia. Casio y Twingo tienen productos accesibles a cientos de millones de personas, mientras que Rolex y Ferrari llegan a mercados sumamente restringidos.

Por eso las marcas que se supone "desprestigiadas" se benefician mucho de esta mención, porque lleva a la gente a mencionarlas e incluso a defenderlas a brazo partido. 

Creo que es un asunto muy interesante por lo contra intuitivo, en redes sociales, un desconocido se puede beneficiar mucho que lo mencionen, aunque sea en términos despreciativos. Creo que es algo que ha pasado con el Partido Republicano: cada vez que nos insultan al final nos terminan ayudando y gratis.