15 enero 2023

Libre competencia y telecomunicaciones

Me escribe mi buen amigo Oscar Cabello, que es un referente en temas de comunicaciones y regulación. Oscar lleva décadas activo en estos asuntos y ha sido una de las voces más influyentes en el diseño de leyes y reglamentos de telecomunicaciones, especialmente desde la Corporación Nacional de Consumidores Usuarios -Conadecus- ha defendido los intereses de los consumidores en importantes juicios. En fin, es alguien que sabe de lo que habla.

Me avisaba sobre su último artículo en El Mostrador donde comenta el concurso público para asignar bandas para las comunicaciones de 5G y como algunas empresas han tratado de colocar barreras de entrada a otros, que tenían derechos en esas bandas aunque para otros fines y ahora, naturalmente, las quieren usar para 5G. Es un asunto complejo, pero hay algunas cosas interesantes que podrían servir para entender las regulaciones en general y sus efectos.

El problema de la interferencia
Reccuerdo que cuando yo era un jovenzuelo, habían tres usos pincipales para el espectro radioeléctrico: las radios AM, las radios FM y la televisión. Habían otras aplicaciones como las comunicaciones privadas en VHF y UHF, comunicaciones militares, banda de radioaficionados y cosas así, pero tenían comparativamente muy pocos usuarios.

Al igual que Oscar yo fui radioficionado (CE1-OFD) y me acuerdo como era el problema de la interferencia. Las comunicaciones analógicas ocupaban grandes porciones de espectro, porque en esos años todo era analógico y a frecuencias bastante bajas. Eso hacía que las bandas de frecuencia se congestionaran y al final nadie entendía nada, especialmente en las bandas de 11 metros, donde cualquiera podía operar sin licencia.

El estado regulador
En esos años el espectro era un bien escaso, que tenía que ser regulado por el estado para que no existiera interferencia. Las grandes empresas telecos eran monopolios de los gobiernos o privados y esto pasaba en casi todo el mundo: ATT en Estados Unidos, CTC en Chile y así. 

En esos años las bandas eran rematadas por el estado en sumas multimillonarias a las empresas telecos. Pocos saben que Chile fue en los años ochenta líder en materia regulatoria y muchas de nuestras políticas -en base al modelo de estado subsidiario- fueron copiadas en otros países del mundo.

Entre las cosas más notables instaladas en nuestro país estuvo la obligación legal de las empresas de comunicaciones de permitir a otros operadores el uso de su infraestructura, previo pago obviamente, en un sistema análogo a la obligación de servidumbre que tienen los dueños de postes eléctricos para que otras empresas instalen sus cableados de comunicaciones. Hubo políticas muy inovadoras en esos años que permitieron a nuestras telecomunicaciones dar un salto enorme.

Lo digital lo cambió todo, menos las regulaciones
A principios de la década de los ochentas fue cuando llegó la revolución digital que lo cambiaría todo desde el punto de vista tecnológico. Las señales análogas empezaron a ser reemplazadas por datos digitales, aparecieron nuevas tecnologías de compresión de datos y estos se empezaron a transportar a frecuencias enormes comparadas con las de la era analógica analógicas.

Por ejemplo la banda de radio AM (analógica) va entre 535.000 y 1.705.000 hertz (ciclos por segundo), en comparación la banda de los celulares 4G van alrededor de .2.600.000.000.000  hertz.  La diferencia es enorme.

Esta mayor frecuencia implica que hoy el ancho de banda disponible es prácticamente infinito, la interferencia es un problema mucho más manejable y podemos transmitir millones de veces más información que con señales análogas ¡y millones de veces más rápido!. 

Claro que mientras más alta es la frecuencia que usamos, las señales se empiezan a acercar a la frecuencia de la luz y tienen problemas parecidos a los de una linterna: no podemos atravesar paredes ni obstáculos por el estilo.

El problema es que tenemos las mismas regulaciones de los años de la tecnología analógica, bueno, no las mismas pero inspiradas en las mismas ideas. 

La regulación parte de los supuestos que el espectro es un bien escaso, que todavía existe el problema de la interfereencia y sobre todo, que todavía es necesario que el estado regule y remate a precios multimillonarios las concesiones de las bandas.

Esto no es un problema solo de Chile sino en todo el mundo la regulación del espectro es anacrónica. Obviamente los gobiernos no quieren soltar la vaca lechera que les da miles de millones de dólares cada vez que licitan una banda, pese a que esa clase de regulación hoy es prácticamente innecesaria y solo se justifica en la ambición fiscal de obtener rentas ricardianas.

Paga Moya, para variar
Muchos podrían pensar que las regulaciones de todo tipo, donde el estado hace pagar un ojo de la cara es solo un problema para las empresas. 

Nada más lejos de la realidad, cuando el fisco impone un costo adicional, las empresas no sacan plata de las utilidades para pagarlo, somos nosotros los giles, para variar, los que terminamos pagando vía incremento de las tarifas.

No se necesitan más regulaciones, todo lo contrario, se necesitan muchas menos regulaciones inútiles y costosas, son impuestos camuflados que pagamos todos y con eso nuestros políticos viven como reyes con los ingresos más grandes del mundo ¡paren de gozar!.

El estado es inútil, excepto cuando es subsidiario, lo que se necesita es competencia, competencia y más competencia. Y lo peor para que haya real competencia son las comisiones antimonopolio, los tribunales de libre competencia y todas esas "bondadosas" instituciones estatales que supuestamente nos defienden de los malvados empresas que quieren ser monopolistas.

Hace años escribí la entrada Los monopolios son malos ¿o no? donde explicaba que lo normal y natural de toda empresa es tratar de convertirse en monopolio y que todos los intentos regulatorios de los gobierno terminan creando monopolios.

Hay monopolios buenos y monopolios malos
Así como lo leen, cuando una empresa tiene un producto tan bueno (o conveniente para los usuarios, que es lo mismo) que se convierte en un monopolio de facto, entonces se trata de un buen monopolio, tengo el ejemplo aquí mismo en mi computador mientras escribo usando el sistema operativo Windows 10.

Los tribunales de "libre competencia" en cambio, siempre terminan creando monopolios malos. Cualquier día puede aparecer un sistema operativo mejor que Windows y lo desbancará, porque no hay barreras de entrada insalvables. 

Pero si el gobierno, en su afán de jugar al rey Salomón llama a concurso para elegir el mejor sistema operativo para que sea el único permitido, seguro que lo echaría a perder todo. En fin, menos regulaciones y más competencia, al menos así es como veo yo la cosa 

10 comentarios:

  1. ¡Hola Tomás! Gracias por tus palabras y por dar a conocer mi opinión sobre esta controversia relativa al espectro radioeléctrico. Efectivamente, creo que el Estado -al estar conformado por seres humanos y dirigido por los políticos actuales- se ha vuelto hoy parte del problema y está cada día más lejos de aportar las soluciones que demanda la ciudadanía. Y estoy especialmente de acuerdo contigo en que lo que el país necesita en materia económica es competencia, competencia y más competencia, pero para lograrlo son necesarios los organismos antimonopolios, ya que hay mercados clave que son imperfectos, en los que es preciso remover toda traba que impida la competencia. El gran salto que pudo dar Chile en materia de telecomunicaciones, sobre todo en las décadas de los 80 y los 90 del siglo pasado -y que fue un ejemplo para el mundo-, es precisamente el resultado de un conjunto de intervenciones muy acertadas de los organismos antimonopolios. El problema que tenemos hoy es que esos organismos -por diversos motivos- están perdiendo su efectividad, al igual que el resto del Estado.

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    1. Un abrazo Oscar y gracias por darme tema para esta entrada. Sobre las imperfecciones del mercado creo que no llegaremos a acuerdo, te mandaré mi idea por mail, pero puede resumirse más o menos así: "nunca podrás arreglar algo imperfecto (el mercado) usando algo infinitamente más imperfecto (los políticos). El estado jamás ha sido eficiente, ni siquiera es efectivo en la mayoría de los casos

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  2. Windows es un monopolio malo, una actualizacion de windows 7 dejo a mi laptop sin poder utilizar la tarjeta de red inalambrica, la del wifi. Ademas recien hace 1 año, windows habilito las pestañas en el navegador de archivos, algo que Linux tenie implementado hace años.
    Además para que hablar de como obstruyo por años el desarrollo de otros navegadores web, como Mosaic, alternativos a internet explorer. Y ahora hemos caido de guatamala a guatepeor, por que el mando paso de Microsoft a Google (be evil) y la ordeña de metadata.

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    1. Creo que no entendiste bien el argumento. Un "monopolio bueno" no es el que te entrega un producto perfecto, sino el que es capaz de conseguir la prefecrencia del mercado sin ningún tipo de regulación a favor o en contra.
      La posición monopólica de Windows no se sostiene en regulaciones, prohibiciones o tribunales, sino en que simplemente la gente lo prefiere ante las alternativas.
      Si no te gusta nadie te impide usar Linux, Unix, OSx o cualquier otro, incluso podrías hacer uno a tu medida si tienes los recursos.
      El punto es que con el pretexto de "asegurar la libre competencia" muchos gobiernos hacen todo lo contrario, entronizando "monopolios malos" que solo se sostienen gracias a las prohibiciones impuestas por el gobierno.
      Un ejemplo de monopolio malo es la industria farmaceutica, donde los medicamentos y vacunas requieren de una licencia del gobierno para comercializarse, eso lleva a toda clase de distorsiones y perjuicios como fue el caso de la Talidomida.
      Yo se que muchos no estarían de acuerdo conmigo en esto, pero por mi que todos los medicamentos fuesen de producción y venta libre, aunque sean venenos y que la responsabilidad de elegir en quien confiar recaiga directamente en las personas o en organizaciones independientes sin más autoridad que su reputación.
      Parece una idea radical y exagerada, pero yo creo que así debería ser, tendríamos medicinas mucho más baratas y de mejor calidad

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  3. Tomás: en 1967 siendo Subteniente del Regimiento Telecomunicaciones N° 6 “Tarapacá” en Iquique fui comisionado todo el año a hacerme cargo de una red de radio entre Arica e Iquique.
    Esta red estaba conformada por material del Ejército con equipos alemanes Pintsch y camiones Ford Kohen cedidos a la institución después de la II. G.M. por EE.UU. Estaba dotada de personal de la Unidad y tenía equipos en las terminales de Iquique (patio del Rgto.) y Arica (sede en calle Baquedano) y estaciones repetidoras ubicadas en cerro Tarapacá, Punta Pichalo (Pisagua), Cabo Lobos (en la altura sur de Caleta Vitor) y en Chacalluta.
    Su propósito fue arrendarle canales de telefonía al entonces Comité de Telecomunicaciones de la Corfo, transformada años más tarde en la poderosa ENTEL.
    Guardo grandes anécdotas en todos los tramos de la red y en especial cuando me desplazaba en los jeep Land Rover o en los camiones Pegasos de entonces, caracterizados en largos recorridos por la carretera y que tu tan bien describes en la página anterior de tu blog (10.ene.23 “De Arica a Iquique, paso a paso”). Un abrazo.

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    1. ¡Que recuerdos! Esos fueron los años heroiicos de las telecomunicaciones, donde había que poner antenas en torres muy altas, en la punta del cerro y en lugares muy remotos para que tuvieran línea de vista. Tambíen estaban las bandas de 20 a 40 metros que rebotaban en la ionosfera. Es increíble que todo eso sigue vigente para fines militares y situaciones de emergencia, no tienen reemplazo posible.
      Después vino la red de enormes torres de microondas de Entel, a lo largo de todo Chile, cada 20 a 40 km, fue un esfuerzo de infraestructura enorme y al poco tiempo apareció la primera transmisión desde el satélite "Early Bird" que dejó groogy a las microondas... y después la fibra, en fin, una historia apasionante.
      Hemos tenido mucha suerte de haber sido testigos directos de tanto cambio, un fuerte abrazo.

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  4. Muy interesante. Y todo ese asunto por el "5G" entre China y USA? es algo artificial? nos presionan para elegir un bando y podríamos tener ambos o cualquier otro? Uls

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    1. En mi opinión al menos, el 5G es 90% venta de humo, creo que los que gasten una pequeña fortuna en esos aparatos terminarán hablándo consigo mismos y gran parte de su tráfico seguirá siendo en 4G, un día de estos creo que tendré que hacer una entrada al respecto.
      La pelea entre USA y China por los estándares de comunicaciones es más que nada un asunto comercial para poner barreras a los celulares y sobre todo a los chips made in China.
      Al final es un asunto sobre los chips, cuya parte más importante está en un par de empresas medio desconocidad de Holanda y Taiwan (ASML y TSMC respectivamente), pero tanto las empresas chinas como las de USA que diseñan y fabrican estos equipos necesitan esos chips con impresión ultravioleta.
      Yo creo que China la va a tener muy difícil para imponer sus estándares desde que fue declarada como una amenaza global por la OTAN.
      Los estándares deberían ser únicos por definición, se establecen para no tener que lidiar con sistemas diferentes, al final puede pasar cualquier cosa, pero yo apostaría por el estandar occidental porque hay un asunto de confianza detras de todo esto, es lo mismo que nos lleva a ahorrar en dólares en lugar de en Yuans: confianza

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  5. Aun así, igual ocurre que algunas señales y frecuencias de radio se superponen a otras ¿pero es por el mismo tema de las regulaciones?

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    1. LAs radios AM, FM y la televisión abierta son todas tecnologías analógicas de los años treinta por lo menos, por eso son limitadas y las señales se superpones. Poco a poco están siendo reemplazadas por tecnologías digitales equivalentes, por ejemplo straming versus señal aérea-

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"