(Publicado originalmente el 26 de junio de 2005)
En el país de los mendigos, todos los pobres son víctimas del abuso y de la injusticia de los poderosos, nadie es pobre por su propia culpa, no existen los flojos, ni los locos, ni los indolentes, ni los tontos. La gente no tiene la culpa por las cosas malas que le pasan, solo son víctimas de un sistema perverso que premia a los que se arriesgan y triunfan , mientras castiga a los que se quedan sentados esperando su golpe de suerte.
En el país de los mendigos todos sueñan con ganarse la lotería y de la poca plata que los mendigos ganan siempre hay un fondo para comprar algún juego de azar. El país de los mendigos es solidario porque siempre votan por los que suben impuestos con la secreta esperanza de conseguir -pituto mediante- alguna inesperada prebenda del político por quien votaron.
En el país de los mendigos la gente vota por el que regala casas, alimentos, subsidios, pero jamás por el que genera trabajos porque el trabajo es una de las formas de explotación de los poderosos. Los mendigos siempre se quejan de ser explotados en su trabajo (si lo tienen) y de no ser tomados en cuenta (si no lo tienen). Siendo el trabajo la forma natural de explotación los mendigos lo hacen de mala gana y reclamando.
Los mendigos exigen su derecho a estudiar gratis, pero el caso es que también estudian de mala gana y rinden mal en las pruebas, habitualmente se sienten víctimas de la injusticia de los profesores. Después de varios años de ir a la universidad finalmente lo dejan porque el sistema cruel les niega la posibilidad de reprobar una y otra vez.
Los mendigos exigen su derecho a una casa digna (dignidad es una de sus palabras favoritas) pero como jamás llegan a juntar plata como para comprar una piensan que es el gobierno quien debe "asignarles una casa libre de deuda" (lease regalarles), luego se quejan de que es muy chica y mal construída, si tienen que pagar dividendos rara vez lo hacen, total ya están instalados.
Los mendigos son simpáticos, populares, buenos para la fiesta y el baile así es que suelen aparearse muy jóvenes, como la despreocupación por las consecuencias es su característica tienen hijos mucho antes de tener trabajo. Así es como se quedan viviendo en casa de los padres, o de los suegros ganandose la vida en trabajos miserables como corresponde a su preparación y su actitud frente a la vida. El mundo es cruel y muy injusto en el país de los mendigos.
Vamos zafando acá en el Cono Sur, o en casi toda Sudamérica. Mal que mal los gobiernos de los mendigos tienen su oportunidad, demuestran su fallo al rato y la gente vuelve a poner, no digo próceres, pero gobiernos con esquemas de mayor sentido común.
ResponderBorrarLos que quedaron sin retorno son Venezuela, Cuba, Nicaragua. Para cuando se convencieron que el socialismo no funciona resulta que ya no les dejan votar, o les roban las elecciones. Estos regímenes van a caer también, pero les puede llevar décadas.
Es una de esas tantas cosas bien latinoamericanas o quizás hasta iberoamericanas si incluímos a España. Parece estar unido a cierto complejo de inferioridad porque tenemos la percepción de que somos los "sufridos", que nuestros países tienen todas las características malas posibles. Volviendo a lo de los mendigos, acá conocemos estas actitudes como "conchudez". Todos tenemos algo de "conchudos" en nuestro comportamiento, pero algunos abusan de eso. Creo que somos una suma de nosotros y nuestras circunstancias. El problema es que hay politicastros que hacen toda su carrera gracias a la connchudez de la gente. De ahí que hayan tantos demagogos y tantos estúpidos en puestos de poder
ResponderBorrarAnticaviar
Hola Anónimo y Anticaviar, yo creo que esta especie de ideología de la mendicidad es algo que ha pasado en todo el mundo desde que empezaron a decaer las social democracias que se establecieron luego de la Segunda Guerra Mundial.
ResponderBorrarPero también es cierto que en Iberoamérica se nos pasó bastane la mano con esto, porque a la social democracia tradicional le agregamos los caudillismos que se fueron de frente al socialismo. Que mejor ejemplo que Cuba, Nicaragua, Venezuela o muchas formas del peronismo en Argentina.
Esos países han caido en manos de caudillos ladrones que tienen claro que la base de su poder está en mantener a la gente en la miseria, dependiendo de la "caridad" del estado desde la cuna hasta la tumba.
El problema de esos caudillismos socialistas es que aceleran el deterioro, mutilando la capacidad de producir riqueza en los países, porque al final lo poco que se genera es robado por los caudillos y su grupo de amigotes.
Pero en fin, todos son ciclos y mientras más largo el ciclo socialista mayor la miseria en que caen los países, es cuestión de mirar como está Cuba, Venezuela o Nicaragua nada más
ahora un respetable ex presidente colombiano se pone a hablar shit, quiere que tropas extranjeras invadan venezuela, eso es una estupidez máxima, el problema lo crearon los venezolanos, que ellos lo arreglen poniendo su culo, no culos ajenos, que se vayan a la chuchita
ResponderBorrarLo de las tropas extranjeras en realidad tiene otro sentido. Una intervención militar externa en Venezuela que termine con el régimen de Maduro no tiene nada que ver con solucionarle un problema a los venezolanos, sino con solucionar el problema de los países que se han visto invadidos de inmigrantes venezolanos.
BorrarNadie -en su sano juicio- invade o va a la guerra para solucionar problemas a otros, sino que lo hace cuando tiene un grave problema nacional que lo podría solucionar por algún medio bélico.
En ese sentido para Colombia -que debe ser el país más afectado con millones de inmigrantes venezolanos- no parece tan mala idea tratar de botar a Maduro por la fuerza, tampoco parece tan descabellado que pida a poyo a otros países también afevtados. Esto podría solucionar varios problemas en distintos países.
Pero en fin, es algo que cada gobierno debe evaluar y decidir.