09 febrero 2019

Refrito de sábado: la política y el billete


Este refrito es del año 2016, pero el tema sigue siendo actual, desde 1990 la "clase política" un club de malhechores dedicados a repartirse a si mismos enormes beneficios, saqueando primero la enorme cantidad de recursos que se logró con el crecimiento acelerado entre 1986 y 1996. Cuando se les terminó la plata y no tenían que más robar, primero vendieron las reservas de oro del país a escondidas y después empezaron a comprometer una enorme deuda pública. Hoy tenemos los parlamentarios mejor pagados del mundo, los jefes de servicios públicos y los políticos haciendo un festín personal: le están poniendo ruedas al país y se lo están llevando para su casa.

Una de las formas más escandalosas con que nos han robado a todos y están comprometiendo a las futuras generaciones con una enorme deuda, fue la ley de financiamiento estatal a la política. No creo que exista una ley más abusiva y descarada que esta, que reemplazó los antiguos robos por "aportes" protegidos por ley.

Pero que digo ¿reemplazó? Para nada, siguen robando igual y  más que antes, mientras adicionalmente reciben la plata en camiones que cnsigue el fisco con impuestos y deuda. Si hay algo realmente miserable es esta ley de financiamiento a la política, veamos de que se trata: 

La política y el billete
Ya se que es un tema cliché, tal vez donde se usan los peores lugares comunes y abunda la desinformación disfrazada de hechos. Bueno, para eso estamos. Este servidor les va a explicar las mentiras y encubrimientos con que se trata este tema, que es muy simple pero de manera casi estandar se usa para manipular a los tontos. Aquí voy.

Mito: los ricos son los dueños de la política
Es una mentira casi infantil, sin embargo no solo los tontos la creen, muchos que presumen de estar bien informados creen a pie juntillas que "los poderosos de siempre", es decir los ricos, son los que mandan a los políticos porque los tienen comprados. Basta mirar la realidad y pensar un minuto para darse cuenta que -por el contrario- los ricos están obligados en nuestra democracia a pagar altos cupos, con que son chantajeados regularmente por los que tienen poder político.

La verdad es que muy pocos ricos se dedicn a la política, aunque practicamente todos, a partir de cierto nivel de riqueza, deben pagar su cupo o chantaje a los políticos. En Chile la situación ha cambiado enormemente desde la política antigua, digamos hasta el año setenta, respecto se la política desde 1990 hasta hoy.

Los antiguos partidos de clase
Hasta los setentas existía un esquema de partidos de clase: los ricos financiaban con recursos propios a los partidos de derecha, que defendían sus intereses, principalmente los partidos Conservador, Liberal, Nacional y otros grupúsculos. La clase media era representada por los partidos Radical y Demócrata Cristiano, los obreros y asalariados por los partidos Comunista y Socialista. Tomás Moulian describe bien esa situación en un libro ya olvidado que escribió cuando joven, se llama Estudio Sobre Chile. Alguna vez lo comenté acá mismo.

El financiamiento de los partidos de clase media y obreros se hacía robándole al fisco. Así de simple, como la clase media era abrumadora mayoría en Chile y los obreros se le pegaban desde la aparición de los Frentes Populares, esos partidos tuvieron un acceso al poder casi ininterrumpido durante cincuenta años, entre 1922 y 1973. Entonces empezó la corrupción que ha ido escalando hasta lo que vivimos hoy, cuando hemos alcanzado un nivel histórico. EL gobierno tal vez más corrupto de la política antigua fue el de Gabriel Gonzalez Videla, pero Gabito era un niño de pecho comparado con los actuales avezados ladrones. De cualquier manera, hasta 1973 fue la caja fiscal la que financió a los partidos de clase media y obreros que en esos años tenían el 80% del electorado.

La nueva política a partir de 1990
Cuando vuelve la democracia el mapa electoral fue muy diferente. Ya no existían partidos de clase sino que el electorado se dividía en referencia al anterior Gobierno Militar, los nuevos bloques ya no eran derecha-izquierda aunque siguieron usando los nombres, las banderas y algunos rostros, pero fundamentalmente los partidos se dividían entre los que estuvieron en contra del Gobierno Militar (la Concertación por la Democracia) y a favor (Renovación Nacional y la UDI). Aunque todavía se identifican con retóricas de izquierda y derecha, esa distinción en la práctica ya no existe, hay gente de la Concertación con pensamiento tan "derechista" como yo (eso es mucho decir) y viceversa.

Robar no es malo
Muchos políticos del gobierno de Aylwin (1190-1996 creo) venían de la antigua política, de los setentas. En esos años se creó la ideología respecto de la política y el dinero que se sigue aplicando hasta hoy. En la Concertación en esos años se consideraba lícito robarle al estado, tal como se hacía en los setentas, siempre que se usara la plata en campañas políticas, se robaba para los partidos. Yo tenía un buen amigo que era alto directivo de la Democracia Cristiana, y cuando encontearon un desfalco menor en Iquique recuerdo como estaba furioso, no porque el camarada había robado sino porque se había echado la plata al bolsillo en lugar de entregarla al partido.

Y así empezó la cosa, durante muchos años el robo al fisco -mediante contrataciones truchas como el desmalezamiento de Enap en Con-Con y muchos otros por el estilo- se consideró legítimo, pensando que esa era la única forma de contrarrestar la ayuda económica que recibía "la derecha" es decir el pinochetismo, de parte de los empresarios. Nadie sabe cuantos de esos robos -que se consideraban legítimos y jamás se convirtieron en querellas- se fueron a las campañas y cuantos se fueron al bolsillo de los funcionarios que tiraron las uñas.

Con Ricardo Lagos se "creció con igualdad"
Ricardo Lagos llegó a la presidencia -junto con el Partido Socialista- con una idea totalmente nueva. No bastaba con robarle al estado porque con la contraloría encima era arriesgado, el financiamiento debía perfeccionarse. Para ello empezaron a robar en el Sistema de Inversión Pública, yo viví ese proceso, trabajaba justamente en eso así es que ví en primera fila como desmantelaron el sistema de evaluación de SERPLAC y el FNDR se convirtió en la nueva gallina de los huevos de oro de los políticos.

Pero junto con eso, Ricardo Lagos consideraba que los servidores públicos que llegaban de la política estaban muy mal pagados, así es que en esa época se instaló el sistema de hacer asesorías ficticias, recibir plata de las grandes empresas y pagar sobresueldos bajo cuerda en efectivo, dentro de un sobre. Ese fue un salto cualitativo porque ya no solo se trataba de robar para financiar las campañas, sino para mejorar el nivel de vida de los políticos que entraban a cargos de confianza por lo que durara un gobierno. Se empezó a considerar como lícito que los políticos además robaran para incrementar sus ingresos personales.

Cuando estalló el escándalo del MOP-GATE y se destapó lo de los sobresueldos, Ricardo Lagos llegó rápidamente a un acuerdo, con el entonces líder del pinochetismo Pablo Longeira, logrando obtener el más generoso de los perdonazos: sacrificarían a un par de cabezas de turco de segunda fila y a nadie importante le pasaría nada. Una cosa insólita de este singular perdonazo es que los sueldos de los políticos se duplicaron y hasta triplicaron, para quedar a la par de lo que recibían antes con plata robada. Nunca se investigó a fondo de donde salía la plata de los sobresueldos, la explicación oficial de que eran "gastos reservados" es ridícula, por los montos involucrados.

Lagos se convierte en el favorito de los grandes empresarios
Al mismo tiempo que le solucionó el problema de por vida a muchos de sus correligionarios, Lagos comenzó un acercamiento inédito con los grandes empresarios, esto significó que las empresas -además de lo que daban a los candidatos que ofrecían defender sus intereses- empezaron a verse obligadas a pagar cupos en cada elección a los partidos de la Concertación, el sistema de cupos funcionaba de manera similar a lo que cobra la mafia por protección: "tu pagas y no te tocamos". Ese fue otro cambio que empezó en el gobierno de Lagos.

¿Y de donde sacaba plata la derecha?
El financiamiento de la derecha era mucho más ideológico y venía de aportes voluntarios, principalmente de millonarios de segunda línea: Sebastían Piñera, Carlos Larraín y la familia Ossandón fueron políticos ellos mismos y a la vez mecenas, que colocaron a sus aliados en el congreso. Los aportes eran mayoritariamente voluntarios porque la derecha política, al no estar en el poder, no podía robr para repartir. Varias empresas también financiaban a candidatos de "derecha" e "izquierda" para que defendieran sus intereses en el parlamento y ante las autoridades de gobierno: así el grupo de empresas Penta era visto como el mayor financiador empresarial de la "derecha", por lo que fue el primer blanco de nuestros actuales y estúpidos gobernantes. Algo parecido pasó con el Grupo Matte, uno de los más serios y abiertos financistas de la política chilena.

El cupo mafioso se masifica
La vía para ingresar esas platas de campaña eran las asesorías ficticias. Así, cuando Michele Bachelet decidió ser candidata se armó una maquinaria donde todas las mayores empresas de Chile debían pagarle un cupo: Lucsic, Grupo Endesa, Grupo Angellini, Soquimich, entre las que existe total seguridad que contribuyeron, quien sabe cuantas más. La actual presidenta llegó a donde está financiada en este esquema de extorsión masiva.

Desde hace años las empresas estaban financiando a candidatos de todos los partidos por esa vía. El gobierno de Bachelet, en su estupidez incomparble, pensó que podrían dar un gran golpe a sus adversarios políticos persiguiéndolos legalmente por "delitos" que curiosamente ellos habían inventado y que usaron para financiar sus propias campañas.

El colmo de la desverguenza
Hasta aquí todo era más o menos normal, en todo el mundo las empresas pagan a candidatos que esperan que defiendan sus intereses, el único problema es que en Chile este mecanismo era oculto, una ley electoral increíblemente hipócrita ponía topes y condiciones a las contribuciones de campaña que obviamente nadie pretendía respetar. Lo relativamente nuevo eran los fraudes al fisco que se vinieron cometiendo de manera masiva desde los años de Ricardo Lagos. Estos fraudes ni siquiera se interrumpieron durante Sebastian Piñera, porque este cobárdemente no se atrevió a sacar a los ladrones heredados del primer gobierno de Bachelet, siguieron robando como si nada.

El colmo de la desverguenza y la hipocresía, vino con las modificaciones a la Ley Electoral que significaron un financiamiento legal a partidos y candidatos con cargo al presupuesto fiscal. Los mismos que venían robando desde hace décadas ahora recibían adicionalmente plata por cada voto obtenido ¿Iba a terminar eso con el financiamiento de las empresas? Ni soñarlo, el zorro pierde sus pelos, mas nunca las mañas. Sieguieron cobrando los cupos y además reciben plata de nuestros impuestos.

Cual es la verdadera solución
Este no es un problema nuevo ni que se haya inventado en Chile, la tabla que encabeza esta entrada muestra como Venezuela coimeó a muchos presidentes en toda América Latina, incluída obviamente Bachelet. Siempre los políticos van a recibir dinero de las empresas y si alguien cree que con alguna ley eso de podrá evitar, le recomiendo que vaya a un psiquiatra: simplemente está loco o es tonto de capirote.

No tiene nada de malo, que las empresas le pasen tanta plata como quieran a los políticos para sus campañas. Solo a los imbéciles de nuestro actual gobierno se les ocurrió que eso era "inmoral". Si una empresa quiere pasarle cien mil millones de dólares a un candidato, es perfectamente legítimo, es su plata y se la puede dar a quien estime conveniente. Lo que es realmente malo es que no se sepa quien dió y cuanto, el sistema creado para prohibir y oscurecer algo que debería ser lícito y transparente.

El gobierno de Bachelet si en algo se ha destacado en en encubrimiento, hipocresía y falso moralismo. El problema del billete en la política tiene la solución más fácil del mundo: todos los aportes deben ser lícitos, sin ningún límite, pero lo que debe tener las penas del infierno es el ocultamiento. La gente sabiendo todo, que decida con sus votos.

¿Orpis no debió recibir plata de Corpesca, ni MEO de los brasileiros, ni Fuentes de las pesqueras y etc. etc.? Absurdo, no tiene nada de malo que hayan recibido plata ¿saben por que? Porque con plata no se pueden comprar votos, los votos se consiguen con credibilidad y transparencia. Si se hubiese conocido exactamente cuanto estaban recibiendo Orpis, MEO, Fuentes y todos los demás antes de las campañas probablemente no habrían sido electos, y si hubiesen votado escandalosamente a favor de sus financistas habría excelente material para sus adversarios políticos. Así funcionan las democracias decentes, no con hipocresía y leyes absurdas que solo sirven para abusar, sino con mínimas restricciones y máxima transparencia.

El sistema actual y lo que proponen a futuro es un gigasntesco engaño, es un festín de los hipócritas que solo les interesa ocultar y seguir robando, como si nada.

2 comentarios:

  1. cuantos aportes recibieron los Kirchner de Venezuela! Todo para la causa de los pobres, seguro. Uls

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  2. Uhhh Ulschmidt, es que los K no solo fueron ladrones sino que además descarados. Creo que pocos políticos fueron tan descarados como esos, es como agregarle ofensa al insulto

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"Send me a postcard, drop me a line
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Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"