Refrito del sábado: como hacerse millonario, parte 3

Lo dificil no es robar, sino gastar el robo

Acabo de ver el titular en el diario “Robo del siglo”: 12 de los 16 imputados por sustracción de casi $16 mil millones quedan en libertad. Al parecer se trató de un robo distinto al que yo comentaba en esta entrada del 9 de enero de 2015, pero el resultado fue el mismo: agarraron a los ladrones cuando se gastaron la plata comprando más de 100 autos, propiedades y toda clase de lujos. El robo que yo comentaba fue el 2015 y el de la noticia ocurrió dos años después, el 2017. Si alguno de los idiotas que hicieron el asalto hubiese leído este templo del ocio, probablemente hoy estarían felices y forrados, igual que Lorenzini. En fin, vamos al refrito.

Cómo hacerse millonario parte 3: les ganó el espíritu navideño

El año pasado, poco tiempo después del "robo del siglo" en el Aeropuerto de Pudahuel, lo comentábamos con un amigo, que es funcionario de tribunales por muchos años y recuerdo que pensé que tenía que poner algo sobre eso en el blog. Pero los viejitos tenemos alzheimer y se nos olvidan las cosas y no escribí nunca ni una letra sobre eso, que lástima porque ahora podría estar presumiendo de pitoniso.

Lo que habíamos comentado era que la fiscalía y policía seguramente no iban a mover un dedo en seguirle la pista a los asaltantes, eso de los policías que investigan solo aparece en las películas porque en la realidad la mayoría se dedican a cobrar su sueldo con el menor trabajo posible y hacer detenciones en base a delación o datos. Pero el asalto tenía un tremendo punto débil, que era como gastar los 10 millones de dólares, en moneda nacional y billetes seguramente seriados.

Y pasamos un buen rato especulando como lo habríamos hecho nosotros si fuésemos los asaltantes. Robarse la plata en un asalto puede haber sido riesgoso pero bastante fácil comparado con el problema de gastar el dinero, para eso se necesitaría una inteligencia, suerte y fuerza de voluntad muy superior al común de las personas. Nuestra conclusión fue que la policía se iban a quedar tranquilitos esperando que desde el Servicio de Impuestos Internos les informaran sobre movimientos raros en cuanto a compra de propiedades y vehículos.

Los asaltantes resultaron ser simples matones que no pudieron resistir la tentación de hacer sus regalitos de pascua en forma de lujosas casas, campos y vehículos entre otras extravagancias. Si yo tuve que rendir cuentas ante la oficina de impuestos cuando compré mi casa en 16 mil dólares, imagínense alguien que de la noche a la mañana aparece comprando propiedades por cientos de miles sin tener ingresos conocidos.

Lo más entretenido fueron nuestras especulaciones, ejercitando la parte criminal que todos llevamos dentro. El problema era muy difícil porque los diez millones de dólares estaban en moneda nacional -seis mil millones de pesos en billetes de diez mil- con un peso total de 300 kilos en 19 grandes bolsas.

¿Como lo habría hecho yo? primero que nada la mayoría de los asaltantes debería haber salido del país dejando a alguien de confianza con el dinero escondido. Durante mi aventura en Bolivia yo pasé con cuarenta mil dólares cash por el aeropuerto y era una cantidad enorme de billetes, iba literalmente forrado en billetes por todo el cuerpo, imaginen llevar pesos chilenos.

Otro detalle es que todos, absolutamente todos los cambistas y casas de cambio son delatores de la policía y reciben buena recompensa -bajo la mesa- cuando pasan un buen dato. El primer problema era que el dinero debería ser cambiado a dólares porque en esos envíos todas las series de los billetes son registradas. ¿Como cambiarlos? la primera opción sería llevar unos cuarenta mil al Perú o Bolivia y cambiar a dólares con distintos cambistas, tratando de pasar desapercibidos.

En Perú y Bolivia ingresa mucho dinero ilegal y han resuelto ese problema del lavado con el comercio informal de ferias y mercadillos, Bolivia como es un narcoestado no pone problemas y se puede lavar con facilidad  haciendo inversiones. En mi imaginación habría mandado a uno de los miembros de la banda a establecerse en Cochabamba por ejemplo, con una importadora de productos chilenos para desde allí ir lavando el dinero de a poco en un trabajo hormiga que duraría años.

Por donde se mire lavar los 10 millones de dólares con relativa seguridad habría tomado entre 10 y 20 años, especialmente porque se trataba de personas sin empresa ni infraestructura establecida. Lo primero que debieron hacer -antes del asalto- era incorporar a la banda a alguien que tuviese una empresa con capacidad para ocultar, aunque fuese en partes el dinero y poder mover cantidades relativamente pequeñas sin caer dentro del radar de la policia. Yo habría incorporado a alguien con una empresa de transporte internacional (camiones), muchos tienen experiencia en toda clase de contrabando y negocios raros por lo que podrían ser un buen aporte para sacar el dinero físicamente del país.

Recuerdo que cuando fue el famoso asalto al Banco del Estado en Calama, donde agentes de seguridad del estado robaron alrededor de un millón de dólares asesinando a dos funcionarios bancarios, los pillaron justo cuando Eduardo Villanueva llevaba billetes a Tacna para ser cambiados, escondidos burdamente dentro de bidones plásticos. Un robo grande puede ser fácil, pero gastar el dinero es mucho más complicado.

Finalmente está el peor problema que es el de la confianza, los que participan en el robo deben estar dispuestos incluso a ser fusilados o suicidarse (como pasó en el caso de Calama) sin abrir la boca delatando a sus cómplices. En el caso de Calama era gente con entrenamiento militar así es que mantuvieron todo compartimentado y se sacrificaron solo algunos salvando a los demás, en un robo con delincuentes comunes eso es mucho más difícil, por no decir imposible. Cuando empiezan los problemas viene el "sálvese quien pueda" y al final todos caen. Incluso antes que los atraparan, la custodia física del dinero, sin que nadie se avivara debe haberles quitado el sueño a todos.

En fin, este caso fue un ejemplo de  como el dinero puede ser a veces fuente de grandes desgracias. Me imagino como al planear el asalto habrán soñado que con diez millones de dólares entre cinco, se les terminarían los problemas por el resto de su vida, también me imagino lo felices que se deben haber sentido después del asalto cuando tenían las 19 bolsas repletas de billetes en lugar seguro, y como se deben haber sentido en el momento en que los venció el espíritu navideño y les dio por comprar casas de lujo campos y carísimos automóviles. Hasta ahi nomás llegaron, un buen ejemplo de como la imprevisión puede traer problemas y dolores de cabeza.

Como estaba escribiendo una serie de entradas sobre como hacerse rico,  muchos piensan que dar un buen robo es una manera fácil y relativamente segura, solo se necesita un poco de audacia. Creo que esta historia es muy instructiva porque muestra que si fuera tan fácil serían muchos más los millonarios. Tal vez no cueste mucho robarse unos millones de dólares en un asalto, lo complicado es gastarlos.