Picadillo del domingo

Blog y cocina
Casualmente, desde hace tiempo vengo usando ideas culinarias para colocar nombre a las entradas. Así, como los sábados siempre han sido el día de la semana con menos visitas publico un "refrito", es decir repito algo que he publicado antes y me parece que vale la pena publicar de nuevo, tal como cuando uno toma una comida rancia y la echa nuevamente a freír para que parezca recién cocinada. 

Esto de las pocas visitas de los sábados es una constante que se ha mantenido en los 15 años de vida de este blog, no recuerdo un solo sábado que no haya sido el día con menos visitas de toda la semana. Cuando tenía más visitas el sábado bajaba de las 300, ahora incluso hay sábados que llego a tener solo 100 o poco menos.

A veces cuando quiero poner alguna introducción que no está directamente relacionada con el tema de la entrada, incluyo un antipasto, como esos platillos livianos que comen los italianos antes de la pasta con salmón o queso ahumado, aceitunas y cosas así, livianitas, el antipasto es como un preparativo para el tema principal y muchas veces lo pongo en cursivas.

Otras veces que ando poco ocurrente y no tengo algún tema específico o importante para escribir coloco un picadillo, donde pongo cualquier tontera que se me ocurre en el momento, como estoy haciendo ahora mismo en esta entrada. El picadillo se prepara con sobras del día anterior que se pican y se cocinan nuevamente en la olla, a veces queda bueno y otras no tanto. La característica de mis picadillos es que se trata brevemente de dos o más temas distintos y sin mucha importancia.

Tal vez cuando escriba una entrada sobre algo más serio podría poner Plato de Fondo, cuando escriba sobre algo almibarado, cursi y sin peso poner Merengue

Pensar hace mal
Eso lo tengo bien claro, pensar demasiado es malo porque la imaginación se nos desboca y empezamos a fantasear especialmente con todas las cosas que nos podrían salir mal, normalmente desembocamos en eso y nos viene la depresión. Si podemos controlar la depresión esto se nos traduce en pesadillas, en mi caso por lo menos, mis pesadillas son muy obvias y dan un escape a la depresión que casi siempre puedo controlar, lástima que no se puedan controlar los sueños.

Allan Watts -mi filósofo pop favorito- dio una charla muy entretenida presentando la posibilidad que pudiésemos controlar los sueños, entonces soñaríamos en toda clase de placeres, pero si lo hacemos así todas las noches, después de un tiempo se haría aburrido. Entonces, para dar más emoción a la cosa elegiríamos sueños que no podemos controlar, situaciones de riesgo, miedo, peligros, angustia ¡eso si que sería adrenalina! 

Algo así nos pasa cuando tenemos una pesadilla, a lo mejor estamos jugando a ser Dios y queremos poner un poco de emoción a los sueños, quien sabe.Esa charla se llama The dream of life y puede verse aquí, titulada en español. También hay otra buena que se llama  Explora tu lado oscuro, me encantan esas charlas, Watts era un gran showman y no tenía nada de gurú como los santones hindues y cuenteros por el estilo. La cosa es que cuando tengo una pesadilla y me empiezo a preocupar, me acuerdo que puedo estar soñando y entonces me despierto enseguida. 

Efectivamente, ahí mismo me despierto. No me quita el miedo del momento pero  al menos lo acorta. Les recomiendo a Alan Watts, es bueno "piensa como Allan Watts" me decía mi tocayo Tom Wilke, buen consejo.

Saber y hacer
A pesar que todo el tiempo ando diciendo que no vale la pena preocuparse porque es inútil, una cosa es saber que algo es malo y otra cosa es no hacerlo. Claro que yo me preocupo como todo el mundo, tal vez un poco menos pero igual me preocupo, generalmente por puras estupideces, cosa que no las hace menos preocupantes. En verdad mientras más pequeña y estúpida es la causa, parece que mayor es la preocupación que me produce.

Porque en las cosas importantes yo no tengo de que preocuparme. eso lo tengo clarísimo, yo y todos en mi casa gozamos de muy buena salud -al menos hasta el momento- además tenemos techo asegurado gracias a la casa propia y comida segura gracias al sueldo de la Pilar, no hay ningún motivo importante de que preocuparse.

Pero el diablo está en los detalles, en las cosas chicas como los problemas con mi casa rodante, la inevitable decadencia o el hecho que las últimas aventuras interesantes las tuve el año 2008, cuando viajé a la Amazonia y "trabajé" en la Municipalidad de Tacna. Desde entonces he llevado una vida descansada pero muy aburrida, extraño las aventuras, hasta el stress y el miedo de cuando decía "nunca más vuelvo a...", eso es lo que llaman "promesas de mujer pariendo", después de pasados los sustos e incomodidades, me vuelven las ganas de buscar aventuras.

En fin, uno nunca va a estar satisfecho con lo que tiene. Incluso si se hubiese cumplido mi sueño de pasar un par de noches con Sonia Braga cuando era adolescente, seguro que después habría pensado, "bah, si no era nada de oro mundo". Bueno, tal vez exagero, pero estar inconforme, preocupado y hasta un poquito deprimido es algo inevitable, los únicos que no tienen ese problema son los muertos supongo. Vivir es tener problemas y preocupaciones.