Día de playa

Esta es una comedia que se repite cada año, a veces pasan tres, cuatro o más años sin que vaya a la playa. Creo que el año pasado fuimos un solo día, el antepasado fuimos dos o tres días y así. La cosa es que desde hace años ya casi nunca vamos a la playa. Normalmente solo vamos -y con "vamos" me refiero al Tomás Jr. y yo-  cuando mi viejo amigo el Matute visita la ciudad, desde la región antártica famosa de Muerto Montt, fuimos compañeros de universidad y mejores amigos durante años, así es que cuando viene a la ciudad, normalmente para la Virgen de Las Peñas, no pierde la oportunidad de ir a la playa lo más que pueda.

Bueno, la comedia consiste en que siempre después de ir a la playa, comentamos maravillados lo buena que estuvo y hacemos el firme propósito de ir todos los días. Y no volvemos más hasta el año siguiente, si es que viene el Matute.

Pero no siempre fue así, yo aprendí a nadar alrededor de 1990, a los 35 años. Antes le tenía terror a ahogarme y mi amigo Pablo Pino, ya muerto, quien fue uno de los mejores entrenadores de natación que hubo en Chile, me quitó el miedo y me enseñó a nadar con estilo en menos de media hora. Sobre mi experiencia como Aquaman, escribí la entrada Natación para Dummies y pudo afirmar que fue uno de los conocimientos que me trajo más satisfacciones durante muchos años.

Aprender a nadar fue para mí una revolución cultural y me aficioné tanto que pasaba metido en la Piscina Olímpica de Arica, donde mi amigo Rucha era el administrador, o en Iquique a la piscina Alcalde Godoy (creo que era medio olímpica, todavía debe existir), Estuve yendo casi un año completo, todos los días a la piscina, andaba pasado a cloro pero fue un año delicioso. Que tremendo regalo me dejó Pablo Pino.

Aunque dejé de ir todos los días, en los años siguientes empecé a frecuentar la playa, allí había una verdadera comunidad, donde todos los regulares nos conocíamos o nos ubicábamos, que años más deliciosos. Hasta que a principios del 2000 me compré la casa rodante y viví desde el 2000 al 2005 en las distintas playas: La Lisera, El Laucho, Playa Brava y Las Machas. Creo que fue el 2005 cuando se desbarrancó mi camioneta desde el Morro y con eso se terminó mi vida playera, las cosas buenas nunca duran para siempre.

La cosa es que el Matute, su hija Bianca, el Tomás Jr. y yo nos encontramos ayer en la playa para -supuestamente- inaugurar la temporada. El agua estaba exquisita y pese a que me eché algo de bloqueador solar igual me quemé espantosamente y tengo dos grandes manchas rojas en pecho y espalda, un rico cáncer a la piel me acecha.

Ahora si que noté el buen efecto de los meses que llevo haciendo ejercicio, pude comprobar que tengo el estado físico muy bien porque llego sin problemas hasta el cordel y vuelvo a la orilla nadando de espaldas con las manos en los bolsillos, a puro pataleo, el ejrcicio me ha hecho excelente.

Bueno bueno, se cumplió el rito este año y veremos si podemos quebrar la tradición y decidirnos a ir regularmente a la playa este verano. ganas no me faltan pero cuesta muchísimo romper la inercia. Veremos.