Los muertos no se equivocan

Ahora que estoy de nuevo en la tranquilidad de mi casa (hogar, dulce hogar) me puedo olvidar por unos días de los problemas. Mientras tanto me fumo un apestoso puro en medio de las airadas protestas de la Pilar, Tomás Jr y la Sra. Katy ¿como les puede molestar un olor tan delicioso? están todos locos. Solo el Beppy me comprende. Como hace mucho frio para irme a la casa rodante los tengo a todos con los nervios crispados gracias a mi fino humor y simpáticas bromas en casita, en fin, ya me volveré a mi verdadera casa, en cuanto mejore el clima y todo volverá a la normalidad.

Estaba leyendo un ensayo sobre los conquistadores, con las increíbles aventuras de los Pizarros, Cortéz, Moctezuma y todo lo demás, entre las muchas cosas curiosas me enteré que la suerte de los primeros conquistadores dependió por donde eran vistos por primera vez: existía una popular historia entre los indígenas que los dioses vendrían del oriente, así es que aquellos que aparecían desde el este eran reverenciados mientras que los que aparecían por otro lado no tenían el menor crédito, los atacaban y muchas veces hasta se los comían.

Esto me hace pensar en el papel que tiene la suerte o la casualidad en el éxito de muchas cosas que intentamos. Claro que después se racionaliza y el éxito lo atribuímos a nuestra inteligencia (como no) mientras que al que le va mal lo calificamos en primera de tonto. Ojalá fuera tan simple y bastara con tomar la decisión correcta, lo malo es que la decisión correcta no existe y solo se conoce a posteriori.

Pensaba en esto a propósito del huracán Katrina ahora que salieron todos los generales después de la batalla pontificando sobre las decisiones incorrectas, pero siempre que hay estas grandes catástrofes las pequeñas equivocaciones toman proporción gigantesca, es lo lógico y creo que es bien tonto y ocioso andar buscando a los culpables, no existiendo las bolas de cristal infalibles siempre se podran encontrar "grandes errores" después de situaciones de esta clase. La posibilidad de equivocarse está siempre presente en la toma de decisiones, solo los muertos no se equivocan.