Renegociar

Resulta que a veces las cosas no salen bien. Ya sea porque tomamos una decisión desafortunada, o porque ocurrió algo malo e improbable que echó a perder nuestas inteligentes decisiones, o simplemente porque hicimos algo estúpido. Eso es lo que se conoce comunmente con el temible nombre de fracaso.

Fracasamos a menudo, incluso puede que nos conozcan como fracasados, o mucho peor aún puede que nosotros mismos nos consideremos unos fracasados. Sea como sea nos fue mal ¿que hacemos ahora? eso es lo que estaba pensando hace un ratito.

Lo peor es quedarnos con la espina atragantada, echarle la culpa a quien sea -siempre hay buenos candidatos para eso- y pensar que no hay nada que hacer. Pero eso es para los pobres diablos, no señor, no es para mi. El fracaso es una escuela que me ha enseñado lo suficiente como para poder manejarlo.

Cuando uno se da cuenta que las cosas salieron mal tiene varias opciones, una es ponerse a llorar, pero como ya dije esa no es opción para mí. Otra es romper con todo y partir de cero otra vez, cosa que he hecho muchas veces y me he arrepentido otras tantas y hay una tercera que es renegociar, esta última es la que ahora me interesa.

Un ejemplo financiero: supongamos que uno toma una deuda que después no puede pagar, estamos en un lío, entonces el banco debe cobrarnos lo que también es un problema para ellos, en esas condiciones es cuando se entra a renegociar. Cuando se renegocia las dos partes pierden un poco con tal de no perderlo todo.

Cuando las cosas nos salen mal podemos hacer lo mismo que el banco, renegociar, sacrificar cosas menos importantes para mantener lo que nos importa. Algunos le dicen transar, aggiornarse o lo que sea, pero que diablos, es necesario. Renegociar es casi siempre la mejor opción.

Si les parece que lo que escribí recién no tiene pies ni cabeza deberán comprenderme; son las 3:12 AM, vengo de un bye bye 2005 donde mi amigo el Rucha, con el Lito y el chico Esteban en el que nos tomamos una botella de Ballantines, un Artesanos del Cochihuaz y un 120 tres medallas junto con un rico pollo con ensalada. Yo abandoné temprano porque mis amigos se fueron al casino a ganar plata (jaja), comprenderán que no es fácil escribir cosas coherentes después de eso. Pero igual, si lo leen bien verán que si tiene pies y también cabeza. Ahora me largo a dormir, buenas noches los pastores.