Todos los lunes porotos

Mi antipatía por los lunes tiene que ver con el almuerzo; por quien sabe qué razón atávica mi querida suegra prepara porotos ese día y no ha habido forma que cambie la abominable costumbre a pesar de mis años de protestas. Creo que ya les he contado que la cocina no es uno de sus dones, pero los guisantes son lo que peor le queda, que diablos, hoy tendré que hacer dieta de nuevo y, como todos los lunes, mi querida suegra se pondrá furiosa cuando le diga -de la manera más diplomática posible- que no voy a comer sus malditos porotos.

Todo comienza mal este dia funesto, me levanté muy temprano para una reunión y ahora me avisan que se dejó para la tarde, castigo de Dios y moraleja: no debo aceptar que me pongan esas agendas "para las nueve de la mañana" es inmoral trabajar a esa hora especialmente para un pajarraco nocturno como soy yo, cualquier cosa siempre que sea pasado las tres de la tarde. Lo bueno es que amaneció un día de sol esplendoroso, playa y natación otra vez a ver si bajo la panza que me acompaña desde hace tantos años.

El viernes pasado recibí un inesperado cheque por unos trabajos que pensé que ya no me iban a pagar ¡que rica sensación! -first things first- invité a mis amigos a un restaurant a cortarle la cola y mi billetera anda hoy más gorda que nunca, seguramente voy a avanzar en la construcción de la casa, haré las bases de la terraza y colocaré unas murallas, llevaba harto tiempo detenida la cosa pero ahora le daré cuerda de nuevo. ¿Se han fijado que la plata nunca es suficiente?, igual que el sexo, podemos estar tranquilos pero secretamente siempre queremos más, es una estupidez pero así es la cosa, nunca tendremos suficiente plata, suficiente sexo ni suficiente disco duro en el computador. I can get no satisfaction.

En el año 1983 cuando me dí un largo viaje, me embarcaba desde Hongkong a Dehli, super aburrido y me tocó en el asiento del lado un hindú muy bueno para conversar, me decía que según su religión (ni idea de cual sería) tener plata era un pecado porque significaba que estaba dedicando su vida a cosas materiales, que eran puras ilusiones degradantes, contaba que su ideal era vivir como los hombres santos que se van a la montaña y no necesitan nada para vivir. Claro que es bueno tener pocas necesidades pero creo que a esos se les pasaba la mano; nunca vi en mi vida un lugar más sucio y miserable que la ciudad de Dehli. En todo caso el tipo era dueño de una fábrica de rodamientos, gordito y una especie de magnate en su ciudad, o sea aplicaba bien el dicho ser indio pero no tonto.

¿Se acuerdan mis planes de ayer? bueno, nada se cumplió como había pensado, no encontré a ningún conocido en el Laucho así es que me fuí para la casa rodante, la tarde estaba rica y en la Lisera casi no había gente (ver foto) así es que me metí al agua otra vez. Moraleja: no hagas planes.

Divago, después de mis entradas llenas de indignación política ahora escribo puras cabezas de pescado, en fin, ya se me pasará y pensaré en algo medianamente inteligente que poner.