Y se fue el Matute!

Anoche después de un animado asado de huachalomo, cortesía de Sea Salmon Limitada, despedimos a mi amigo Mario Ernesto Ramón -Matute para los amigos- quien vuelve a Santiago y Muerto Montt a trabajar nuevamente como galeote en su empresa salmonera. Como tenía que farsantear un poco me contó que estaban más o menos en el número 600 de los exportadores nacionales, facturando unos 3 millones de dólares al año, ¡bien por los matutes! como no le creí mucho me puse a buscar sobre su empresa y encontré que en el 84 estaban en el número 20 de las exportaciones de salmon con unas 380 toneladas. O sea no era cuento.

En fin, pasamos un excelente par de dias más que nada conversando, acordándonos del gloriosos pasado, juntándonos con los amigos, buscando minas y terminamos tomando solos como de costumbre, o sea, hay cosas que no cambian con el tiempo, el síndrome del lápiz Bic (sin mina) ha sido una de esas constantes, por lo demás pudimos comprobar que seguimos igualitos pese a todas las diferencias externas y el desastroso estrago producido por el paso de los años.

A todo esto se e había olvidado contarles que el Matute es el culpable de la desgracia de mi vida, porque una vez me dijo que tenía una movida para que salieramos con dos minas y una de esas era la Pilar, ese fue el día en que me desgracié y perdí una buena parte mis adoradas libertades, todo por culpa de adivinen quien.

En fin, de puro contento voy a editar los comentarios de las malas juntas que enfurecieron a Mario Ernesto Ramón, que fue mi primer y mejor amigo de la universidad. Podría escribir un grueso libro con todas las rarezas, aventuras, chascarros, situaciones ridículas y divertidas que pasé con este tipo, los innumerables planes que hicimos y las innumerables estupideces que conversamos, las situaciones increíbles en que me vi metido por culpa de su comportamiento obsesivo con las mujeres, en fin, todos los que lo conocen me van a entender, se trata de un tipo extraordinario pero la mayoría de las anécdotas -todas las buenas en realidad- son absolutamente impublicables, mucho menos a estas alturas del partido.

Finalmente quisiera dejar en claro que anoche llamé al Rucha invitándolo a tomar y comer al asado y por primera vez en mis 51 largos años de vida me dijo que ya se había acostado y n o podía ir ¿acostado con quien?. ¡Oh la decadencia! ¡la crisis moral! ¡el alma de este país llora lágrimas de sangre! un Calígula menos en Arica. Ya no hay amigos...los que valían la pena están todos muertos...