Que vivan los estudiantes

Hoy fué un día maldito para este blog, una tecla equivocada al contestar un comentario me mandó todo el índice al diablo y me borró el comentario sobre el día del patrimonio nacional y Deepak Chopra. Que hacer, tal vez otro día lo escriba de nuevo (última hora: gracias a Rubén lo recuperé y está debajo).

Como no me gusta dejar un día en blanco y temas me sobran comentaré la actual huelga de estudiantes secundarios, ya que el Tomás Jr. no quiso saber nada cuando le dije que escribiera sobre el asunto. Hay algunas cosas a destacar en esta huelga, que se diferencia de los conflictos anteriores en que esta vez no ha organizado el MIR y la mano oculta de los bolivarianos no ha podido tomar la batuta como en las ocasiones anteriores. Esto se ha notado en la ausencia de provocadores encapuchados y destrozos, me parece que esta es la primera huelga que no es prefabricada desde el hermano país de Venezuela y responde a un malestar verdadero de los estudiantes.

En un comentario del blog de Fernando Flores donde critiqué ácidamente a Brunner, que ahora aparece dando cátedra sobre como solucionar lo que el mismo provocó con sus errores garrafales, leía que las banderas de lucha son "domésticas" y no tienen nada que ver con los temas "importantes". No se engañen amigos, estos problemas "domésticos y de poca importancia" son los verdaderos problemas que tienen hoy los alumnos y sus apoderados y son los que pueden enfurecer a la masa estuduiantil mucho más que los "grandes temas" que, a decir verdad, le importan un comino a la mayoría de los chilenos.

Igual que con la Reforma Procesal Penal, la Reforma a la Educación partió con un diagnóstico equivocado, politizado y que responde a las presiones e intereses sectoriales del poderoso y nefasto gremio de los profesores municipalizados: el mal llamado "colegio" de profesores. Obviamente que a ellos les convenía jornadas más largas, aumentos de sueldos y pasantías a pesar que desde el comienzo muchos expertos advirtieron que tantas horas de clases con los mismos profesores y sistemas mediocres solo empeoraría las cosas. Sin contar con el ruinoso aumento de los costos asociados a educar a un alumno. Primer error fatal: la jornada escolar completa, más horas no significa más ni (menos) mejor educación.

Y esta jornada completa trajo una cantidad de problemas que los genios que diseñaron la reforma ni siquiera había pensado. En primer lugar la necesidad de más desplazamientos entre la casa y los colegios, o sea un costo adicional que no solo deben pagar los padres sino además los empresarios del transporte, porque como de costumbre los funcionarios del estado son campeones de generosidad cuando se trata de obligar a que paguen otros.

Lo que pasa en el fondo es que mientras existan los colegios municipalizados y mientras el colegio de los profesores mediocres tenga el poder de colocar su propia agenda los problemas de la educación no solo se van a eternizar sino que van a crecer cada día más. Todo el que tiene dos dedos de frente y ojos para ver se da cuenta que la solución está en eliminar la educación municipalizada, que es el verdadero lastre con sus profesores inamovibles, administradores ladrones y politizados, déficit eternos, etc. etc. Se ha comprobado cientos de veces que ahí es donde está el nudo gordiano pero nadie se atreve a cortarlo. Y mientras tanto sale Brunner, sin la más mínima verguenza a enseñarnos que lo que realmente hace falta es más de lo mismo, que tipo más caradura.

Que se vuelva a las jornadas escolares normales, que se elimine el pago de la PSU ¡por la flauta, si eso cuesta una miseria de plata! y que de una vez por todas se eliminen todos y cada uno de los colegios municipalizados, que el Ministerio de Educación desaparezca y se transforme en Superintendencia, que se dedique a cumplir con su deber que es vigilar efectivamente y dar las directrices.

Y aprovecho de mandar mi simpatía y apoyo a los buenos profesores municipalizados, también hay algunos, casi por milagro, que sufren el chaqueteo y arribismo político del resto de sus colegas apitutados, a estos últimos miserables mi buuu de repudio, que se pudran.

Yo soy acérrimo enemigo de las protestas y las medidas de fuerza, pero esta vez puedo decir ¡bien por los estudiantes! los han tenido para la patada y el combo por décadas, yo apoyo que se paren a protestar esta vez en lo que considero que son sus reales problemas. No aflojen cabros, y no dejen que los sinverguenzas de siempre se tomen el conflicto para ellos con encapuchados y piedras, esos ganan su billete y reciben órdenes de ya sabemos quien.
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