Por la igualdad

¿Que pasaría si un gobierno lograra que cada persona cumpla con sus expectativas sociales?. No es una pregunta tan tonta como parece, porque eso es lo que ofrecen todos los gobernantes del mundo por estos días. Como lo hizo notar Galbraith en su momento, desde hace un par de siglos el destino de las personas dejó de considerarse responsabilidad de cada cual y entre los deberes del gobierno se ha agregado el de dar bienestar y felicidad a sus súdbitos.

Podríamos pensar que esta idea partió con el marxismo, que postuló "científicamente" que la pobreza era causada por el abuso de los poderosos y que de no detener el asunto iba a llegar el día en que cada vez menos poderosos tendrían todo y cada vez más pobres no tendrían nada. Como sabemos la experiencia histórica y económica desvirtuuó esa idea y el capitalismo lejos de haber creado pequeñas aristocracias que empobrecerían más y más a las masas lo que hizo fue elevar el bienestar general como nunca se vio en la historia. Los paises desarrollados son todos capitalistas y el bienestar de un pobre en cualquiera de esos países es muy superior al de un pobre en Cuba o Corea del Sur, lo que se demuestra por el simple hecho de que la gente se arranca de los últimos y trata de entrar a toda costa a los primeros. A pesar de la propaganda nadie en su sano juicio querría que su país fuese como un paraíso marxista.

O sea, el marxismo no fue buena receta, pero su diagnóstico siguió rondando por el mundo y encuentra entusiastas tanto entre los fracasados como entre los que sufren de remordimiento religioso y cosas por el estilo, los jesuítas han hecho un gran trabajo con ambos grupos. La cosa es que sigue existiendo una enorme cantidad de gente en el mundo que piensa que su fracaso es culpa del abuso de los poderosos y espera que un gobierno pondrá las cosas en orden. Es el gobierno entonces el responsable del bienestar de las personas, esta es la oferta que hacen todos los gobiernos y que obviamente jamás ninguno ha cumplido, porque es algo claramente imposible.

Pero hagamos un experimento imaginario y pensemos que un gobierno de extraordinaria capacidad fuese capaz de entregar bienestar a la gente, ni siquiera a todos, digamos a una mayoría. Nos veríamos enfrentados a un montón de situaciones raras, imaginen por ejemplo que todos los jóvenes puedan estudiar la carrera que les gusta, y como el gobierno es sabio se encargaría que además salgan todos titulados. El primer problema sería que hay muchos trabajos que nadie querría hacer ¿quien va a queres ser basurero, lavaplatos, cargador si puede ser médico o abogado?. Después de un período de ajuste los médicos y abogados serían multitud y no encontrarían trabajo, mientras que los sueldos de basureros se irían a las nubes ¿veríamos a cirujanos recogiendo basura? no lo duden, money talks.

Como lo debe saber mi estimado Hernando, que se está doctorando en Harvard, o mi amigo Nervio que también está sacando su doctorado en electrónica, el valor de sus títulos reside en la escasez, porque es difícil, se necesita esfuerzo, suerte, buenas decisiones y un montón de otras cosas que rara vez se dan juntas para llegar a obtenerlo. El día que sea piece of cake sacar esos títulos podría ser nefasto para mis amigos, en términos económicos y de prestigio, ellos deberían ser los más acérrimos enemigos de cualquier igualitarismo.

Y a eso, mis queridos amigos, quería llegar; a la estupidez del igualitarismo en un mundo donde no hay dos seres humanos iguales. ¿Saben cual es la raíz del pensamiento de los igualitaristas y socialistas?: el clasismo y la envidia. El clasismo porque piensan que hay condiciones que son despreciables mientras que otras son superiores, a un igualitarista le repugna la humildad, pero normalmente el mismo es humilde así es que aparece la segunda parte, el resentimiento, no le interesa tanto subir el sino que bajen los otros.

Y toda esta larga tontera se me ocurrió a raíz de la paradoja de Brunner que pretende que mejorando el acceso a niveles altos de educación va a mejorar el bienestar de las persons, no señores, el remedio no es hacer un país de médicos ingenieros nucleares y abogados sino que un país de gente con dignidad y respeto en lo que hace, respeto incluso para los trabajos más humildes y confianza en la responsabilidad de cada cual sobre su propio destino, esas son cosas que los igualitaristas jamás podrán comprender. He dicho.