Mr. Burns

Hoy estaba viendo en la televisión boliviana las protestas de los mineros cooperativistas que tienen bloqueados los caminos en Potosí y varios otros lugares. Cambio de canal y veo una entrevista al senador Letelier haciendo añoranzas de la nacionalización del cobre, declarando con gran soltura que lo que Chile necesitaba era una renacionalización.

Pensé que era el día mundial de la estupidez pero no, simplemente eran dos perlas representativas de la forma de pensar latinoamericana, que nos ha tenido en la miseria durante tantos años. América Latina es el continente de las oportunidades perdidas: la imagen del mendigo sentado sobre un cerro de oro es correcta, pero su significado es muy distinto de las explicaciones de nuestros charlatanes y demagogos que viven de la politica.

No es solo ignorancia, porque la muchos de estos tipos son ilustrados, es también estupidez e ideología. Veamos el caso de Bolivia; un país con las mayores reservas de hierro en el mundo en un momento en que el precio del hierro alcanza las nubes. Sin embargo llevan décadas sin decidirse a licitar el Mutún y muchos otros yacimientos que esperan ser explotados. Los hindues que supuestamente ganaron la licitación deben estar dando a los mil demonios por haberse metido en ese país. Pérdidas de tiempo en estériles negociaciones donde por pura codicia va a llegar el momento que el precio baje y ya ni valga la pena invertir en esas minas.

Mientras los mineros cooperativistas, con su economía de supervivencia y métodos del siglo pasado se matan trabajando para conseguir apenas lo necesario para sobrevivir, "queremos socios, no patrones" dicen en el gobierno, lamentablemente nadie se quiere asociar con gente que golpea la mesa y cambia las condiciones a su antojo. Seguiran sentados sobre el cerro de oro porque las riquezas mientras no se exploten no valen nada. Cualquier obrero de la gran minería en Chile, hasta un humilde aseador o cocinero, vive como príncipe comparado con los cooperativistas en Bolivia.

La segunda clase de explicaciones -esta se la escuché al senador chileno Letelier en su notable entrevista- dice "es que las empresas ganan demasiada plata", penoso que un economista dé esa clase de argumentos ¿que es ganar "demasiado"? ¿como se puede determinar tal cosa? Habría que partir viendo cual es la apuesta, es decir la inversión requerida para echar a andar un proyecto minero, y cuales son los riesgos. Si el negocio es tan bueno y sencillo ¿que impide que todos los gobiernos del mundo estén dedicados a la explotación minera?. Resulta que no es tan fácil como lo pintan los demagogos e ignorantes.

Hablando francamente los gobiernos en América Latina tratan de atraer incautos para que inviertan miles de millones de dólares con ofrecimientos y condiciones engañosas, apenas los inversores están obteniendo las ganancias empiezan a cambiar las reglas del juego o simplemente aplican el robo con fuerza llamado "nacionalización" que consiste en que el estado se hace para sí de todo el esfuerzo de los ingenuos que invirtieron.

Por eso el royalty minero del senador Lavandero fue una medida estúpida e inútil. Por otra parte, los políticos son muy dados a hablar de las riquezas de Chile, pero ¿quien es Chile? ¿el aparato que administra el estado? ¿los que tienen las llaves de la caja de fondos del Banco Central y de la máquina que imprime billetes? ¿los políticos corruptos que reciben unos 20 mil dólares cada mes y se roban otro tanto?.

Para mi está claro que la riqueza de Chile no es lo mismo que la riqueza del fisco, sino que el nivel de vida promedio de todos nosotros. Esa es la verdadera riqueza de Chile y los miles de contratistas y empleados de la minería privada realmente tienen un excelente nivel de vida. A ellos si les llega la riqueza de Chile de modo directo y no por las publicitadas limosnas, que de tiempo en tiempo entrega el estado para calmar a la chusma y conseguir los votos del gilerío.

En fin mientras no dejemos de pensar de esa manera estúpida volveremos a ser mendigos sentados sobre un cerro de oro. Pero hay algo más: las propias empresas mineras tienen buena parte de la culpa, porque la minería debería ser el negocio más preocupado de hacer perfectas relaciones públicas, debido a la precariedad inherente al negocio, siempre están sujetos a la posibilidad de cambio de reglas o nacionalización. Sin embargo muchas de estas empresas se conducen de manera horrible y matonesca cuando están en una posición de poder, olvidando que las pequeñas ofensas se acumulan y después se pagan con altos intereses.

La actividad minera no está libre de costos, es tremendamente contaminante y consume agua en enormes cantidades. Cuando no pueden enfrentar de manera honorable estos costos y proceden a engaños, o cuando la codicia los lleva a usar agua dulce secando los pozos locales, por no gastar en el flete de agua salada, entonces no hay relaciones públicas que puedan arreglar el asunto y en lugar de RRPP las acciones de las mineras se convierten en pura propaganda.

Creo que no hay error estratégico más grande para las grandes mineras que hacerse antipáticos en su entorno próximo, puede que les ahorre unos dólares ahora, pero el efecto acumulativo de la mala voluntad puede ser pésimo, y como se trata de un negocio de largo plazo, descuidar la estrategia no es una buena idea. Solo recuerden lo que le pasó a Mr. Burns cuando hizo un aparato para tapar el sol...Vean los Simpsons y aprenderán.