Continuando con el Cazachicas

Escribí el Manual del Cazachicas hace muchos años, la idea era continuarlo pero con el paso del tiempo y la falta de práctica en esas cosas lo fuí dejando para un futuro que nunca llegó. Pero bueno, me senté a escribir mi entrada de hoy y no se me ocurría nada interesante ¿por que no hacer un esbozo para su continuación?. Aquí voy entonces, con tutti:

Primero que todo: no hay que confundir al cazachicas, no se trata de un mujeriego común y corriente, de esos macabeos que viven enamorándose y después se les acaba el amor, llenos de conflictos internos y -digámoslo francamente- medio afeminados, que tanto éxito tienen entre las mujeres.

El cazachicas no tiene los atractivos naturales que hacen derretirse a las mujeres, no tiene esa debilidad de carácter que hace pensar a cuallquier mujer lo fácil que sería mantenerlo dominado. Tampoco es buen mozo o cuidado de su apariencia.

En verdad lo único que lo caracteriza es que necesita el sexo de una manera similar a la comida: frecuente y variado, tres veces al día y con menú distinto cada vez. Claro que entre la necesidad y las posibilidades reales de satisfacerla hay una brecha enorme, ese,se podría decir que es el problema fundamental del cazachicas.

No tiene ninguno de los atributos que las mujeres encuentran deseables en un hombre, al contrario. Pero cuenta con una única arma: el cassette, el bla-bla-bla solo dispone de eso para embaucar y conseguir su objetivo predatorio, un repertorio de mentiras, engaños y coberturas tan ampliamente conocidas, que solo se les pueden considerar técnicamente engañosos, en realidad no lo son.

Así, la vida del cazachicas es tan dificil como la del leon en tiempo de sequía. Anda siempre con hambre porque la necesidad es apremiante, el alimento escaso y sus armas limitadas, en cierto modo el cazachicas es lo opuesto del Rey de las Minas con que sueña legar a ser. Pero vamos a lo nuestro, aquí van algunas técnicas adicionales que me faltó colocar en el artículo original:

Veamos los principales mecanismos psicológicos que mueven a las mujeres a la hora de aceptar que un tipo las lleve a la cama, estos son: bienestar económico (el instinto de nido, del que ya hemos hablado), ansias de dominación, brillo social, provocar la envidia de otras mujeres, miedo a quedar solterona y capacidad de manipular una relación a su capricho.

Lo del bienestar económico es muy simple: tienes plata o no la tienes, pero existe un matiz porque las mujeres por lo general no piensan a muy largo plazo y se las puede engañar mostrando un falso bienestar, haciéndoles un par de regalos extravagantes, farsanteando una riqueza inexistente, etc. Muchas mujeres tienden al wishful thinking así es que se creen las mentiras de esa clase aunque sea más o menos evidente que se trata de un truco.

Ansias de dominación: toda mujer ansía tener a un tipo dominado, la sensación de que maneja a su propio pobre diablo es tan fuerte para muchas mujeres como una larga línea de cocaína para un adicto. De allí se explica el irracional sentimiento de propiedad que las hace indignarse, rebajarse y hacer los ridículos más grandes contra las otras mujeres cuando percibe que tratan de robarle a su marido (nótese las negritas).

El brillo social es otra de las necesidades psicológicas de muchas mujeres y si percibe que un tipo está bien conectado tendrá una actitud favorable hacia el, consiguiendo satisfacer de paso otra necesidad imperiosa que es ser envidiada por las demás mujeres de su entorno. La envidia es un motor muy poderoso en las relaciones entre mujeres y por eso arman y desarman alianzas para provocar y defenderse de envidias individuales y colectivas. Ser envidiada regia, estupenda es el Santo Grial para muchas mujeres.

El miedo a quedar solterona es fruto de una presión social que ya no tiene ninguna razón práctica, pero no por eso deja de ser enorme. Sigue estando vigente entre las mujeres la idea que se es incompleta o fracasada si no pescan a un tipo para que se case o viva con ellas por largo tiempo y así es como viven al acecho de un zorzal que representa la diferencia entre tener éxito o fracasar en la vida.

Y de la capacidad de manipular la relación, que decir, es el anhelo común de hombres y mujeres, pero tiene una diferencia importante: los hombres quieren manipular la relación de modo que los dejen tranquilos y puedan hacer lo que quieran, mientras que el objetivo de manipulación de las mujeres es dejar establecido el dominio, eso explica las exigencias caprichosas, los cambios de humor y todas esas cosas tan difíciles de explicar para un hombre: ellas simplemente están estableciendo quien es el que manda.

Bueno, bueno, podría escribir mucho más pero tengo un límite establecido por entrada, cualquier otro día lo sigo. Feministas del mundo tiren sus piedras, patadas e insultos, los recibiré estoicamente. Como dijo Martín Fierro "no pregunto cuantas son, sino que pasen de a una". Será hasta mañana, señoras y señores.