Para sufrir nacimos

Y mañana me tengo que levantar temprano, mala cosa. Llega mi compadre Oscarini de Iquique y a mediodía tenemos la última reunión para el proyecto Arica Virtual, si consigo entusiasmar en esta reunión clave podré, sacar el proyecto del closet y les estaré dando la lata cada cierto tiempo con el asunto. Si nos va mal, a otra cosa mariposa, el mundo es ancho y ajeno y vuelan lucas por todas partes, la gracia está en atraparlas.

A propósito estaba pensando en lo difícil que resulta entusiasmar a la gente en Chile, parece que somos apáticos y desconfiados por naturaleza, en cambio mi amigo Mark que vino de Londres, me escribe preguntándome como va la cosa, me dice que allá sería muy fácil encontrar un sponsor para una idea así. Lo mismo Chuck, que viene de USA y va a vivir en Arica por algún tiempo, siempre me pregunta y me desea suerte.

Mis amigos de acá ni hablar, me han hecho el detalle de todo lo que va a salir mal, partiendo por que no me va a pescar nadie, que jamás voy a conseguir la plata, que está lleno de empresas más importantes que quieren hacer lo mismo, yaba-daba-daba, me mataron el proyecto antes de nacer. En todo caso estoy acostumbrado a que me vaya mal en estas cosas, así es el negocio, hay que hacer trescientos para que resulte una, con el tiempo he desarrollado una gran tolerancia a la frustración.

Saber perder; aprender a ser buen perdedor es tan importante como ganar. A veces más porque siempre lo malo es más abundante, o por lo menos nos afecta más. Uno tiende a creer que lo natural es ser felíz y que cuando sufrimos es algo anormal, pero es todo lo contrario, lo normal es sufrir y lo anormal es ser felíz y aunque esa idea puede parecer muy rara la demostración es bastante simple, aquí va:

Es normal que la gente sufra cuando tiene grandes problemas objetivos: por ejemplo una enfermedad grave, muerte de un ser querido, graves problemas económicos, etc. Pero hay gente perfectamente sana, a quien no se le ha muerto nadie, con plata etc. y sin embargo sufren mucho. Es un problema no tener problemas, porque enseguida empezamos a inventarlos.

El caso contrario es mucho más raro, seguramente habran unos pocos privilegiados que, a pesar de tener cáncer, o ante la muerte de un ser querido, o con graves problemas económicos, se las arreglan igual para ser muy felices. Debe haber algunos así, pero la verdad es que yo nunca he conocido a uno solo de esos happy few.

La regla general sería entonces que frecuentemente uno puede sufrir, con o sin problemas, y que cuando tiene problemas objetivos es muy infrecuente que sea feliz. Entonces lo natural es el sufrimiento y lo raro es ser feliz. Dicho en palabras de la sabiduría tradicional Para Sufrir Nacimos.

Sin embargo pensamos y esperamos todo lo contrario, cuando nos pasa algo bueno nos alegramos en el momento pero al poco rato lo tomamos como algo normal. Si en cambio nos pasa algo malo podemos estar rumiando el resentimiento durante años. Eso es a causa de la estúpida idea de que las personas tenemos derecho a ser felices. Si algún día se me ocurre escribir el Catálogo de las Ideas Estúpidas, la idea de que las personas tienen esa clase de derechos estará en un lugar importante de la lista.

Y como esta entrada corresponde a la sección filosofía barata, terminaré con un buen consejo: hay que aprender a perder, los malos perdedores que se enfurecen porque no le hicieron caso a sus geniales ideas no ganan nada, aparte de acumular resentimiento inútil. Si me va mal con mi maldito proyecto aplicaré mi propio consejo: veré si hay algo en que me equivoqué, y si hice todo bien, mala "guarida" dijo el conejo y se cambió de casa, para otra vez será.

Ese es mi consejo, el que quiera lo toma y el que no lo deja. En fin, no más filosofía barata por hoy, Morfeo me está llamando, buonanoti.