Cuando vivian en la dolce vita

Los que conocen Arica sabrán a que me refiero; hoy tuvimos un día apestoso, nublado, creo que no apareció el sol en todo el día -no podría asegurarlo porque lo pasé durmiendo- y aunque habían 16 grados celcius me pareció estar en Chiloé en esos días en que llueve, llueve y llueve sin parar. Como dice la canción "entre oreja y oreja nubes bajas, oscuras como cajas, se disfrazan de fieros animales".

De esos días que solo le gustan a los surfistas, porque si sopla un poco de viento, es cuando la ola El Gringo "el Gran Tubo de Chile" toma su máximo potencial. Hace dos o tres años atrás, en un día así -entonces yo vivía en la playa- pasé por la Isla y estaba todo el equipo de Billabong con surfistas hawaianos, norteamericanos y unas mega-cámaras haciendo fotos y filmaciones. Creo que el próximo mes será el campeonato mundial de surf en la Isla y vendrá gente de todo el mundo a competir, ojalá que las olas de El Gringo y El Buey estén a la altura.

No hay que olvidar que Arica es la cuna de los beach bum, nueve mil años antes de Cristo los tipos de la cultura Chinchorro vivían a orillas de la playa recogiendo machas, comiendo lenguados y haciendo body board sobre cueros de lobo inflados. Nunca inventaron nada práctico, no dejaron ni una sola edificación, ni cerámica, ni tejidos muy elaborados ¿por qué? Porque en Arica la vida es fácil.

No necesitaban aprender a construir porque durante todo el año se puede dormir a la interperie, yo mismo he pasado la noche en un saco de dormir, en Playa Las Machas en pleno invierno, ¿para que querrían desarrollar la arquitectura si no era necesaria?. No solo hay un clima perfecto -donde lo peor que puede pasar es que las nubes nos pongan de mal humor- sino que no existe ni un solo animal peligroso: no hay tiburones, pumas, serpientes, alacranes ¡nada! ¿para que entonces armar una casa?.

Tampoco necesitaban desarrollar la agricultura; en la playa Las Machas, hasta hace pocos años, apenas se podía caminar porque la arena estaba repleta de mariscos enterrados, todavía se pueden pescar con facilidad ahí mismo unos espléndidos lenguados. Si cultivaban algo no era por necesidad de alimentarse, sino más bien por un asunto de gourmet, para darle sabor a la dieta.

No necesitaban trasladar nada por largos caminos ¿para que iban a inventar la rueda o los carros de carga?, durante muchos siglos Arica fue un territorio de malaria donde solo podían sobrevivir los nativos, gracias a eso tampoco había nadie interesado en conquistarlos; no conocían las guerras, ni las armas, ni los sacrificios humanos.

Arica es un lugar que ha estado habitado continuamente durante más de 10.000 años, lo que seguramente lo hace el asentamiento humano más antiguo de toda América, sin embargo nunca ha sido un lugar grande ni importante, nuestro pueblucho es un nicho, siempre lo ha sido. ¡Que ociosa debe haber sido la vida acá 9.000 años antes de Cristo!. Como vivimos en el desierto, donde no hay clima que cambie el paisaje, no es nada difícil imaginarse como era el paisaje en esos años, igual que ahora pero sin casas, calles ni autos. Si trasladáramos en el tiempo a un Chinchorro no le costaría nada ubicarse.

Y la mejor prueba de que la vida era un ocio continuo es que en lugar de desarrollar armas, conquistas imperiales o armar palacios ¿saben a que se dedicaba la gente? a preparar momias. El hecho de que dedicaran su ingenio y tecnología a conservar a los muertos, no para enterrarlos sino para dejarlos como adorno en sus propias chozas, muestra que era gente con tiempo para pensar, especular, gente con vida interior más allá de alimentarse o hacer la guerra.

Y mejor termino antes que me ponga a babear, me gusta Arica maldita sea, pero los que no conocen el lugar no se hagan ilusiones, no es un paraíso tropical escondido ni nada de eso; hay graffitis en las murallas y muchas veces no recogen la basura en días, pero la vida acá es condenadamente fácil.

La geografía modela muchas cosas en Arica y por eso todavía tenemos algunas cosas en común con los Chinchorros de hace 9.000 años atrás. Así como Iquique tiene su alma en la historia de la pampa salitrera, Arica la tiene en los beach bum de esa época en que se dedicaban a hacer momias, cuando vivían en la dolce vita.