Lo bueno, lo malo y lo feo

Un virulento resfriado me tiene en cama, ni muerto me levanto porque lo estoy pasando muy bien, cuando aparece mi suegra o la Pilar me pongo en posición fetal y me quejo débilmente, de ese modo andan todo el día pendientes para atenderme, en fin, eso me pasa por haber dejado de tomar uña de gato. Pero tengo un remedio infalible aquí al borde de la cama: un termo con café y una botella de ron, con lo que metódicamente me he dedicado a curar el resfrío durante todo el día.

Muchos amigos se quejan -con cierta razón- porque dicen que me la paso escribiendo puras maravillas de Arica, que diablos, si me gusta vivir acá. Pero afírmense señores porque en esta entrada histórica voy a poner las cosas que no me gustan de Arica. Sin más preámbulos, aquí voy-

1.- la basura: en cada esquina de las poblaciones los contenedores azul con amarillo rebalsan basura, la que es desparramada en la calle por los perros vagos de la ciudad. Colocar contenedores en las esquinas no fue una solución, porque el verdadero problema es que fallan los camiones recolectores, que tienen frecuencias tan misteriosas e impredecibles como la bajada del San José. Arica es una ciudad bastante sucia y lo que es peor, el desierto también está lleno de basura a lo largo de toda la carretera.

2.-los tag y graffitis: aunque no tenemos pandillas las murallas están llenas de tags, esa estúpida costumbre importada desde USA, lo peor es que los dueños de casa no se preocupan de borrarlos, a mi me marcaron dos veces la casa rodante en la playa y ambas veces los borré, santo remedio. Si hubiera que borrar 100 veces lo haría, no comprendo como la gente puede vicir con esas estúpidas marcas en sus murallas, que se limiten a despotricar sin borrarlos nos dice mucho acerca de la identidad ariqueña.

3.-la burrocracia: impuestos internos, aduanas, tesorería y demás servicios públicos de la ciudad son lo peor de lo peor, los chupamedias ungidos en jefes de servicio se sienten como pequeños reyecitos de su respectivo feudo. El personal subalterno suele ser amble pero dios nos libre de los jefes.

4.-los macheteros: "cuidadores" de autos, vendedores ambulantes, mendigos de toda clase -excepto los locos Vadulli, hijos ilustres de la ciudad- garzones ansiosos de propina, taxistas puntudos (aunque en Iquique son peores), jaladores de los colectivos a Tacna y aeropuerto, son todos una peste.

5.-las coimas y arreglines de bigote: son una institución ariqueña tan sagrada como la Virgen de Las Peñas, en una ciudad llena de incentivos todo el mundo se corrompe rápidamente, el valor de todos los proyectos fiscales se multiplica por 3 y hasta por 4 porque hay que repartirle plata desde el portero hacia arriba. Los políticos no tienen verguenza en colocar a la hija, a la mujer, al hermano y a las sobrinas en los puestos fiscales mejor pagados y todos lo miran como la cosa más normal del mundo, es una costumbre realmente asquerosa.

Esas son las cosas malas que se me ocurren por el momento, hay otras cosas aparentemente malas pero son parte del ADN de la ciudad así es que yo las veo más bien como características simpáticas, por ejemplo la cantidad de mentirosos y estafadores, la flojera generalizada, la informalidad y otras cosas por el estilo que no tengo dudas que seguirán mientras nuestra ciudad exista, por los siglos de los siglos. Los cinco puntos malos que mencioné creo que se pueden mejorar y espero que algún día, cuando haya gente más capáz y los incentivos correctos van a mejorar bastante.

Me llamó la atención el comentario de Sergio acerca del acto arquitectónico y creo que tiene razón en el sentido que es bueno pensar la ciudad más allá del urbanismo físico de calles y edificios. Existe también un urbanismo humano creado por nuestros usos y costumbres que nos diferencian de otras ciudades. Todas las ciudades tienen esos espacios humanos pero cuando pensamos en ellos y los reconocemos podemos ver muchas cosas que pasan frente a nuestras narices y ni nos damos cuenta, y así es como a veces nos perdemos muchas cosas interesantes de vivir en un lugar.

En fin, ya estoy divagando, debe ser porque me tomé casi toda la botella de ron con fines estrictamente medicinales, el resfrío sigue igual pero yo estoy muy felíz y contento, maravillas del etanol, mejor trataré de dormir un rato.