El empresario neto

Hoy anduvo por Arica mi amigo Willy, con quien pasamos las de Quico y Caco durante mi Aventura en la Selva, aproveché su visita para terminar de escribir el relato que desde hace tiempo tenía botado. Recordamos nuestras peripecias, a nuestro común amigo Marcelo, las cosas que estamos haciendo ahora y lo que podríamos hacer a futuro.

Willy es el Homo Empresarius, inteligente, tenaz, fantasioso y buscador de aventuras, siempre buscando un negocio para hacerse rico sin poner nada, una enciclopedia legal del Perú, especialmente en cuanto a los resquicios y excepciones. Excelente amigo con un sentido del deber mayor que lo común. Es uno de los dos únicas amigos míos que -en mi opinión- tienen el potencial para llegar a millonarios. Buena suerte Willy y cuando estés podrido en plata acuérdate de los amigos pobres.

Se acercan las elecciones y los buitres comienzan a revolotear al electorado. Con su mejor sonrisa se aparecen parlamentarios que nada tienen que ver con la región, recitando de memoria una serie de clichés que se vienen repitiendo desde hace años y que -supuestamente- son la clave para conseguir votos en Arica. Que espectáculo más triste y falso, es tal la carencia de liderazgos en la zona que tenemos que importar payasos para nuestro circo político.

Los ariqueños vemos con asombro como se han descapitalizado algunos apellidos, parece que las dinastías políticas están de capa caída. Carlos Valcarce heredó un apellido famoso y miren ahora, lo mismo con los Palza, para que hablar de los Paredes, en fin, es una lástima que a falta de locales esté llegando gente de Santiago que al final son igual de malos o peores. Arica todavía conserva cosas de pueblo chico y una de esas es ser ciudad de familias, la gente se ubica por los apellidos: los Ferry, los Vadulli (los verdaderos, no los locos), Gardilcic, ´Focacci, en fin, acá los apellidos familiares importan y hay que tener cuidado con eso, nadie está libre del desprestigio.

En fin, ya es tarde y mañana de nuevo a levantarme temprano, diablos, solo me queda cantar esa conocida salsa que dice:

Pronto llegará
el día de mi suerte
se que antes de mi muerte
seguro que mi suerte cambiará

Mantengamos la esperanza, que de esperanzas también se vive, por mientras me voy a dormir, nos vemos mañana, si es que estoy en condiciones de escribir algo.