Ah pensaba escribir algo menos polémico ahora pero no hay caso, esos temas me persiguen. Resulta que en algunos comentarios de la entrada de ayer mencionaban al salitre como ejemplo de monopolio, entonces me puse a leer sobre la historia de esa época.
Disclaimer para mis muchos amigos peruanos: no quiero discutir mucho de historia porque no es mi fuerte, solo presento esto por la relación que tiene con mi familia. Chas gracias de antemano.
Y me encontré con la sorpresa de un paper escrito por Manuel Ravest Mora que investigó en Londres los archivos de la Casa Anthony Gibbs & Sons, quienes eran los más importantes dueños de salitreras antes de la Guerra del Pacífico. ¿Por que me interesó la historia? resulta que mi abuelo fue administrador en Gibbs en esos años y ese fue el origen de su fortuna, como pude leer en el antiguo libro Jeka que me mandó mi prima Paola Radeljack:
Su buen inglés, los buenos certificados de Nueva York y San Francisco, su conocimiento del comercio lo ayudaron. Cuando entró al servicio de la famosa empresa "Antun Gibs & hijos" lo que fundó la buena base para su futura suerte. Los agudos ingleses sabían bien estimar las calidades y méritos del diligente Bradanovic. Poco a poco le entregaban responsabilidades hasta que lo nombraron administrador de una de sus oficinas. "El estuvo al caballo! (en el sentido figurativo, es decir que logró el máximo - Dane). Ahorrando una suma considerable, agradece al servicio y se fue a la patria, visitar a sus queridos familiares.
Bueno, la historia que se relata en el paper es entretenidísima y trata de explicar una de las causas de la Guerra del Pacífico, la resumiré sin hacer cuestión de que sea verdadera o falsa, solo colocaré la versión que encontró Manuel Ravest en los archivos de la Casa Gibbs.
Relata que antes de la Guerra del Pacífico, las finanzas públicas del Perú estaban por el suelo, el gobierno había emprendido un gigantesco programa de construcción de ferrocarriles en todo el país que había resultado muy improductivo, durante 20 años se financió con los ingresos del guano pero a fines de 1870 ya el negocio del guano -que en Perú era monopolio estatal- estaba agonizando, principalmente por la competencia que le hacía el salitre como fertilizante.
Entonces al gobierno peruano se le ocurrió nacionalizar las empresas salitreras de Tarapacá y tomar en arriendo al gobierno boliviamo terrenos salitreros en Antofagasta para adquirir el monopolio mundial del salitre y de este modo reemplazar los ingresos del guano que ya iban en picada.
Las principales salitreras de Tarapacá estaban en manos de la casa Anthony Gibbs & Co. y no habían resultado tan productivas como esperaban por los altos impuestos que cobraba el gobierno peruano, por eso recibieron felices la idea de la nacionalización y vendieron todas sus oficinas al gobierno peruano a cambio de deuda pública pagadera a ciertos años con buena tasa de interés. Lo mejor del negocio es que Gibbs quedó encargado como único agente comercializador del salitre peruano en Europa: era mucho mejor negocio para ellos vender que producir.
El problema es que el precio del salitre en Europa no era bueno y Perú tenía altos costos de explotación, necesitaba mayor precio y eso solo lo podría lograr teniendo el monopolio mundial para limitar la producción y así subir el precio. Aunque tenía toda la producción de Tarapacá, enfrentaba fuerte competencia en Antofagasta, donde la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, de propiedad del chileno Agustín Edwards Ross en sociedad también con la Casa Gibbs como minoritarios, producían suficiente salitre como para mantener el precio bajo.
Así Gibbs tenía un pie con el Gobierno Peruano en Tarapacá y el otro -como socio minoritario- con la compañía de Edwards en Antofagasta. Lo que le convenía a la Casa era el monopolio mundial con el Gobierno Peruano, por ser los agentes de venta exclusivos y dedicó todos sus esfuerzos a convencer a la Salitrera de Edwards a que se comprometiera a limitar su producción a un tope de 5.000 toneladas mensuales, cosa que la Salitera de Antofagasta jamás aceptó.
En esos años se hizo una triangulación con el gobierno boliviano al que el norteamericano Meiggs arrendó grandes extensiones salitreras por 20 años para evitar que las explotaran y así mantener bajos niveles de producción y controlar el precio.
Las relaciones entre la Casa Gibbs y Edwards se deterioraron cuando este último se negó a limitar su producción en Antofagasta, lo que habría llevado a que el gobierno peruano induciera al presidente de Bolivia, Hilarión Daza, a colocar un impuesto adicional de 10 centavos por quintal, lo que los dejaría eventualmente fuera del negocio.
Como parte del tratado limítrofe entre Chile y Bolivia era que las empresas chilenas operando en Antofagasta estarían libres de toda tributación, este impuesto equivalía a la declaración de guerra, especialmente porque el gobierno chileno de Anibal Pinto venía de perder el dominio de toda la Patagonia y no habría soportado la ruptura del tratado con Bolivia sin que cayera el gobierno.
Probablemente los gobiernos de Perú y Bolivia calcularon mal, pensando que el gobierno chileno iba a aceptar el impuesto llegando a alguna transacción, pero no contaban con que la opinión pública en Chile estaba muy enardecida, no hace muchos años había terminado la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana que había causado el asesinato de Diego Portales y en el ánimo de los opinantes chilenos de esa época había mucha inquina contra los gobiernos peruano y boliviano.
Cuando terminó la guerra, los ingleses siempre prácticos, volvieron a reclamar sus derechos por los pagarés que les había dado el gobierno peruano al nacionalizar las salitreras de Tarapacá. El gobierno chileno del presidente Santa María no era en absoluto estatista y no le hacía maldita gracia hacerse cargo de las salitreras, comprendieron que el verdadero negocio no es ser dueños sino que cobrar impuestos, así es que les restituyeron las salitreras a los que tenían esos títulos con mucho gusto.
Resulta que durante la guerra el valor de los papeles peruanos se fue al suelo, pensando que el gobierno chileno los iba a desconocer para quedarse dueño de las salitreras, unos pocos bien informados como el aventurero inglés John Thomas North compraron títulos de las mejores salitreras hasta un 12% de su valor nominal, lo cual lo convirtió en "el Rey del Salitre" pues llegó a manejar el precio durante algunos años.
Cuando llegó al poder el presidente Balmaceda, que -al menos en la retórica- era rabiosamente estatista y prometió nacionalizar todas las salitreras, aunque jamás lo hizo, North y muchos otros -mi abuelo entre ellos- empezaron a vender sus títulos. Ese fue el comienzo del fin del auge salitrero, el invento del salitre sintético fue el último clavo del ataúd en una industria que hace tiempo ya no era negocio.
Luego vino la guerra civil y Balmaceda terminó suicidándose, fueron años muy buenos para hacer plata, esta vez con el comercio, así mi afortunado abuelo siguió ganando plata:
Regresando a Tarapacá abrió en la ciudad (!!!) de Pisagua la tienda de abarotes. Como en esta época se declaró la guerra civil entre los partidarios de Balmaceda y aquellos del Congreso Nacional, se produjo para el comercio de Bradanovic el tiempo de la siembra, cosecha y trilla. En su bolsillo caía el dinero como lluvia, así que el negocio fue lleno de yemas (brotes) y aumentó a tres picas (Dane: en la época se escribió biografía de esta manera. Todo eso significa que aprovechó la situación bélica y gano mucha plata). Durante todo ese trabajo encontraba peligros, también, pero la cabeza se quedó a su puesto (!).
La cosa es que leyendo el paper de Manuel Ravest ahora me puedo explicar como el viejo Bradanovic hizo su fortuna, también me explico como -habiendo sido administrador de la Casa Gibbs- llegó a tener acciones en la Compañía Salitrera de Antofagasta según leo en este comparendo, del que tengo original en mi poder.
Pensar que fue mi padre, ocioso y descuidado el albacea y administrador de toda la fortuna el que perdió hasta el último centavo, muriendo en la indigencia. Es genético, a alguien tenía que salir yo y no fue precisamente a mi abuelo. En la foto del matrimonio de Guillermo Bonilla con Delia Bradanovic, aparece mi abuelo Tomo de bigotes blancos y mi padre orejón y pelado en la fila de atrás.
fueron los ingleses peee que se robaban ellos mimos peee
ResponderBorrarno pohh
:D
Parece que el salitre nunca fue tan buen negocio como lo pintan hoy, tenía mucha competencia de otros fertilizantes nitrogenados incluso entes que en Alemania sintetizaran el amoniaco. Da la imprsión que las "fortunas del salitre" se hicieron más con la guerra, las especulaciones y la revolución contra Balmaceda que con la venta misma de salitre, que estaba sujeto a impuestos muy fuertes tanto en la época del Perú como después en Chile.
ResponderBorrarAl parecer fue el fisco el gran ganador en todo esto, leo que por 1900 esos impuestos llegaron a financiar 2/3 del presupuesto nacional.
Tomas, te sigo leyendo, pero esta vez te queria pedir un favor, necesito informacion sobre sobre la inflacion y el desempleo, las diferencias entre el modelo keynesiano y el neoliberal, que webs me recomiendas para encontrar papers sobre el tema, o que articulo o papers puntuales me recomendarias.
ResponderBorrarSinceramente agradeceria tu ayuda
Saludos, y por la entrada, no dejo de sorprenderme por lo rica de la historia de tu familia-apellido, la mia ha sido bastante mas plana historicamente, lo unico mas interesante es tu tatarabuelo muerto en la guerra del pacifico, en fin...
Interesante historia! Por supuesto seguimos esperando la saga-novela que empieza con el desembarco del primer Bradanovic en 1800 y tantos y termina con Ud. mismo... algún día tendrá que escribirla !
ResponderBorrarUlschmidt
A ver Exequiel, sobre el desempleo e inflación hay (o había) dos líneas de pensamiento, ambas basadas en la economía neoclásica (economía de equilibrio de Marshall). Keynes y la Escuela Austriaca (Von Mises, Hayeck)
ResponderBorrarLa diferencia es que los austriacos dicen más o menos que lo que funciona en microeconomía también debe funcionar en macroeconomía, o sea que los gobiernos se deben regir más o menos por las mismas leyes microeconómicas que las empresas o las personas.
Keynes en cambio decía que los gobiernos pueden saltarse algunas leyes microeconómicas como por ejemplo contraer deuda pública y déficit para estimular la demanda.
Al parecer al menos en las universidades hoy domina ampliamente la escuela austriaca porque las recetas keynesianas terminaron siempre con inflación y enormes déficit, sin embargo en la política las ideas de Keybes siguen siendo populares.
Algunos escritos interesantes son los siguientes, por ejemplo
Este Paneguirico a keynes
escrito por un profesor norteamericano, o esta Comparación entre keynes y los austriacos
O este Buen resumen de la escuela austriaca te pueden servir.
En realidad las historias de familia son siempre fascinantes no solo cuando les ha ido bien como el caso de mi abuelo sino especialmente cuando les ha ido mal y parece que no hubiesen hecho nada importante, esas son las mejores historias pero las más difíciles de contar.
Ah Ulschmidt la historia que me gustaría escribir es la de mi familia materna que es mucho más rica, interesante y conozco mucho mejor, tal vez por eso nunca me he animado a poner una línea sobre ellos, la historia del abuelo Tomo es pintoresca y por eso mucho más fácil de contar, tiene anécdotas históricas y todo eso, pero en realidad la otra es mucho más cercana a mi, y por lo mismo mucho más difícil, si no imposible, de contar.
ResponderBorrarjaja excelente historia, y excelente foto, me encantan esas fotos antiguas, de los tiempos en que sacarse una era realmente un acontecimiento (no como después que se masificó, y para qué decir una vez que llegó la fotografía digital).
ResponderBorrarCómo fue que perdió toda la plata tu papá y los dejó en la ruina? esa historia sí que debe ser para un libro...
Yo que tu revisaría mis genes, creo que tu padre es el de la esquina derecha en la segunda Fila, saludos , Rolando Rackw……………z
ResponderBorrarMontecristo, no tengo la menor idea, cuando lo conocí (a los 12 años, hasta entonces mis padres vivían separados) ya iba en picada. Pero siempre decía que había perdido la plata de la manera más estúpida: haciendo malos negocios "cuando pude ser borracho y jugador" se lamentaba.
ResponderBorrarRolando, afortunadamente no me parezco en nada, mi padre era extraordinariamente feo (oj-oj).
A todo esto el que señala Rolando como mi presunto progenitor, si no me equivoco es Henry Russell, un sinverguenza de tomo y lomo por lo que he leído, así es que por ese lado (lo sinverguenza) bien podría ser
ResponderBorrarBueno, discutiremos de historia cuando nos conozcamos personalmente, ya que respeto tu deseo de no armar polémica en este blog.
ResponderBorrarEso Armando, con sendos shop de cerveza negra podemos conversar de historia por un par de horas! Yo en realidad solo tengo interés aficionado en el asunto, no me apasiona tanto la gran historia como las anécdotas chicas y más o menos personales, en realidad no creo que existan verdades históricas sino más bien un montón de versiones encontradas según los puntos de partida políticos, nacionales, etc.
ResponderBorrarImagínate que acá en Chile de una época tan cercana como los años 70 hay historias absolutamente diferentes sobre las mismas cosas, que mejor ejemplo.
Eso es algo que entiendo perfectamente, y en realidad lo de la "historia la escriben los ganadores" es parcialmente cierto. La gran historia de la guerra del pacífico fue contada por el italiano Tomás Cavaino y es absolutamente favorable y parcializada con la causa peruana, que fue la que perdió. La historia de la segunda guerra mundial fue una historia "oficial" por años, en contra del nazismo y hasta ahora se considera al partido nazi como un mounstruo, pero ya se están revelando las verdades dada la cada vez más lejana fecha del fin de la guerra, que los americanos y británicos hicieron iguales o peores atrocidades en Europa, que Europa estaba prácticamente pacificada cuando intervinieron los americanos y empezó un baño de sangre, que fue el dinero judío el que financió la guerra y decidió a los gringos sobre qué lado elegir, contra la opinión de un buen sector de su pueblo, que era muy reacio a aliarse con los comunistas (a veces parecería que alemania podría haber sido su aliado natural contra la URSS, no crees?), mucha gente no recuerda que la revista Time declaró el hombre del año y puso en portada a Hitler en 1936. Algún día se sabrá la verdad del holocausto, negado por algunos (absurdo) pero según muchos, sobredimensionado por la propaganda judía (sacando números es imposible que hayan muerto 6 millones en Europa), etc, etc. El revisionismo histórico es apasionante, y la Guerra del POacífico me atrae a mi también por los pequeños detalles y las historias personales, aparte de los entretelones políticos que van mucho más allá de héroes inocentes y hasta cierto punto ingenuos, como Prat, Carreta o JJ San Martín, que pelearon por su "patria" cuando en realidad estaban defendiendo intereses económicos de un status quo que posteriormente se confirmó y enriqueció a unos cuantos, mientras los heroicos defensores de la patria recibían "el pago de Chile". Saludos Tom
ResponderBorrarSi Armando, a lo que voy es que es imposible separar la historia de juicios de balor que son muy personales así es que da más o menos lo mismo si algún evento histórico (el de los 6 millones de judios muertos por ejemplo) es verdadero o no. Tu me dirás ¡pero como va a ser lo mismo si existe una VERDAD histórica, que tiene que ser contada!, bueno, yo creo que es lo mismo y que la verdad o las mentiras históricas no son muy relevantes.
ResponderBorrarPor eso te ponía al ejemplo de lo que pasó en Chile durante Allende y seguramente tu tendrás experiencias similares en Perú. Yo tengo amigos que vivieron conmigo en esos años, pasaron exactamente las mismas experiencias y estuvieron en el mismo lugar, vieron lo mismo y tienen una versión de la historia completamente opuesta a la mía.
Es increíble, yo antes pensaba ¡pero como pueden ser tan estúpidos y estar tan equivocados! pero no eran ni estúpidos ni equivocados, simplemente vieron lo mismo con otros lentes, otros valores y otras preferencias. No solo sacaron conclusiones distintas sino que vieron hechos distintos.
Lo que yo veo como abuso ellos lo vieron como justicia y viceversa. Está repleto de documentos, la documentación de los años de Allende es enorme comparada a la de la Guerra del Pacífico, se supone que yo les debería poder demostrar sus equivocaciones, pero no hay caso, simplemente vimos dos historias completamente distintas.
Por eso yo evito discutir esas cosas porque creo que sobre asuntos históricos (o políticos o religiosos o cosas de ese estilo) los mismos hechos pueden ser vistos de manera totalmente diferente
"balor" ¡horror! ;D
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