La Política de don Ari

Estoy leyendo "La Política" de Aristóteles, encontré el pdf en una carpeta que tenía perdida hace años en un disco duro de respaldo, con un nombre muy ad-hoc: "por leer". Están también las obras completas de Kafka, "El Extranjero" de Camus, el "Discurso sobre el origen de la desigualdad" de Rosseau, los tomos 2 y 3 de El Capital y otros varios, o sea que tengo para entretenerme por un buen rato.

Seguramente Aristóteles debe mucho de su prestigio a la apropiación que hizo la iglesia católica de sus ideas a través de mi tocayo Tomás de Aquino y los escolasticos. Este es el primer libro suyo que leo y probablemente será el último. Aparte de lo pintoresco de algunas de sus ideas la verdad es que no me entusiasmó mucho. Comentaré algunos párrafos sueltos que me llamaron la atención.

En el libro usa mucho las palabras "evidente" y "natural", tal vez por eso lo encontré medio aburrido y sofista. Su método parece que es buscar verdades evidentes comparando con cosas de la naturaleza. Por ejemplo hace paralelos entre hombres y animales, suponiendo que todo lo que existe en la naturaleza tiene un propósito y es lo correcto, lo que serían las causas últimas. Pero vamos a lo entretenido: parte por afirmar muy suelto de cuerpo que el estado es naturalmente superior a los individuos y para esto usa algunos de los argumentos que ya he mencionado.

Todo Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece ser bueno. Es claro, por tanto, que todas las asociaciones tienden a un bien de cierta especie.

Pesumiendo que me convenció que el estado es bueno por ser asociación, don Ari pasa ahora a decirme que el estado es natural, o sea doblemente bueno:

De donde se concluye evidentemente que el Estado es un hecho natural, que el hombre es un ser naturalmente sociable, y que el que vive fuera de la sociedad por organización y no por efecto del azar es, ciertamente, o un ser degradado, o un ser superior a la especie humana.

Es curioso como pone en la misma escala a los hombres degradados y a los superiores, aunque si aceptamos su razonamiento no es tan raro, porque ser superior para un apostol del colectivismo es una forma de degradación, como agrega sin arrugarse:

No puede ponerse en duda que el Estado está naturalmente sobre la familia y sobre cada individuo, porque el todo es necesariamente superior a la parte, puesto que una vez destruido el todo, ya no hay partes, no hay pies, no hay manos.

Bueno, ese es solo el comienzo porque el argumento de lo que es natural y evidente sigue por todo el libro, y se sirve de el para demostrar que la esclavitud es legítima porque en la naturaleza de algunas personas está el mandar y en la naturaleza de otras está el obedecer.

La autoridad y la obediencia no son sólo cosas necesarias, sino que son eminentemente útiles. Algunos seres, desde el momento en que nacen, están destinados, unos a obedecer, otros a mandar; aunque en grados muy diversos en ambos casos.

Pero entre tanta tontera al fin encontré algo cuerdo: en la naturaleza de los hombres está mandar y en la de las mujeres obedecer

Los animales domesticados valen naturalmente más que los animales salvajes, siendo para ellos una gran ventaja, si se considera su propia seguridad, el estar sometidos al hombre. Por otra parte, la relación de los sexos es análoga; el uno es superior al otro; éste está hecho para mandar, aquél para obedecer.

¡Ah la sabiduría de los griegos!, el hombre está hecho para mandar y la mujer para obedecer, ¡eso es filosofía carajo! Lean a Aristóteles muchachos, que pensador más grande, en fin, mejor sigo leyendo, porque el libro es enorme y tengo para rato. Parece que ningún filósofo llegó a manejar el concepto de "síntesis".