De todo un poco

La interoceánica en Perú
Perú está en llamas con los negociados de la empresa brasileña Odelbretch en la construcción de la Interoceánica. La ex primera dama Nadine Heredia está formalizada por lavado de activos y sus amiguitos de la FAO le ofrecieron un trabajo como directora de la Oficina de Enlace en Ginebra. En una decisión muy torpe, la señora Heredia aceptó creyendo que eso le dará una especie de refugio inmune contra las acciones de la justicia, cosa que dudo mucho. Es probable que la furia popular lleve a la creación de tribunales especiales, tal como hicieron para encarcelar a Fujimori, y para los Humala-Heredia, que no tienen ni la sombra del apoyo popular de Fujimori, la cosa se les viene muy fea. Son los cabeza de turco ideales, todos estos grandes escándalos no se apagan hasta que ocurre un linchamiento popular.

Durante mi aventura en la Selva, el año 2008, la Carretera Iteroceánica estaba en proceso de dinamitar el estrecho camino que bajaba desde Juliaca, pasando la cordillera a más de 4.000 metros de altura, hasta llegar cerca del nivel del mar en Puerto Maldonado, que queda casi junto a la frontera con Brasil. Me tocó viajar por la ruta espeluznante y pasé un mal rato cuando nos quedamos varados en la noche por un derrumbe. La Carretera es una obra de ingeniería gigantesca y tiene dos brazos: uno que llega hasta Cusco (Interoceánica Norte) y el otro que llega a Juliaca (Interoceánica Sur). Muchas veces pregunté como se había financiado esa obra y siempre me dijeron lo mismo: era un proyecto brasileño pagado por el Brasil.

Al final no era así, si bien es cierto la iniciativa fue brasileña el financiamiento fue peruano -me parece que con un crédito de la Corporación Andina de Fomento que el Perú ya debe estar pagando. La construcción fue a ritmo muy acelerado por dos razones: el proyecto no se sometió al proceso regular del Sistema Nacional de Inversiones Públicas y tampoco se hizo el estudio de impacto ambiental. Visto en el tiempo ambas fueron barbaridades que el presidente Toledo hizo pasar descaradamente, que no haya pasado por el SNIP permitía toda clase de irregularidades partiendo por que billonaria inversión no fue sometida a evaluación. Hacer tamaña obra atravesando toda la Amazonía sin un estudio de impacto ambiental es otra muestra de irresponsabilidad tremenda de ese gobierno.

Si bien los brasileños no pagaron la obra, una empresa brasileña en particular: Odebrecht, asociada con la peruana Graña y Montero, más otras menores ganaron la parte más jugosa de los contratos. La obra cuyo costo se había proyectado en 800 millones de dólares, el año 2015 ya estaba costando cerca de los 2.000 millones de dólares. La Interoceanica es la pistola humeante en las acusaciones de corrupción en contra de Lula, Dilma Rouseff y el Partido de los Trabajadores, si no se van presos por esta o por lo menos si no se les impone una muerte civil perpetua, es que no hay justicia en este mundo. La podredumbre de los gobiernos del Partido de los Trabajadores se extendió por toda América Latina y atravesó muchos gobiernos y políticos de la llamada "ola rosada" socialdemócrata, Chile incluído, seguramente ya vamos a empezar a recibir noticias sobre eso. Es una trama de corrupción increíble, una verdadera asociación ilícita.

En fin, pasemos a otra cosa...

Jorge Gonzalez
No me explico la idolatría servil hacia alguien con tan poco talento -ningún talento a estas alturas- que tiene el cerebro frito hace rato y que en su imaginación se cree un genio de la música. Jorge Gonzales es un espejo del gusto chanta, muestra lo fácil con que aceptamos cualquier porquería, basta que llegue un tipo "asertivo" y asegure que es un genio para que montones de gente se lo compren.

Yo estaba en la universidad cuando salió "La voz de los 80" y Los Prisioneros se hicieron famosos. Eran especiales para las fiestas: letras ambiguas, melodías pegajosas y golpeadas con arreglos instrumentales novedosos copiados de los punkies ingleses. Debe haber sido el 82 o el 83 que hicieron una gira por todo el país y llegaron a Arica en un bus, con mujeres, productores y equipos. Eran muy simpáticos y les encantaba mezclarse con la gente, Gonzalez todavía no era el divo al cuete en que se convirtió después. Me los encontré en la playa La Lisera jugando paletas y bromeando como todo el mundo, eran una especie de Beatles criollos en su primera época.

Jorge Gonzalez me parece un flaite empoderado que refuerza su autoestima hablando de lo maravillosamente talentoso que es, según él mismo, claro. Y le compran, tenemos muchos así en Chile: futbolistas, figurillas de la tele y nunca faltan los peces pilotos que viven de ellos, los aplauden y les llevan las de arriba, tampoco faltan los tontos que se la compran, que peste. Los Prisioneros fueron, claro, un fenómeno social interesante, pero eso es mérito de su productor Fonseca, después de La Voz de los 80 empezaron a sacar discos cada vez más malos, al final daban pena. Al menos los otros dos integrantes han tenido la prudencia de mantenerse piolas.

Mucho espacio para un pobre tipo. Enfermo y todo sigue siendo el mismo pobre megalomano de siempre, mejor pasemos a otra cosa

Trump y la CNN
Donald Trump fue electo con todos los medios de prensa en contra, así es que no sorprende que desde que ganó la elección hace como tres meses no había dado ni una sola conferencia de prensa. Bueno, hoy dio una y ahora si que rompió todos los esquemas al negarse a contestar a un periodista de la CNN, cadena que echó a correr un rumor en su contra. Además acusó a varios de "publicar noticias falsas"

Creo que este fue un episodio muy importante que muestra como la prensa ha perdido poder: hace unos cinco años atrás, tal vez menos, ningún presidente se habría atrevido a desafiar de esa manera a un corresponsal acreditado en la Casa Blanca, ninguno, era imposible porque los corresponsales y en general los periodistas importantes eran tipos poderosos y temidos, por la enorme influencia que tenían sobre el público.

Bob Woodward y Carl Berstein, los periodistas del Caso Watergate, que obligaron la renuncia de Richard Nixon, marcaron probablemente la cumbre del prestigio y poder de la prensa. Los medios creadores de opinión por las buenas o por las malas, como el periodismo amarillo de William Randolph Hearst, llegaron a ser temidos y halagados en todo el mundo, ser periodista en algún momento llego a significar que se disponía de una cantidad de poder considerable.

Pero las cosas cambian aceleradamente, los medios han ido perdiendo influencia y solo les queda una capilla de partisanos, cada vez menos. Las cadenas todavía tratan de levantar hombres ancla y comentaristas estrella pero ya nada es como antes, hace rato que desapareció la imagen del periodista prestigioso, con opinión independiente, hoy son asalariados que hacen su papel de hablar en nombre de los intereses políticos o económicos que maneja el medio en que trabajan, no pueden hacer otra cosa.

La opinión ya no la hacen los periodistas, creo que Trump fue el primero en darse cuenta que no los necesita porque hoy son casi irrelevantes, al fin y al cabo ganó la presidencia del país más poderoso del mundo con todos los medios en contra ¿para que halagarlos si no sirven para nada? Mucho más le sirve su cuenta de Twitter. Creo que estamos viendo un cambio copernicano, es algo que puede modificar muchas cosas a las que estábamos acostumbrados y esta conferencia de prensa fue una interesante señal de los tiempos.