El censo mediático

Tropicalismo
En los últimos años se han descompuesto varias cosas, por ejemplo en Chile poco a poco nos hemos ido tropicalizando. Desde que tengo memoria "tropical" era un término despectivo en Chile, sinónimo de exageración ridícula, en Chile tenemos terror al ridículo y seguramente por eso nuestra aversión al "tropicalismo". La televisión mexicana, los políticos demagogos y cosas por el estilo eran una especie de insulto a nuestro culto nacional por la sobriedad y el desprecio hacia la exageración o a las actitudes burdas. Esto no es un desprecio hacia los países tropicales y su gente, que son maravillosos y muy superiores a nosotros en varias cosas, sino a la parte fea y ridícula del tropicalismo.

Buena parte de la popularidad que tuvo el presidente Lagos (en su momento) fue debida a esa pretendida sobriedad republicana. su actual impopularidad es -creo yo- debido a que lo que antes admirábamos hoy lo consideramos despreciable. Admiramos otras cosas.

Los asertivos creando realidad
Los chilenos hoy admiran al vivo, al "que la hace" como el ex ministro Peñailillo y sus amigos, tipos mediocres pero audaces, hoy se admira el apetito de poder mucho más que las capacidades, el parecer más que el ser. El Chino Ríos es el héroe popular en la juventud que hace décadas perdió sus dotes de tenista y en vez de vivir en un honorable retiro se dedica a hablar despectivamente de todo el mundo, es -dicen- "asertivo", aunque se trate de un pobre diablo con un ego ridículamente inflado, lo respetan porque tiene un McLaren y con su acertividad todavía consigue trabajos bien pagados. Parecer antes que ser.

Desde que nos tropicalizamos hay una generación de gente convencida que las palabras crean realidad, que basta decir las cosas con seguridad, aunque sean las brutalidades más grandes, para que sean verdaderas, es todo cuestión de convencer a los demás, ojalá emocionalmente más que con argumentos porque las razones emocionales generan una adhesión fanática que es imposible lograr con la razón.

El censo del 2012
El año 2012, durante el gobierno de Piñera se hizo el primer censo con una nueva metodología, cambiando el "censo de hecho" que se hacía en un solo día y se había ocupado hasta entonces a un "censo de derecho" que se haría a lo largo de un mes con encuestadores remunerados. Al aparecer los resultados fueron puestos en duda priero por gente de la oposición, liderados por el ex ministro de hacienda (de Bachelet) Andrés Velasco al que luego se sumaron gente del propio Instituto Nacional de Estadísticas, la mayor´´ia opositores heredados del gobierno anterior. Se llegó hasta a insinuar que se habían "manipulado" los datos, sin aclarar de que formas ni para qué propósito.

En suma, los opositores de Piñera aprovecharon de convertir un asunto técnico en un arma política. El gobierno para variar no fue capaz de defenderse con firmeza, algo característico de Piñera durante su mandato fue creerle más a los opositores que a sus propios técnicos. En lugar de eso Piñera dejó caer al Director del INE y encargó a una comisión de expertos internacionales: Griffith Feeney, Rajendra Singh y Roberto Bianchini, que

"...señaló que los datos del Censo 2012 se encontraban intactos y que la información era útil para todo tipo de políticas públicas, debiendo hacerse públicos los datos lo más pronto posible"

Pero la cosa no iba a quedar así. Poco después el periodista y operador político Fernando Paulsen, encontró a su propio experto quien declaró estar en desacuerdo por "la existencia de algunas fallas elementales en la parte demográfica de este último informe y un trabajo poco adecuado por tal comisión". Obviamente la prensa dio mucha más cobertura a este experto que a la comisión anterior. Yo escribí sobre este feo asunto el 2014, en este mismo Templo del Ocio.

Llegada al gobierno, Bachellet lo primero que hizo fue realizar en septiembre de 2014 una auditoría "donde se concluyó que «los datos generados para el año 2012 no cumplen con los estándares para que este operativo sea denominado como un censo", lo que fue la culminación del trabajo de manipulación política que venían haciendo desde hace años.

De esto resultó el actual "censo abreviado", un show mediático donde Bachelet y sus ministros aparecen en la tele entrevistando a señores en bata y un asunto que debiera ser estrictamente técnico hoy es comentado por la quintaescencia de los más brutos e ignorantes que tenemos: los animadores de programas matinales en la tele.

Ya los vimos en acción cuando invitaron a una economista a explicar el sistema de pensiones y Catalina Moras junto a otros que no recuerdo su nombre (me acordé de Moras por la especial estúpidez/ignorancia de sus comentarios).

En fin, nos convertimos en República Banana donde los censos y los sistemas de pensiones los discuten en un matinal unos pelagatos que no saben donde están parados, pero son asertivos como el Chino Ríos así es que la gente los admira. No es de extrañar que nuestro próximo presidente será un billonario hambriento de atención, que competirá con un locutor y una señora que está más loca que una cabra. Tenemos lo que nos merecemos. Hasta el próximo censo.

P.D. nos acaban de encuestar y me acordé del encuestador del "Club de la Comedia", cuando Freire todavía era divertido. Hasta los humoristas se descompusieron!