Los malditos valores 2: homosexuales

Con el "bus de la libertad" y la furiosa trifulca que provocó, el tema de los homosexuales se pone otra vez de moda, porque desde hace unos años ha surgido una alianza entre activistas homosexuales y políticos de izquierda. Un tema relacionado con algo tan agradable como el sexo, se ha contaminado con algo tan sucio como es la política. La homosexualidad hoy es otra bandera de los progresistas, tal como se sirvieron en su tiempo de la pobreza, los derechos humanos y la desigualdad.

Homosexualidad y progresismo
El progresismo necesita nuevas banderas, porque las antiguas están quemadas. Todo el mundo tiene claro que los progres son incapaces de arreglar la pobreza o a la desigualdad, por el contrario, las empeoran. Además, muchas "víctimas de los derechos humanos" resultaron ser más ladrones que gatos de campo y cada vez menos gente normal les tiene simpatía de la que alguna vez disfrutaron. Bueno, ahora están probando suerte con los homosexuales. El gobierno y los propios progresistas de derecha se han prestado para tratar de sacar algún provecho del asunto.

Este uso político, chanta y oportunista, aplica cada una de las mañas históricas de ese sector: ser fariseos, discriminadores, pretender superioridad moral y sobre todo acusar a todos los demás que son fariseos, discriminadores y pretenden una superioridad moral. O sea acusan a los demás de lo que son ellos mismos, tanto así que cuando uno de estos mariconcitos pierde la paciencia se pone a gritar que sus enemigos son "maricones reprimidos". Sería muy divertido, si no fuesen tan desagradables.

Bueno, estos tipos son los peores enemigos de los homosexuales comunes y corrientes, que solo buscan ejercer sus gustos sin molestar a nadie, es muy parecido al caso de las feministas militantes, que solo causan más daño y rechazo a las mujeres que dicen defender. Buena parte de las agresiones y el odio hacia homosexuales está siendo creado por estos activistas, como reacción a su comportamiento odioso y prepotente.

El gobierno
A mi no me preocupa para nada ver al gobierno haciendo propaganda burda y trata de imponer con leyes el homosexualismo militante. Creo que es el peor favor que les pueden hacer a sus "defendidos" que siempre serán minoría. Con los baños comunes y folletos de propaganda homosexual solo fomentarán que el odio, las capoteras y los abusos recrudezcan contra ellos. Tampoco me preocupa mayormente el efecto de la propaganda ridícula sobre los niños, cuando yo era chico mi mamá sabía que pasaba metido en los Juegos Diana -que en los sesentas era un antro de pedófilos y homosexuales- sin embargo yo aprendí a defenderme lo más bien de las "tentaciones", sin ayuda de nadie.

Tengo amigos y amigas que son homo y bisexuales, a algunos los quiero mucho y eso siempre me ha frenado un poco de tratar el tema con franqueza, pero que diablos, es el tema de hoy y trataré de comentarlo lo más abiertamente posible porque creo que es un asunto interesante.

¿Nace o se hace?
Una vez le pregunté a un amigo -peluquero y muy piola- si había nacido con el gusto por los hombres o se había convertido de un momento a otro, siempre tuve esa duda, y me dio una respuesta sorprendente "no hombre, si yo era muy macho, hasta que una vez en la ducha, mientras me enjabonaba, me entró la curiosidad, ahí fue que me convertí", bueno la historia real era más picante, grosera y divertida pero no la puedo reproducir tal cual, mejor la dejo a su imaginación.

No hay homosexuales platónicos
La homo y bisexualidad están fuertemente ligadas al acto sexual, nunca he conocido a uno que sea solo platónico y en mi opinión lo que los define es simple: prefieren hacerlo con personas de su propio sexo, es, a mi modo de ver, un asunto de deseo y excitación, lo demás son cuentos. Si miramos a los animales cercanos al hombre estas conductas sexuales no son desconocidas, pero tampoco son la norma, lo normal es la atracción por el sexo opuesto.

Lo que si, son muy liberales
Los homosexuales, a mi modo de ver, son personas con una actitud muy liberal, que no les importa romper las normas y tabúes sociales. Probablemente entre los hombres este tabú es más fuerte y causa mayor repulsión a la mayoría de la gente, entre las mujeres en cambio hay mucho menos reproche social. Hay algunos poquísimos casos de homosexuales biológicos, por ejemplo los que nacen con hermafroditismo, pero lo normal -hasta donde yo conozco- es que son gente como cualquier otra, solo que prefieren a los de su propio equipo para practicar el sexo.

Muchos llegan por curiosidad: de ser muy abiertos en cuestiones sexuales pasan a promíscuos y luego les entra la duda por saber que tal es, otros son inducidos por amigos o por miembros de la propia familia, otros son violados cuando chicos y después les queda gustando, en fin, son varios caminos que llevan adonde mismo.

La vejez
Una vez un amigo -que nunca supe si era o solo hablaba por lo que había visto- me conversó de lo difícil que resulta la vida para los que adquieren esos gustos. Durante la juventud todo anda de maravillas, pero me decía que envejecer siendo homosexual es algo horrible, porque su condición anormal (fuera de la norma) los empieza a dejar aislados. Como su relación con otro homos es principalmente física, a veces llegan a inventar romances solo por miedo a quedarse solos, por lo mismo buscan hacer un remedo de familia normal adoptando niños, aunque en el fondo piensen que es un asunto aberrante. La soledad, el aislamiento y la imposibilidad de establecer relaciones normales es lo que amarga la vida de la mayoría de los homosexuales que envejecen o dejan de ser sexualmente atractivos. Es un asunto que nunca se me había ocurrido.

Discreción
La discreción y la prudencia no son virtudes abundantes por estos días y yo creo que es muy valiosa para los que tienen preferencias o gustos anormales, que pueden causar rechazo y hasta agresión por parte de los demás. Nuestro espíritu gregario nos hace atacar y burlarnos de lo raro, bien sea el colorín, el gordito o el homosexual, pero especialmente de este último, que si se presenta con actitud prepotente lo más probable es que cause repulsión y rechazo.

Yo he tenido excelentes amigos que no supe sino pasados los años que eran homosexuales, pero después de tanto tiempo había llegado a quererlos como personas y me daba lo mismo. De las mujeres homosexuales ni hablo porque no tengo ningún problema, al contrario, me encantan porque yo también soy lesbiano, igualito que ellas. Los que no soporto ni tragaré jamás son los malditos activistas enyeguecidos al estilo de Rolandito Jimenez, que tiene todo lo necesario para repelerme: marica, viejo sucio y prepotente.