"Y que vivas doscientos años"

En al Valle de Azapa, que queda a la vista de mi casa, años atrás don Tomy Bezmalinovic me mostró el más antiguo de los olivos de su parcela y me dijo que tenía más de 400 años, lo habían traído los conquistadores españoles y seguía dando aceitunas igual como hace siglos. Medio en broma le dije que ojalá nosotros sigamos así de fértiles hasta muy viejos.

La verdad no le creí mucho cuando me lo dijo, pero después averigüe y era cierto, aqui tenemos a don Tomi mostrando en la tele a su "señor de Oxurica". Esos árboles chatos, feos y retorcidos han vivido durante más de cuatro siglos, fueron plantados por los españoles y están allí de cuando Arica era apenas un caserío.

Desde que ayudé a unos amigos a formular un proyecto, me llegan montones de mail de CORFO promocionando sus actividades, la mayoría los borro sin verlos porque conozco de que se trata y soy bastante critico del sistema, pero el último que decía "Convocatoria" lo leí por curiosidad y se trataba de uno de los concursos que abren todos los años para financiar emprendimientos, en este caso capital semilla. Unos 16.000 dólares de subsidio para armar un prototipo de negocio. Diablos, me pareció buena plata y en dos días ya había armado y enviado mi postulación.

Mis probabilidades de adjudicar son prácticamente cero, claro que podría haber escrito un cuento prometiendo que me iba a convertir en el nuevo Cornershop, pero no tengo cara para estafar, así es que postulé una productora de contenidos educativos online, un asunto que -en mi opinión- no tiene posibilidades reales de crecimiento acelerado. Y aquí es donde entra el olivo de 450 años.

Resulta que hay dos posibles estrategias para un negocio que recién empieza. Por ejemplo podemos plantar pino insigne -que crece muy rápido- y si se dan los golpes de suerte requeridos es posible que que nos hagamos billonarios con eso, a esa estrategia la podríamos llamar "dar el palo al gato". La otra manera es plantar olivos, que crecen lento y van a dar poca o ninguna ganancia durante mucho tiempo, pero serán una como gotera continua de pocos ingresos, en caso de necesidad  hasta nos podemos alimentar con las aceitunas. llamemos a esa estrategia "plantar un olivo", es un negocio que puede durar siglos. 

Disclaimer: en realidad no entiendo nada de árboles así es que mi ejemplo de los olivos es solo para ilustrar la idea, podría no ser el mejor ejemplo.

Entiendo que los dueños de Cornershop han ganado mucha plata en poco tiempo, tal como en su momento lo hicieron con buenas o malas artes (normalmente con malas) otros emprendedores como Patagon o Algramo por poner dos ejemplos. Después del desastre de Patagon, Wenceslao Casares dijo "Tiramos 260 millones de dólares a la basura", bueno, algo se le debe haber quedado en el bolsillo, porque pobre no se ve. 

Algramo por su parte, después de varios años de funcionamiento, lo único que ha podido mostrar es una enorme capacidad para conseguir subsidios y auto promocionarse, en términos comerciales y de innovación nunca tuvo el menor éxito. solo es conocido dentro del campo de los yaba-daba-emprendedores. 

Como he escrito antes, los "emprendimientos" nacieron por la fascinación de las tecnológicas de Silicon Valley, que pasaron del garage a empresas billonarias en poco tiempo. Pero los simplones, como Fernando Flores y otros por el estilo, nunca se dieron cuenta de dos cosas (1) que solo uno de cada mil tuvo ese éxito explosivo, la gran mayoría fueron fracasos y (2) los exitosos se basaban en tecnologías de punta de enorme potencial y con ideas geniales que solo a uno de cada cien millones se le ocurre. Por eso es tan absurda la idea de crear un "país de emprendedores" subsidiando a jovencitos cuenteros, lo que están creando en realidad es un "país de estafadores".

Es cierto que algunos exitosos emprendedores -pocos-  se han hecho ricos haciendo la pasada, vendiendo un emprendimiento -cuento- antes que se den cuenta que el maldito asunto no era negocio, pero la sabiduría popular tiene un dicho muy bueno "fácil llega y fácil se va", así es como estos estafadores itinerantes, aunque ganen mucha plata, normalmente la pierden y al poco tiempo tienen que crear un nuevo cuento y buscar otros zorzales.

Muchos ven en los negocios una forma de satisfacer su ego, hacerse ricos en poco tiempo es el sueño del pibe de la mayoría de los que emprenden un negocio nuevo, no lo hacen por la pasión que sienten por el negocio mismo sino por los resultados, sueñan con ganar mucha plata como sea, ese es el verdadero objetivo.

A mi que nunca me ha interesado mucho la plata, aunque son tan ególatra como el que más, rara vez he buscado que me admiren por lo que tengo y eso de trabajar por la plata no me entusiasma. Por eso me gusta tanto la idea de los negocios de subsistencia, que dan para tener techo y comida y que pueden ir creciendo con una velocidad geológica, pero también pueden durar doscientos o trescientos años.

Mi negocio ideal es uno que me de de comer y que crezca de manera orgánica, como un olivo, que cuando yo estire la pata le pueda quedar a mi hijo y luego a mis nietos, bisnietos, tataranietos y choznos, prefiero mil veces ser identificado por algo así antes que ser el cuentero que ganó millones de dólares vendiendo el cuento a algún zorzal. Yo he pensado mucho y observado estas dos estrategias, esas son las cosas que no enseña ninguna escuela de negocios, aunque deberían.

Incluso una de mis clases en el curso Empresas Individuales en Mercados de Subsistencia se llama así: El Modelo del Inmigrante y es una clase que -al menos a mi- me gustó mucho, aquí va: