Hoy escribiré en modo egocéntrico, contando algo de mi historia personal.
Recuerdo cuando entré a la Universidad del Norte, Sede Arica el año 1978, con el sistema antiguo cuando "la universidad era gratis".
Ese fue uno de los días más felices de mi vida. Claro que era gratis pero no para todos, la selección era brutal porque habían solo ocho universidades en el país y apenas uno de cada diez postulantes tenía la posibilidad de ingresar, comparen con hoy, donde casi 7 de cada 10 postulantes ingresan.
Para estar en ese 10% se calculaba un "puntaje ponderado" entre los resultados de la Prueba de Aptitud Académica y las notas de enseñanza media.
Para estar en ese 10% se calculaba un "puntaje ponderado" entre los resultados de la Prueba de Aptitud Académica y las notas de enseñanza media.
Algunas universidades subsidiaban puntos de acuerdo a sus intereses, las regionales por ejemplo bonificaban a estudiantes de la misma región. De todas maneras era muy difícil ingresar y llegaban solo los mejores o los más motivados.
La universidad era completamente gratis, es cierto, pero para muy pocos. Es verdad que los pobres (yo venía de la pobreza extrema) corríamos con gran desventaja, pero eso no ofendía a nadie porque se consideraba lógico que un rico tiene más ventajas que un pobre en casi todos los campos, eso era antes y es igual ahora.
Ningún justiciero social podrá cambiar -nunca- el hecho evidente que la riqueza da ventajas. Lo bueno era que para el "desvalido meritorio" como se llamaba entonces a los pobletes, en todas las instituciones tenían entrada por mérito académico.
En 1981 vino el gran cambio, la reforma que eliminó las sedes universitarias regionales y abrió la puerta ancha para la creación de nuevas universidades privadas.
En 1981 vino el gran cambio, la reforma que eliminó las sedes universitarias regionales y abrió la puerta ancha para la creación de nuevas universidades privadas.
Nosotros, que éramos de una élite, nos pusimos furiosos: resultaba que después de pasar por un brutal proceso de selección y un descreme académico donde se titulaba -con suerte- un 15% de los que ingresábamos, aparecía alguien con plata y podía estudiar lo mismo sin pasar por pruebas de selección, bastaba que pagara.
Con el tiempo casi todos cambiamos de opinión. Los tontos con plata "compraban" su ingreso, es cierto, pero eran pocos, porque la universidades privadas son caras, eso también dejó más cupo para los "desvalidos meritorios" en las tradicionales, que eran financiadas o subsidiadas por el estado y se produjo de manera natural un descreme: los de universidades tradicionales éramos considerados de entrada "más capaces" que los de universidades privadas. "No le dio el puntaje para más, pobre" decíamos con sorna.
En esos años el sistema era ideal, los que no teníamos plata estudiábamos gratis, pero nos teníamos que romper el espinazo estudiando con un terror permanente de que nos echaran, las mallas de estudios eran recargadas y la reprobación muy generosa, pero ¿saben qué? Estábamos orgullosos de ser estudiantes universitarios, éramos la crema de la crema y por ser pocos, al egresar tendríamos la vida asegurada.
Además había una enorme masa que estudiaba carreras técnicas o no estudiaban, sino iban directo a trabajar, aprendían en el trabajo y se saltaban muchos años perdidos calentando asientos en una sala de clases, estudiando como burros y copiando en las pruebas.
Con el tiempo casi todos cambiamos de opinión. Los tontos con plata "compraban" su ingreso, es cierto, pero eran pocos, porque la universidades privadas son caras, eso también dejó más cupo para los "desvalidos meritorios" en las tradicionales, que eran financiadas o subsidiadas por el estado y se produjo de manera natural un descreme: los de universidades tradicionales éramos considerados de entrada "más capaces" que los de universidades privadas. "No le dio el puntaje para más, pobre" decíamos con sorna.
En esos años el sistema era ideal, los que no teníamos plata estudiábamos gratis, pero nos teníamos que romper el espinazo estudiando con un terror permanente de que nos echaran, las mallas de estudios eran recargadas y la reprobación muy generosa, pero ¿saben qué? Estábamos orgullosos de ser estudiantes universitarios, éramos la crema de la crema y por ser pocos, al egresar tendríamos la vida asegurada.
Además había una enorme masa que estudiaba carreras técnicas o no estudiaban, sino iban directo a trabajar, aprendían en el trabajo y se saltaban muchos años perdidos calentando asientos en una sala de clases, estudiando como burros y copiando en las pruebas.
Como los profesionales eran muy pocos, había suficiente trabajo para técnicos y no profesionales, todos felices.
Todo cambió el 1990 cuando llegaron los resentidos sociales a "hacer justicia" en el sistema y de paso a robarse hasta el gato. Su primera medida fue cerrar la puerta a la creación de nuevas universidades privadas y apropiarse de las que quedaron. Muchos políticos hicieron su fortuna comprando barato y vendiendo caro las nuevas universidades monopólicas.
Luego apareció José Joaquin Brunner que, tal vez con las mejores intenciones e imbuido de las ideas de la socialdemocracia europea, se le ocurrió que la educación universitaria sería un escalón para ascender económicamente en la sociedad.
Todo cambió el 1990 cuando llegaron los resentidos sociales a "hacer justicia" en el sistema y de paso a robarse hasta el gato. Su primera medida fue cerrar la puerta a la creación de nuevas universidades privadas y apropiarse de las que quedaron. Muchos políticos hicieron su fortuna comprando barato y vendiendo caro las nuevas universidades monopólicas.
Luego apareció José Joaquin Brunner que, tal vez con las mejores intenciones e imbuido de las ideas de la socialdemocracia europea, se le ocurrió que la educación universitaria sería un escalón para ascender económicamente en la sociedad.
Allí empezó la ruina del sistema de educación universitaria en Chile, todo lo que vino después fue consecuencia de esa estúpida idea.
Después vino la masificación de la educación universitaria, una especie de carrera armamentista por la educación pagada por el estado, con engendros como el Crédito con Aval del Estado para los estudiantes de universidades privadas, eso terminó siendo una estafa para todo Chile: para los estudiantes en primer lugar y luego para todos los contribuyentes que terminamos financiando fracasos académicos y personales.
El segundo gobierno de Bachelet, dominado por el infantilismo revolucionario, se propuso ir más lejos todavía. La señora dijo que la educación era un derecho para todos y sería financiada por el estado a todos: la famosa gratuidad universal.
Después vino la masificación de la educación universitaria, una especie de carrera armamentista por la educación pagada por el estado, con engendros como el Crédito con Aval del Estado para los estudiantes de universidades privadas, eso terminó siendo una estafa para todo Chile: para los estudiantes en primer lugar y luego para todos los contribuyentes que terminamos financiando fracasos académicos y personales.
El segundo gobierno de Bachelet, dominado por el infantilismo revolucionario, se propuso ir más lejos todavía. La señora dijo que la educación era un derecho para todos y sería financiada por el estado a todos: la famosa gratuidad universal.
La completa negación de ser universitario, si ya no se necesita tener talento ni poner esfuerzo para ir a la universidad ¿que clase de orgullo tienen los nuevos profesionales? Ninguno. Se entiende de una falsa doctora en todo caso.
Ahora estamos repletos de abogados, periodistas, psicólogos, ingenieros sin trabajo, además de los millenials que ni estudian ni trabajan, una masa enorme de inútiles que pasaron gran parte de su vida en un sistema universitario masificado donde no les enseñó nada que les sirva para ganarse la vida.
Ahora estamos repletos de abogados, periodistas, psicólogos, ingenieros sin trabajo, además de los millenials que ni estudian ni trabajan, una masa enorme de inútiles que pasaron gran parte de su vida en un sistema universitario masificado donde no les enseñó nada que les sirva para ganarse la vida.
Un pequeño porcentaje de esos "la hacen" y son los periodistas que salen en la tele, los fiscales y jueces que protagonizan el circo diario de nuestra justicia. Puros chantas, muchos resentidos sociales y los que no la hicieron andan por ahí furiosos, al darse cuenta que les vendieron un cuento, una mentira.
Y arrinconados por algún lugar, estamos los sesentones, que entramos a estudiar a fines de los setentas, que alguna vez fuimos orgullosos e idealistas, pero ahora somos cínicos y miramos medio asustados.
Y arrinconados por algún lugar, estamos los sesentones, que entramos a estudiar a fines de los setentas, que alguna vez fuimos orgullosos e idealistas, pero ahora somos cínicos y miramos medio asustados.
Pero no todo es tan malo, la mayoría no se da ni cuenta de lo que ha pasado, muchos viven todavía con el puño en alto cantando "venceremos" y soñando con ir a una peña a tomar vino navegado, como en los viejos tiempos.
Esos son los más felices porque no se dan cuenta de nada, no entienden nada y viven con una explicación para todo a flor de labios.
También estamos unos pocos que nos hemos puesto cínicos y de tiempo en tiempo nos da la rabieta. Pero para eso está el alcohol y los amigos, el remedio infalible.
P.D. se me olvidaba mencionar que en mis tiempos la universidad no era completamente gratis, se pagaba una matrícula cada año que debe haber sido equivalente a unos doscientos mil peso de hoy (unos 330 dólares más o menos).
P.D. se me olvidaba mencionar que en mis tiempos la universidad no era completamente gratis, se pagaba una matrícula cada año que debe haber sido equivalente a unos doscientos mil peso de hoy (unos 330 dólares más o menos).
Resulta que un año no tuve con que pagar esa matrícula y no tenía beca, así es que mi amigo Pablito Céspedes, que había dejado la universidad y era un magnate, me avaló unas letras de cambio para ese año.
Todo el maldito se me olvidó hasta que muchos años después apareció que tenía una deuda de unos 27 mil dólares ¡impagable!.
Cuando llegó Piñera ofreció una renegociación y ahora, a los 63 añitos, sigo pagando con mi devolución de impuestos todos los años. Así es la vida del pobre.
Epílogo: durante décadas me retuvieron la devolución de impuestos años tras año, y cada año yo renegada contra tamaña injusticia. Después un amigo me abrió los ojos y con los años me he podido tomar la revancha, la justicia tarda pero llega.
Hay bastante parecido entre lo que pasó en Chile y en Perú, solo que con una década de diferencia. Acá también las universidades públicas eran y son "gratuitas". Cada año miles de jóvenes (y no tan jóvenes) van a dar el bendito "examen de admisión" del que solo una pequeña parte consigue entrar. Antes de los 90s la situación era aún peor. Es cierto que existían universidades privadas, pero estas eran bastante elitistas y encima el examen de admisión también era fuerte. En los 90s, con las reformas liberalizadoras, es que aparecen estas "universidades de garaje" o "chicha" como les decimos acá. Por un lado, esto permitió que miles de jóvenes pudieran acceder a la universidad, aunque la reputación de estas era bastante baja. La verdad es que a nadie le hacía daño, pienso que mas bien beneficiaba al ya abarrotado sistema universitario peruano. Además que se entendía que un egresado de esas universidades la tenía difícil el conseguir trabajo. Ese era su precio a pagar por el fácil ingreso. Pero a partir de Humala es que los burócratas empezaron a meter su mano en esto. Con el cuento de la "calidad educativa" crearon la famosa "Sunedu". Empezaron a perseguir y cerrar a este tipo de instituciones dejando a miles de jóvenes sin un lugar donde formarse. Lo peor es que al final, el eatado ha tenido que subsidiar el ingreso de estos a otras universidades. Lo peor es que las universidades públicas son otra mafia de la que nadie habla. Tiene presupuestos enormes que nunca son auditados. Abren más y más carreras o posgrados en cada tontería que se ponga de moda. Al final solo han ocasiando que los títulos pierdan valor.
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Historia similar. Fuí a una nacional, no paga, de 120 aspirantes entramos 70 y de esos setenta unos 20 se recibieron hasta donde seguí la historia. Después me tomaron en trabajos fuera de mi especialidad durante década y pico, porque ser ingeniero graduado en la del Litoral era buen antecedente. Y considero que me formó para encarar cualquier tema que haya encarado.
BorrarPero de mi hijos, la mayor le puso como para dos carreras para graduarse en la misma estatal de Arquitecta, trabajó en cualquier cosa, alguna vez relacionado con lo suyo y otras veces nada: el del medio se estancó a media carrera y pragmáticamente lo impulsamos a que se pase a la Católica, donde graduó y ahora va muy al frente del negocio familiar y al tercero directamente lo enfocamos para la privada (para las que puedo pagar al menos) Se está por recibir, cursó todo en cinco años, le va a ganar años de cursado a sus hermanos.
Las estatales de carreras mas o menos demandadas se han convertido en masas de gente que apenas ve a un profesor desde el fondo del aula, asesoramiento personalizado apenas si recibe y pasa exámenes como filtros, "cuellos de botella" para ir reduciendo el caudal.
En fin no hay ninguna mística con ser un graduado de las nacionales (estatales). Uls
Anticaviar, el sistema peruano de universidades privadas tiene algo bueno, pagan impuestos y están sujetas a los mismos controles tributarios que cualquier otro negocio, eso ayuda enormemente a la transparencia.
BorrarEn Chile en cambio, las universidades privadas deben ser corporaciones sin fines de lucro, lo que obliga a una maraña de encubrimientos para sacar las .legítimas- utilidades y a usar figuras que no son nada legítimas.
En el resto el sistema de Chile y Perú es muy parecido, incluida la SUNEDU, que en Chile se llama Consejo Nacional de Acreditación o algo así. Ambas son escandalosas fábricas de COIMAS, son inútiles y encarecen innecesariamente el costo a los alumnos con el cuento que "resguardan la fe pública".
Ulschmidt: la pérdida de la mística y el prestigio de haber ontenido un título universitario fue el peor efecto de las políticas progres, es algo que ha pasado en todo el mundo.
En las universidades de la Ivi League de USA (Harvard, MIT, Princeton, etc.) prácticamente nadie reprueba. la tasa de graduados es muy alta siempre y cuando puedan pagar la tuición, para que hablar de las universidades de California y la Costa Oeste, los graduados no saben donde están parados, es impresionante.
Las universidades privadas hoy tienen mucho más prestigio que las estatales, al revés de como era al principio.
Universidades estatales que tenían prestigio como San Marcos, U de Chile o UBA se han ido convirtiendo en semilleros de activismo político, viven en huelgas y los profesores a todos les dan la pasada.
En las universidades privadas en cambio hay de todo, desde las baratas coneducación de muy mala calidad, hasta otras caras, exigentes y selectivas, también para todos los bolsillos.
En Chile una de las peores políticas fue la de implementar los créditos para financiar los estudios con plata del estado. No se pagan nunca y resultan en estudiantes eternos y mediocres, que al final se titulan por cansancio a un costo enorme para la sociedad.
Debiese volver el sistema de becas y premios al rendimiento académico estricto: el que tiene buen rendimiento no paga ni un peso, el que no rinde se va para su casa.
Así era antes al menos y eso mantenía un sistema sano con profesionales, a lo menos, capaces y de cierto nivel intelectual mínimo.
yo estudié a principios de los noventa, u de chile, pese a ser u pública, el 70% de los alumnos venían de colegios privados, en esos tiempos era imposible entrar con la pésima educación del sistema público, todavía la fama histórica lograba atraer a muchos de los mejores, el primer año era una carnicería, del orden del 80% se iba para la casa el primer año, pese a que los profesores decían que no había limitación en las vacantes a segundo año, después contaban la verdad, a segundo año, en el mejor de los casos, sólo había cupo para 200, ahora veo que la cosa se invirtió, de acuerdo a https://ucampus.uchile.cl/m/fcfm_catalogo/mallas?carr_codigo=15, del orden del 80% aprueban los cursos del primer año, los que comienzan con 1, va a terminar como el liceo i nacional, regalando cupos y notas, la decadencia está a la vuelta de la esquina
Borrary desde segundo, especialmente en tercer año, eliminaron los cursos de terror, los niñes de ahora se pueden estresar si les hacen preguntas difíciles, qué aberración más grande
BorrarSiempre a las universidades llegaban mayoritariamente de clase media para arriba y los pobletes éramos una rareza. Eso es lógico porque en las familias pobres no se le da gran importancia al esfuerzo y al estudio, salvo escepciones, claro.
BorrarPero eso no tiene arreglo, trataron de arreglarlo bajando las barreras de ingreso y exigencia pero fue para peor porque hoy todos los profesionales salen de mala calidad, por parejo. Nivelaron para abajo sacando los patines a los que se esforzaban más o tenían más talento.
Hoy prácticamente todos salen mediocres o francamente malos, hasta los talentosos porque sin esfuerzo el seso no se desarrolla.
Prácticamente todos los que salen de la universidad no sirven para nada y los que les gusta su profesión se forman después, fuera de la universidad, en el mundo del trabajo.
El último año que hice clases fue el 2011 y hubo una huelga universitaria en todo Chile que duró un semestre completo, al final todos los alumos fueron aprobados, eso me pudrió completamente.
Muchos profesores estaban felices porque cobraban igual su chequecito, para que decir los alumnos, pero yo pensaba en los de pregrado del primer año de ingeniería, que es el más fundamental ¿qué clase de ingenieros habrá salido de esa generación?
Nunca más hice clases de nada. Años anes yo tenía la política que todos aprobaban mi curso, siempre y cuando mostraran un mínimo nivel de esfuerzo. A mi nunca me ha gustado eso de hacer pruebas con preguntas "de ingenio" y tonteras por el estilo, pero creo que es indispensable que el alumno lea y sea capaz de explicar lo que ha leído.
Los hacía dar disertaciones de 10 minutos exactos, con reloj y cosas por el estilo. Resultó que algunos señorites se empezaron a quejar con que era demasiado exigente. La vieja que era jefa de carrera me sugirió que soltara la mano y que les enseñara con algunos juegos para hacer las clases "más entretenidas".
¿Clases entretenidas? ¿Creen que estaban yendo al circo o a Fantasilandia? Por eso al final terminé podrido de hacer clases.
En Perú en cambio encontré mucho mejores alumnos. Mientras más cholo, más ambicioso y esforzado daba gusto hacer clases allá.
"escepciones" jaja
BorrarEl estado cada vez que mete su cuchara termina jodiendolo todo aún más. Con el cuento de "igualdad" o de "derechos" terminan generando más problemas. En Estados Unidos muchas universidades privadas como Stanford, Chicago, Duke, Cornell etc surgieron por iniciativa privada. Incluso, en menor medida, muchas universidades del Siglo de Oro español también surgieron por iniciativa de mecenas. Y creo que esto debe permanecer así. Si alguien tiene el capital para contratar a los profesionales más lucidos del medio y cobrar a jóvenes por aprender de estos, tiene todo el derecho de hacerlo. Por algo las primeras universisades eran conocidas por ser un gremio de estudiantes. Los gobernantes apenas y tenía voz en ellos. Esto es la verdadera "autonomía universitaria"; pero lo que tenemos en Latinoamérica y buena parte del mundo Occidental es a mafias que usan la "autonomía" como pretexto para robar a manos anchas. Encima cuando surgen iniciativas privadas alternativas, viene el estado a joderles. Pero claro, hay que luchar por la "educación pública", o mejor dicho, por seguir manteniéndo a estos parásitos
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Hay una tremenda crisis en la educación superior de todo el mundo desde el momento en que las universidades empezaron a masificarse en los años 90 más o menos, la masificación ha sido una tragedia que ha convertido a las universidades en industrias vendedoras de diplomas.
BorrarRecuerdo que conocí un amigo peruano que hizo pregrado en Oxford entre los 90 y 2000, me decía que para entrar allá habían dos caminos: o ser tan brillante que te encontraran potencial para ganar el Nobel o llevar un camión de plata.
Con plata ahora tienes la puerta ancha en cualquier universidad y los porcenajes de aprobación son altos, en todas partes se han bajado las barreras de exigencia.
Hace un par de años conversé con un amigo que hizo pre y postgrado en Stanford y me decía que las carreras están llenas de cursos complementarios y opcionalesde arte, sociología y cosas así, lo que ayudaba mucho con los créditos. Ahora los que eran deportistas y podían representar los equipos de la universidad estaban listos, esos tenían Fast Track.
O sea en todas partes se cuecen habas...
Yo me saco el sombrero frente a cualquiera que haya sacado un título en ciencias o ingeniería antes de los años setenta.
BorrarEsos si que eran machos, yo alcancé a conocer un poco de esos tiempos antes de la aparición de las calculadoras con regra de cálculo y Tabla Larsen, cuando todo se calculaba mentalmente o con lápiz y papel ¡era un infierno! Solo los superdotados se titulaban en esos años, cualquier ingeniero de esa época es un crack, está a años luz sobre los que estudiamos después
Yo tengo una visión anticuada de esas grandes carreras, en particular la de ingeniería.
ResponderBorrarSigo pensando en la "gran formación" que luego permite a un individuo hacer casi-de-todo. Más preciso: hacer un abanico de cosas especializadas a nivel base, tener capacidad para migrar a tareas semejantes facilmente, para aprender rápido una rama nueva de actividad y tener formación para lo gerencial, para llegar a la toma de decisiones, dirigir a otros, hacer estrategias.
Es un poco una formación tipo oficial naval a la antigua: puede ser un tipo muy especializado en cartas náuticas y cálculos astronómicos, pero también capaz de hacerse cargo del cuarto de calderas, o de acceder al mando de todo un barco y llegar a ser almirante de la flota.
Pienso en esos ingenieros decimonónicos que llegaban a un sitio remoto y tenían que organizar la construcción de la presa con la que moverían una rueda hidrálica que impulsaría el primer generador que daría luz a la primera fábrica de la zona, y tenían que ponerse en órbita con una docena de temas y ser prácticos en todos.
Hoy día se tiende a la super-especialización. "Tecnicatura en diseño de jardines de invierno virtuales diseñado por la Web con uso de IA" 2 años, cursado a distancia. Seguramente el equivocado soy yo. Uls
Para nada, ese es el meollo del asunto. Los profesionales hiper especializados pocas veces sirven para algo- En electrónica hay generalmente dos ramas: los comunicantes y los controlistas, las comunicaciones siguen siendo las mismas desde más o menos comienzos del Siglo XX, pero el control automático es otro cuento y muchas de las cosas supuestamente útiles que aprendió un compañero mío que se fue para controlista hoy no existen.
BorrarMe acuerdo de un libro ruso de control, creo que se llamaba "Máquinas controladoras de dirección" que leí en segundo año de la carrera. En esos años ya era itremendamente caduco, estaba escrito en el estilo soviético, cuando vi la película DAU Degeneration me acordé enseguida del libro
Pero me desvié del tema, tal como dices un ingeniero debería ser capaz de hacer cosas: proyectar, gestionar y controlar, pero esas cosas no pueden enseñarse en ninguna parte, Si no se aprenden en el trabajo no se aprenden nunca
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