El monstruo verde ataca de nuevo!

Ponerse las pilas es un concepto bien chileno, también lo he escuchado en Perú y Bolivia, pero no en Argentina. Significa sacudir la flojera, ponerse a trabajar o hacer algo, partir con alguna tarea que se ha postergado por largo tiempo. Lo contrario es echarse en los huevos, dejar para el otro día, sacar la vuelta o sacarle el poto a la jeringa. Estas expresiones están buenas para el Espanol para gringos, voy a chequearlo y agregarlas si es que no están.

La cosa mis amigos, es que hoy empecé a ponerme las pilas haciendo varios asuntos que tenía postergados durante meses y aún años. Partí temprano sacándole las ruedas al CRX, que está con el motor malo, para colocárselas al Green Monster, que espero tener andando antes del fin de semana.

Voy a necesitar un auto para ir a Tacna y creo que la pesadilla verde es ideal para esa misión, es sencillo, confiable, tan feo y viejo que nadie se va a interesar en forzarle la puerta o sacarle algo. Pensándolo bien sería también el auto ideal para Santiago, si no fuera por las restricciones. Claro que primero tengo que cambiarle las cañerías de freno y poner al día los papeles, pero esos son detalles, ya conversé con un mecánico y mañana empezamos a verlo.

El Colt llevaba casi un año botado, pero eso no fue todo. En la tarde por fin me decidí a ordenar el taller, la bodega y colocar todos mis libros y revistas en una pieza que tengo desocupada. El desorden era gigantesco porque venía acumulandose durante varios años, pero ya lo tengo más o menos dominado. Tal como Sherlock Holmes -en lo único que me parezco- tengo períodos alternativos de actividad y extrema flojera, ahora estoy entrando en un ciclo de actividad que me podría durar mucho tiempo, vamos a ver. Esto tiene mucho que ver con que encuentre algo que me entusiasme.

Que importante es el entusiasmo, hay gente que puede hacer las cosas sin ganas y con una especie de masoquismo vive maldiciendo su trabajo. Yo no puedo, necesito entusiasmarme y así el trabajo se convierte en una aventura. Siendo malo para las matemáticas me entusiasmé con estudiar electrónica y pude superar muchos de mis problemas de poca concentración y extrema flojera, llegué a ayudante de cálculo 2, ecuaciones diferenciales y de métodos numéricos a puro entusiasmo. Es tan fuerte el entusiasmo que nos puede ayudar a superar muchas limitaciones que traemos de fábrica.

El entusiasmo es como la quimera, buscamos algo que está lejos, inalcanzable, sabemos que es casi imposible de conseguir, tenemos todas las probabilidades en contra pero a favor está la perseverancia, caer y levantarse, caer de nuevo y levantarse, caer otra vez y volver a levantarse -como dijo Mao- y así hasta la victoria. Lo malo es que cuando conseguimos lo que buscábamos, después de la euforia inicial, nos damos cuenta que no era gran cosa. Nada es gran cosa al fin y al cabo pero el entusiasmo nos mantiene contentos y enfocados en algo, aunque sea un espejismo. la diversión está en el proceso.

Hay que mantenerse entusiasmados señores, desde pequeños entusiasmos como arreglar la bodega, el auto o salir a tomar unos tragos con los amigos hasta otros mayores y más ambiciosos, creo que es la única manera de mantenernos contentos en este mondo cane tan lleno de miserias y desprovisto de sentido, cada entusiasmo es un pequeño tesoro, hasta los más chiquititos.