Atardeceres y asesoría política

Ayer en la tarde saqué a pasear al Beppy a la playa y al ir bajando me encuentro con uno de esos atardeceres espectaculares que solo se dan en verano u otoño, cuando saqué la foto -a eso de las 8:30 PM- a lo largo de toda la costanera había gente parada mirando el espectáculo, la verdad es que daban ganas de aplaudir. Si de algo no me puedo quejar es de la buena vista. La foto no le pudo hacer honor a la realidad, pero la verdad es que ni con la cámara más sofisticada y el fotógrafo más experto hubiese podido traspasar ese momento.

Nada muy interesante que poner, aparte que me estoy aficionando a Charles Dickens: primero leí David Cooperfield, luego la Historia de dos Ciudades, los libros del Club de Pickwick y ahora estoy leyendo Grandes Expectativas, son unos libracos enormes pero muy entretenidos, me quedo leyendo de noche en la PDA hasta que me caigo de sueño.

Amo el verano, brilla el sol y corre una brisa muy agradable, ni calor ni frio está todo perfecto, un rato más y me voy a la playa. Pero antes me hago un tiempito para escribir el siguiente:

Manual del candidato perfecto

Ahora que viene las elecciones presidenciales me permito envíar mi granito de arena para asesorar a los abnegados servidores públicos dispuestos a ocupar tan sacrificado cargo, aquí voy:

FRANQUEZA: Partamos por lo más obvio; jamás digas lo que piensas. La política es el arte de agradar a los demás y a nadie le agrada la franqueza. La posibilidad de que alguien comparta tus pensamientos es una en mil y de que muchos los compartan es una en mil millones, así es que si quieres votos olvídate de la franqueza y aprende el arte de la simulación, de captar lo que a los tontos les agradaría escuchar y decirlo de manera convincente.

Claro que a la gente le gustan los políticos francos, "sin pelos en la lengua", que hablan golpeado y le dicen al pan, pan y al vino, vino. Pero esto no quiere decir -de ninguna manera- que los convenceras hablando francamente, tienes que parecer franco, dar la imagen de franqueza aún diciendo las mentiras más inverosímiles. En eso consiste la franqueza de un politico.

INGENIO: Las personas privilegian el ingenio por sobre la inteligencia u honradez, incluso no importa si se den cuenta que estás mintiendo, siempre que lo hagas con estilo y simpatía; el político marullero despierta admiración mientras que el honrado es considerado ingenuo, idealista o simplemente un tonto que no tiene "muñeca" para manejarse. "Este me gusta porque es un diablo, se las sabe todas" es el elogio típico para un político en un pais fundamentalmente deshonesto como el nuestro. El sinverguenza, el ladrón, el mentiroso si sabe manejarse, despierta entre la gente la misma clase de simpatía que el borrachito simpático o el marido mujeriego.

LUGAR COMUN: Jamás discutas en serio porque a la gente le aburren los argumentos o discusiones. En lugar de argumentos usa el sarcasmo, la frase filuda, el cliché lapidario. Pero ojo, no se te ocurra mostrar inteligencia porque la masa es de brutos, por eso al chileno medio le gustan los líderes medio tontos, es cuestion de ver el 60% plus con que fue elegido Frei Ruiz Tagle.

Usa de manera abundante los refranes y las frases hechas porque más que inteligencia la gente espera picardía de sus líderes. Nadie cotiza la inteligencia de un político y así es como los pocos políticos brillantes que tenemos (José Piñera, Buchi, Flores, Moulian) no tienen ninguna chance en una elección competitiva.

SARCASMO Y RESENTIMIENTO: a la gente le encanta el sarcasmo y la desplicencia, le gusta cuando un político mira en menos o disminuye a su oponente, porque es lo que a ellos mismos les gustaría hacer si tuvieran el poder. Nunca hay que olvidar que el resentimiento es el principal motor emocional de los votantes; la gente vota en contra de una persona, un partido o lo que sea, votan por resentimiento y si su candidato gana no se alegran de eso sino más bien de que su enemigo haya sido humillado. Esa es la clave de la popularidad de Insulza, por dar solo un ejemplo.

Así un candidato debe ser hipócrita, jamás decir lo que piensa y al mismo tiempo parecer muy franco. No debe dar la impresión de inteligencia sino más bien de "vivo","pillo" o"diablo". No importa si es sinverguenza o ladrón, ese no es defecto para un político en Chile. También debe ser sarcástico, despectivo y autoritario, repetir frases hechas y lugares comunes hasta el cansancio.

Listo, esos fueron mis consejos para los candidatos, si les gustan úsenlos. Después cuando salgan electos acuérdense de mí, con una pequeña pensión me doy por satisfecho, no me den nada, solo pónganme donde haiga.