"Todo hombre debe creer en algo"

Ya tengo 51 años y un día, estoy con mi vaso de caipirinha (me quedo amarga pffff) y mi puro "Duque" humeando al lado, la noche está fresca y muy agradable, deben haber unos 22 grados Celcius, mientras apuro el trago amargo que seguramente me va a dar un buen dolor de cabeza mañana. De puro flojo no he sacado la revisión técnica de la camioneta ni del Honda así es que hoy tengo vedada la salida a la Island ¿qué voy a hacer entonces? ya veremos, mi panorama para esta noche no es claro excepto que prepararé otra caipirinha a ver si me queda mejor, creo que es el limón el malo ¿y si la revuelvo con el cepillo de dientes eléctrico? veremos, veremos, la Pilar no quiso ni probarla.

Mi resolución de año nuevo fué la misma de todos los años anteriores: no preocuparme por nada de lo que pueda pasar ni preocuparme por nada de lo que pase. Pero como dice el chiste es más fácil decirlo que hacerlo, tenemos el vicio de preocuparnos desde la infancia y seguramente desde antes: lo traemos en los genes. Cuando a un animal se le muere una cría o pasa un gran susto se preocupa mucho en el momento pero al día siguiente ya se le ha olvidado, ojalá uno pudiera ser igual y preocuparse solo cuando pasan las cosas.

¿Se han fijado en la palabra pre-ocuparse? o sea ocuparse antes de que algo pase ¡cuantas horas pasadas en discusiones imaginarias contra nuestros enemigos, demostrándoles que son unos imbéciles! yo por lo menos he pasado muchísimas y me han desgastado más que cualquier pelea real que haya tenido. O haciendo planes de contingencia para cuando dejemos de recibir alguna plata, cuando se funda el motor del auto, cuando nos pongan los cachos o cuando nos encuentren finalmente el cáncer que siempre sospechamos tener. Y así vamos multiplicando sufrimientos y malos ratos por cosas que todavía no han pasado.

Por eso cada vez que me fumo un puro, mientras veo como se quema parte de mis flacos ingresos me he impuesto la prohibición de preocuparme, entonces sueño despierto. Sueño que dí el golpe, que al fín hice algo a la altura de mis grandes expectativas y que me puedo admirar de mi mismo por lo que hice. No importa que nadie más lo sepa, con que lo sepa yo me conformo. El gran golpe, a ver si algún dia lo pego.

Mientras tanto sigo dándole vueltas a nada, el puro ya se quemó y la caipirinha está en las últimas, tengo pendiente un trabajo interesante pero no sé por donde empezar. Todo hombre debe creer en algo; yo creo que me voy a tomar otro trago.