La pura puntita

Durante buena parte de mi vida yo viví en pensiones y recuerdo que una de las primeras cosas que aprendí fue a robar comida. Siempre era bueno contar con algún bocadito extra así es que al pasar por la cocina sacaba unas cuantas tajadas finísimas a la mortadela o el salami, que después me comía tranquilamente en mi pieza. La clave era que las tajadas fueran tan delgaditas que no se notara la merma, entre los compañeros de pensión llamábamos a eso "cortar con rayo laser" y nunca nos pillaban. Hasta que en un apuro me hice un profundo corte en la mano con lo que fuí a dar al hospital. Desde entonces las cecinas fueron guardadas con más cuidado y se terminaron nuestros sabrosos cortes tipo "rayo laser".

Me vino esto a la mente a propósito de que anduve buscando donde inflar las ruedas del auto y casi ningún servicentro tenía aire. Claro, es un gasto adicional tener un compresor funcionando y el aire es un servicio que tradicionalmente se da gratis, eliminándolo el dueño del servicentro se ahorra unos pesos y muy poca gente se da cuenta que ahora hay un servicio menos.

Pensando en lo mismo, me acordé que en el vuelo Lan Chile hacia Santiago en lugar del acostumbrado almuerzo me dieron un sadwich de jamón con aceitunas y un flan, también desapareció el whiskey de las bebidas que ofrecen, un cambio imperceptible del servicio pero que le ahorrará varios millones a la línea aérea. Es una tendencia, la mayoría de las aerolíneas extranjeras dejaron de dar esos servicios hace años porque se dieron cuenta que la gente igual seguía viajando aunque la calidad del servicio fuera menor, la clave era que la tajada fuese lo suficientemente delgada para que no se note demasiado.

Los políticos hacen algo parecido pero en sentido opuesto, el aparato del estado tiene un hambre insaciable de dinero así es que con distintos disfraces cada año colocan nuevos impuestos o suben los actuales, la clave es que las tajadas sean finítas para que no se noten: los impuestos específicos, las contribuciones de bienes raíces ("contribuciones" que nombre más irónico), los caminos concesionados, parquímetros, todos son nuevos impuestos sutílmente presentados para que no duelan y la gente solo se de cuenta cuando ya es demasiado tarde.

Es una técnica más antigua que el hilo negro y super conocida, pero hasta el día de hoy funciona a la perfección, incluso existe un chilenísimo dicho que la avala: ese que dice "la pura puntita nomás".