Un paseo a Tacna

Y tal como se dijo se hizo: nos fuimos para Tacna con Mila, Rudy y la Pilar, con un poco de susto porque era el primer viaje del Green Monster desde la semi-restauración. Salimos a la1:30 PM hacia el norte parando en el quiosco antes de la frontera para llenar los papeles, trámite que nos demoró más de media hora.

Después seguimos y -por suerte- la frontera chilena estaba casi vacía así es que tuvimos un trámite muy rápido. Al cruzar la frontera llegamos al caos habitual del Perú que nos demoró bastante, hasta que finalmente tuvimos vía libre hacia Tacna adonde llegamos cerca delas 4 PM, pensaba ir a almorzar donde el Patroncito, pero hacían muchos años que no iba, después de innumerables vueltas resultó que estaba perdido en la campiña de Pocollay: todo de nuevo, me di la vuelta a Tacna hacia el Rancho San Antonio.adonde pudimos sentarnos finalmente cerca de las 5 hora chilena (el Perú tiene dos horas menos pero nuestros estómagos no sabían nada de eso).

Estaba lleno, ordenamos una parrillada, dos piscos sour y una Inca Cola grande para mi y la Pilar:cuando maneje no beba, cuando beba no maneje, especialmente en carretera. La parrillada costó el equivalente a unos diez mil pesos chilenos y traía seis grandes porciones de carne: 2 costillar, 2 beef y 2 chuletas de cordero, 4 chorizos, 2 prietas y abundantes papas fritas y ensalada. Hambre no pasamos. Luego de una larga sobremesa y unas v ueltas por el bar donde los deleité con el piano (mentira, solo para la foto) nos fuimos a recorer el Mercadillo Bolognesi.

De allí nos fuimos a una feria libre en la calle donde compraron un cubrecama de alpaca en unos $4.000 (US$ 9) caminamos y caminamos sin encontrar nada muy útil aparte de unas hojas de coca que aproveché de probar. De allí nos fuimos a la feria Caplina y a los locales para turistas alrededor del Mercado Central (artesanías muy caras). Finalmente muy cansados volvimos al estacionamiento a buscar mi lindo auto, donde me encontré con la sorpresa que lo habían estacionado en la calle para entrar otros autos: la picardía criolla en acción. Luego de una airada sarta de reclamos ya era de noche así es que vuelta a Arica.

Al llegar a la frontera peruana nos esperaba una cola de unos 2 km, así es que estuvimos esperando casi una hora,en el lado chilenoel trámite fué mucho más expedito. En fin, de vuelta en casa el viaje resultó muy agotador y ni siquiera intenté ir al dentista, para otra vez será, total,hace rato que ya no me molesta. Mi sistema inmunitario todavía funciona. Algunas moralejas del viaje fueron:

1.- El viaje en tren es mucho mejor: rápido, barato y relajado, el poblema es que no hay como conseguir pasaje en fin de semana si no se compra con anticipación. Además viajando en tren puedo tomar todo lo que se me antoje.

2.- El cambio está muy favorable: 166 pesos por cada sol, sin embargo varias cosas están más caras que en Arica.

3.- La parrillada es mejor para estómagos latinos, la carne viene casi carbonizada.

4.- Perú podría postular al premio Guinnes del Caos (igual me encanta ese pañis)

5.- La próxima vez si que voy al dentista

6.- a la Pilar la picó un mosquito (jerjel)

En fin, esas fueron mis aventuras y desventuras de hoy, ahora me voy a dormir porque estoy muerto de cansado. Chau.