Guatón copión

Chile país de copiones, si hay algo de lo que nadie nos puede acusar es de exceso de originalidad- Los que tienen cartel de inteligentes se lo pasan reclamando porque no se hacen en Chile las mismas cosas que han resultado bien en otros países, Nuestra naturaleza copiona se ve en todo: cuando un negocio empieza a vender bien se ponen cinco de lo mismo al lado, después todo se va al diablo.

Esta naturaleza copiona también se usa para ridiculizar y sepultar las ideas originales: cuando se decidió la libertad de precios o las AFP toda la gente sensata se reía de la idea ¡pero si eso no existe en ningún lugar del mundo! era el argumento lapidario. Lo que otros no hayan hecho antes no puede ser bueno. Bueno, todo esto me viene a la cabeza a partir d un comentario de Ari sobre los programas FOSIS de apoyo al emprendimiento.

Es -para variar- una copia del Banco de los Pobres de Mohammad Younis, a él le resultó ¿por qué a nosotros no?. ¡Copiar, copiar que el mundo se va a acabar!. Capáz que con esto el FOSIS se gane un premio Nobel. Pero hay un error fundamental en todo esto: lo que tal vez funcione en la economía pre-capitalista de la India rural difícilmente va a funcionar en una economía normal y competitiva como la chilena.

El error está en el dagnóstico: la creencia que los pobres no pueden surgir porque les falta capital, es una extensión de la idea marxista de que el acceso a los medios de producción es la clave de la riqueza. Eso no fue cierto ni en el siglo XIX, mucho menos en el XXI. Lo pondré más claro con un ejemplo personal y práctico.

Aprovechando que ando pato (traducción para los no chilenos: sin un centavo) yo podría juntar algún capital vendiendo varios activos no indispensables -por ejemplo uno de los autos, la casa rodante, equipos, etc.- y/o conseguir un préstamo dejando activos en garantía. La cosa es que podría juntar entre pitos y flautas unos 12 o 15 millones de pesos (US$ 30.000 aprox) lo que sería un buen capital para partir con una oficina o algún pequeño negocio acá en Arica.

En mi -sufrida y aventurera- vida he tenido que aprender varias cosas que bien podría vender y con ese capital podría mantener una oficina o pequeño negocio durante un año sin mucho sobresalto. ¿Y por qué no lo hago entonces?. Por dos razones, una es la experiencia ajena: he visto montones de gente comenzar un negocio de esa manera y todos han fracasado, tarde o temprano se terminan comiendo el capital sin haber completado la curva del aprendizaje.

La otra razón es la experiencia propia, que me ha hecho entender por que ocurre eso. Resulta que yo tuve negocio y de todos los malos ratos que pasé saqué una sola idea clara: que para que cada mes queden 100.000 en el bolsillo hay que vender 5.000.000.- y si un mes se vende menos que eso el colchón que llamamos "capital" comienza a adelgazar y nos pasa la cuenta -queramos o no- al mes siguiente. Cuando estos negocios fracasan se trata simplemente del efecto acumulado de esos pequeños desbalances.

Sin embargo existe una receta mágica para cualquiera que piense iniciar un nuevo negocio: comprender que lo primero no es el capital sino que asegurar un volumen de ventas. Primero encontrar el nicho de mercado y todo lo demás vendrá solo. Si en realidad al FOSIS le interesara ayudar a los pobres (lo dudo mucho) en lugar de darles plata debería conseguir compradores para sus productos, teniendo compradores el capital no es problema.

Los chilenos no solo copiamos sino que copiamos mal, copiamos sin entender. El capital de riesgo, que tanto éxito ha tenido en las empresas tecnológicas de USA se trató de implementar acá con el llamado "capital semilla" que consiste en regalar una importante cantidad de plata al que presente una buena idea de acuerdo a ciertas pautas. Todos los proyectos que conozco de ese programa han sido un fiasco, justamente porque están muy bien fundamentados hacia adentro, pero se basan en proyecciones de venta completamente irrealistas.

Sin contar que toda inversión empresarial constituye una apuesta, de cada 100 negocios nuevos que parten cada año pueden resultar 10 o 20, si son armados con capital regalado por el estado la posibilidad de fracaso crece exponencialmente, porque la gente no suele ser cuidadosa con la plata que no le ha costado obtener.

Cualquier empresa nueva tiene que asegurar su mercado antes de empezar, buscar mercado muchas veces es gratis. Supongamos que yo creo tener algunos conocimientos o habilidades que podría vender, el primer paso es difundir esa idea para que llegue al conocimiento de los posibles compradores, por ahí partimos y solo cuando tenga la convicción de que lo mío es vendible, recién entonces me pongo a buscar el capital.

En fin, para qué darle tantas vueltas a un asunto que se puede resumir en pocas palabras: ¡déjense de regalar plata por las canillas del mono! Si quieren realmente ayudar a los pequeños empresarios partan por llamarlos por su nombre em-pre-sa-rios y en lugar de regalarles plata dénles compradores. Eso si que sería ayudar, lo demás es puro cuento.