Los notarios

Y me llegó mail del Alejandro Drago con las fotos que sacó por acá, incluyendo la tumba fría de mi compadre Pepe y otras que nos sacamos en el Morro, con su señora y el Jorge Pino Junior ¡pensar que a ese lo conocí cuando era una guagua! me da la impresión que cada vez que viene a Arica debe escuchar lo mismo cientos de veces, parece que todos lo conocimos de chico, en fin, algunas fotos aquí. Vuelve luego nomás Alejandro que me quedé con un poco de sed, sin contar con el compromiso de honor que quedó pendiente.

Estuve viendo en la tele Tolerancia Cero y me acordé de una conversación que tuve hace tiempo con un amigo notario (no de Arica) sobre lo absurdo, costoso, inútil y turbio que es todo ese sistema de notarías y conservadores. Me decía que es imposible que el sistema desaparezca por la enorme cantidad de plata que se maneja y la intrincada red de favores, entre los notarios, conservadores y ministros que los nombran.

En palabras crudas, el sistema existe solamente por un chantaje tácito que ejercen los ministros de apelaciones y supremos sobre todo el resto del país, esa es la verdad, porque nadie ha trabajado en serio para modificar y menos eliminar algo que en el fondo constituye un impuesto específico más, con el agravante de tener montos prácticamente arbitrarios.

Piñera habló una vez de modificarlo, pero después alguien le recomendó que mejor pasara a otro tema y nunca más dijo esta boca es mía. Porque nadie se quiere enamistar con la Corte Suprema, quienes se enojarían mucho con cualquiera que ose tocarles ese privilegio, fuente de ingresos para sus hijos, sobrinos, nietos y amigos íntimos.

Resulta que por ley ningún pariente de ministro (creo que es hasta tercer grado de consanguinidad) puede trabajar en el Poder Judicial, pero esa ley no corre con los notarios y conservadores.

El conservador de Santiago no tiene sueldo, pero sus ingresos promedio son alrededor de $ 260.000.000 mensuales, esto es medio millón de dólares todos los meses. No es nada raro entonces que este envidiable puesto de trabajo sea ejercido por el hijo de un ex-presidente de la suprema "era que no" como diría Barros Luco.

Yo no creo que esta situación se sostenga por muchos años más, los tiempos están cambiando y estos abusos que se aceptaban mansamente cuando la gente estaba menos informada van acumulando una ola de veneno y resentimiento que no tardará en convertirse en bandera política muy atractiva, llegará un vivaracho que coseche esos votos y chao notarios, chao conservadores.

Eliminar las notarías y sustituírlas por un servicio más moderno de archivos y ministros públicos de fe, sería una reforma que activaría enormemente la economía nacional. La constitución de una sociedad comercial que hoy puede demorar hasta un mes y costar alrededor de US$ 200.- podría ser casi instantánea y a costo insignificante, porque el verdadero registro y control ya lo lleva, en paralelo el Servicio de Impuestos Internos. Solo para poner un ejemplo.

Un nuevo servicio nacional de archivo y conservador de bienes que use extensivamente el microfilm, la computación y otras técnicas modernas sería mucho más barato y seguro que los actuales conservadores, incluso podría ser perfectamente servido por una ampliación del servicio de registro civil.

En fin, no tengo nada personal en contra de los notarios y los que he conocido son muy simpáticos y correctos, pero es un sistema que no puede continuar. No es solo un asunto de privilegio inmerecido, irregularidades en el cobro, nepotismo, etc. sino que cu reemplazo es indispensable para la modernización del estado y el mejor funcionamiento de la economía.

No podemos soñar con ser desarrollados mientras exista esta enorme sanguijuela sacando millones de la economía y demorando todo con trámites perfectamente inútiles. Me gustaría ver quien va a ser el primero en ponerle el cascabel a ese gato, como diría José Piñera. Muchas cosas que se creían impensables han pasado en Chile -desde que tengo memoria- y creo que este es uno de los impensables que se nos vendrá en un futuro no muy lejano. Es cosa que un político se avive y tenga las agallas, nada más.