Una protesta a la ariqueña

Anoche escribía que Arica es una ciudad muy aburrida. Pero es mentira, acá no hay como aburrirse, basta darle una mirada al diario y todos los días aparece alguna historia sorprendente. La última es el affaire vicuña-guanaco de los sellos postales que se emitieron con motivo de la creación de nuetra nueva región.

Resulta que al principio todos estaban contentos porque Arica iba a aparecer por lo menos en unas estampillas, con lo que tendría sus cinco minutos de fama en medio de tantos años de anonimato. Hasta que empezaron a reclamar porque lo que aparecía como vicuñas en un sello era -según algunos expertos- un par de guanacos.

Y se armó la rosca dijo la mosca, según leo en La Estrella: El músico y fabricante de instrumentos andinos Sergio Blanco, cuya familia es de Parinacota y tenía más de mil cabezas de ganado, no dudó un momento al ver la imagen: "es un guanaco, por la cara negra, el cuello grueso". Sin embargo Dagoberto Limarí, dirigente de la Asociación Gremial de Propietarios Aimaras e integrante del consejo Parinacota Emprende titubeó y después de mucho examinar el sello, opinó que se trata de vicuñas, "por el color, el cuello delgado y la cara delgada, el guanaco se parece más a una llama", dijo.

Lo que podríamos llamar la sainete del guanaco-vicuña no es invento mío, apareció hoy en el diario, yo solo lo transcribo. Pero bueno, que Arica es divertida no me cabe duda, solo hay que saber mirar. Anoche estaba sentado a la entrada del Rapa-Nui cuando vemos un grupito de unas cinco personas, con pinta de universitarios, que rodearon el monumento "encuentro de dos culturas" con carteles y velas, luego llegaron otros y pude contar a 11 muchachos en el momento peak de la manifestación.

Bueno, una manifestación pequeña protestando por la celebración del Día de la Raza, pero lo más divertido es que habían tres cuarteles móviles de carabineros vigilando que no hubiesen problemas, conté exactamente a 12 aburridísimos funcionarios de carabineros, habían más que manifestantes. Marcelo me contaba que el año pasado se juntaron seis manifestantes y cuando ya era tarde los invitó a tomarse un trago de cortesía al Rapa ¡que ciudad más increíble, si hasta las manifestaciones son aburridas!. Yo me imaginaba a algún carabinero de las fuerzas especiales, destinado en Arica, pateando la perra porque no le podía pegar lumazos. Nada más característico de la ciudad que esas manifestaciones donde nadie se enoja con nadie.

En fin, anoche me amanecí conversando con mis amigos y como hoy es la noche brasileña tal vez me toque acostarme tarde de nuevo, mejor me voy a dormir un ratito, hasta mañana.