Los peruanos son criollos

De nuestro servicio de utilidad pública: mi compadre se viene a vivir a Arica, cuna de la civilización occidental, y me encarga que le busque una casa amplia, a lo menos 4 dormitorios, en buen barrio (Magisterio, Saucache de preferencia), ojalá con piscina porque al Pedrito le gusta el agua.

En general, un lugar bonito donde me pueda invitar a un copete de vez en cuando. El problema es que la necesita urgente dentro de las próximas dos semanas. Yo sé que tengo pocos lectores de Arica pero en una de esas si alguno tiene un dato por favor que me mailee o coloque un comentario para hacer el contacto.

Que chanta el festival de Viña, yo me acuerdo de los primeros animados por Ricardo García, se transmitía por Radio Minería y la máxima atracción era el dúo Los Perlas o Luis Dimas, creo que esos festivales antiguos eran mucho más dignos. Unos amigos gringos comentaban que el festival era como la máquina del tiempo, oon tipos con pantalones acampanados y reliquias como Earth Wind and Fire. Para mi es el festival del desecho, ni siquiera del reciclaje es puro desecho. Algo así como la gran fonda dieciochera de los cuicos.

En Chile no existe eso tan lindo que tienen los peruanos que es el criollismo. Desde el más pobre hasta el más aristócrata -y en Perú si que hay aristócratas que tienen fortuna desde la época de la colonia- todos aman lo criollo, la música criolla, tomar jugos en el mercado, comer en carritos de la calle, ir a las polladas, almorzar ceviche con pisco sour.

La sociedad peruana es terriblemente clasista, mucho más que Chile, todos se miran en menos y se tratan con desprecio unos a otros, eso se llama cholear: el aristócrata cholea al nuevo rico, el nuevo rico a los profesionales, los profesionales a sus empleados, los empleados a los obreros y los obreros a los cholos. Los cholos cholean a todos los demás y así se cierra el círculo. Sin embargo después de un poco de alcohol son todos criollos y no hay peruano que no le salta el corazón cuando un grupo de cholos, con el infaltable zambo en el cajón empieza a tocar El Plebeyo.

La noche cubre ya con su negro crespón
de la ciudad las calles que cruza la gente
con pausada acción.
La luz artificial con debil proyección
propicia la penumbra que
esconde en su sombra
tristeza y dolor.

Despues de laborar vuelve a su humilde hogar
Luis Enrique "El Plebeyo", el hijo del pueblo
el hombre que supo amar;
y que sufriendo esta esa armagura cruel
de amar a una aristocrata siendo plebeyo el.
Tremulo de emoción dice así en su cancion:

El amor siendo humano tiene algo de divino,
amar no es un delito porque hasta Dios amo.
Y si el cariño es puro y el deseo es sincero
Por que robarme quieren la fe del corazón?

Mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo
el alma en que se anida mi incomparable amor.
Ella de noble cuna y yo, humilde plebeyo,
no es distinta la sangre ni es otro el corazón.
Señor, porque los seres no son de igual valor.

¡Como no les va a gustar lo criollo, si es maravilloso! para mi es una de las cosas que más me gusta del Perú, lo criollo es el gran igualador, lo que tienen en común el ministro y el lustrabotas. En Chile existe algo lejanamente similar, acá no tenemos criollismo pero somos todos medio flaites. Un amigo norteamericano me comentaba que en USA hablar con muchas groserías era solo cosa de las clases más bajas y con menos educación.

Acá en Chile no es así y yo apostaría que hasta en el dignísimo paladcio de la moneda, cuando algunos cultísimos honorables y excelencias entran en confianza se tratan a garabato limpio, para que decir en el parlamento o la Corte Suprema, me ha tocado en suerte escuchar a algunas excelencias conversando en confianza. También para nosotros el detonante es el alcohol, unas copitas demás y hasta en el Prince of Wales Country Club empiezan a pedir cumbias.
No seremos criollos pero somos ordinarios, algo es algo.

En fin, tengo importantes asuntos que atender, como cortarme las uñas por ejemplo, así es que mejor lo dejo hasta aquí nomás. Hasta mañana mis amigos.