La negrita con la cosita

Hoy en la tarde pasé a visitar a Mila porque hacía tiempo que no nos juntábamos. No es bueno eso de dejar de ver a los amigos, muchas veces uno se pierde de pasar un buen rato por la estúpida idea de andar ocupado, uno nunca debe andar demasiado ocupado como para dejar de juntarse con los amigos. La cosa es que el hijo de Mila es chef de grandes hoteles y le mandó una receta de crema de tomate que demora ¡8 horas! en prepararse, la verdad es que me dió un poco de pena probarla pero valió la pena, es exquisita. Todos los sabores exactos, ni una milésima de material sólido, una crema tan suave y liviana que cuesta creer que contiene crema. El sabor llena la boca igual como un buen vino pero no deja ningún residuo desagradable, en fin, una maravilla. La sopa de las 8 horas.

Siempre aparece algo divertido conversando con la Mila, me decía que le va a mandar un paquete de galletas negrita a su hijo que no puede creer que en Chile pueda existir un producto llamado little black girl y que además se venda algo tan discriminatorio como eso. Me decía Mila que las primeras veces que conversábamos y yo usaba con soltura y abundancia la palabra "negro" tuvo un tremendo shock cultural, al principio pensó que yo era un tipo terriblemente racista, se demoró casi un año para entender como era posible que uno trate de negrito o negrita a sus amigos sin recibir un cornete de vuelta.

Que cosas, estuve buscando en Google una imagen de las galletas Negrita y me encontré que es una marca bastante popular en América latina: existe un Ron Negrita, Mazamorra Negrita, Chicha Morada Negrita y Café Negrita entre otros. En Estados Unidos todos esos productos serían boicoteados según me dice. Incluso me cuenta que muchas marcas en USA que usaban como logotipo a una cocinera negra y gorda (como la empleada de Tom y Jerry) tuvieron que cambiar la imagen por otra glamorosa tipo Condoleza Rice por presiones de los grupos de derechos civiles.

Es curiosa la facilidad con que se ofenden los grupos minoritarios en USA y la furia con que exigen respect, acá en cambio a nadie le interesa mucho el asunto del respect, si a mi me dicen pelado C. me lo tomo con humor nomás, lo mismo si a alguien le dicen indio C. o Guatón C. Yo creo que esa furia con que exigen ser tratados con respeto es porque, de alguna forma deben pensar que no son verdaderamente respetables. Como los chilenos somos copiones enfermizos, eso de hablar políticamente correcto está llegando a nosotros como una plaga traída de la mano por los pi-siúticos.

Es peor que la influenza H1N1 o como se llame, a los indios les dicen pueblos originarios, a los negros afro descendientes, a los homosexuales les dicen gays, es todo un newspeak, me hace recordar el chiste ese de dos mujeres que se encuentran en la calle:

Mujer A "pero linda que alegría verte mi amor, ¿que te hiciste en el pelo? te ves fantástica, te juro que rejuveneciste 10 años"

Mujer B "ay gracias mi niña, tu también te ves regia estupenda, siempre con tu figura delgada no sabes como te envidio"

Al separarse la mujer A piensa (esta estúpida cada día tiene menos verguenza de hacer el ridículo, si parece espantapájaros como se pintó el pelo, que le habrá visto su marido, tan rico el y con una pobre diabla como esa)

Mientras que la mujer B piensa (mira la perra hipócrita, parece un palo seco, si es puro pellejo y huesos, como si no me diera cuenta que le tiene ganas a mi marido)

Luego se encuentran dos hombres y se saludan:

Hombre A "hola pos imbecil, ¿todavía seguís con tus tendencias de fleto? acuérdate que desde chico andabai mirando a los hombres"

Hombre B "bah, pregúntale a tu mujer que opina, lo más bien que me dice papito cuando salís a trabajar"

Al separarse el hombre A piensa (este tipo si que es buena tela, ¡siempre la paso bien con él, lástima que no tengamos más tiempo para juntarnos)

Y el hombre B piensa (pta que lo quiero a este gil, es como un hermano mi compadre)

Bueno, el chiste original todos lo deben conocer porque anda en Internet hace años, esta versión está abreviada y sanitizada pero la idea es la misma: no es lo que uno dice, sino con que intenciones lo dice. Se puede insultar con cariño y alabar con maldad, es de lo más común, así se hace a cada rato. Por eso no hay que fijarse ne lo que dice la gente, sino en lo que hacen.